El pasado domingo, 5 de noviembre, se generó una enorme controversia por cuenta de la carta abierta de la periodista María Jimena Duzán, donde le preguntó al presidente, Gustavo Petro, si es adicto y esa es la razón de sus ausencias y la sensación de desgobierno que se percibe de su administración.
“Buscando explicaciones sobre por qué usted anda tan atrincherado, me encontré con una posible causa: hay fuentes que me aseguran que las razones de sus desapariciones, las cuales se han vuelto cada vez más frecuentes y prolongadas, tendrían que ver con que usted ha querido mantener oculto un problema de adicción”, precisó la periodista.
Aunque Duzán no precisó cuál sería la supuesta adicción que tendría el mandatario, deslizó en su carta que como “usted mismo ha dicho que las drogas son sobre todo un problema de salud pública y que la guerra contra las drogas fracasó. Confesar que usted sufre de adicción no puede ser un pecado ni una vergüenza, sino un acto de profunda honestidad”.
Luego de que la carta fuera publicada, varias personalidades de la política salieron en defensa del mandatario.
En la discusión terció el embajador de Colombia en Londres, Roy Barreras, quien a través de su cuenta en X sostuvo que sembrar dudas sobre el estado de salud de una persona de manera pública causa “daño” a la persona y en este caso a la institucionalidad.
“Peor aún, si a una persona con una condición patológica real Ud la expone públicamente sin su consentimiento Ud viola los derechos del paciente”, aseguró el expresidente del Senado, quien es además médico.
Mientras que Carolina Corcho, exministra de Salud, aseguró que siendo médica psiquiátrica y habiendo trabajado de cerca con Petro no detectó ningún tipo de “conducta” que pudiera concluir que el Jefe de Estado es adicto, de lo contrario “tendría la confianza para decírselo en privado”.
Al igual que el embajador Barreras, la exministra sostuvo que lo expuesto en la carta “induce a una estigmatización” que daña al Jefe de Estado y a la institucionalidad. ”Uno puede estar de acuerdo o no con la forma de gobernar del Presidente, los hábitos que orientan su forma de administrar lo público, pero insinuar o atribuir esto a un trastorno mental es un límite que resulta irresponsable, generador de desconfianza e inestabilidad política”, argumentó Corcho en su cuenta de X.
El propio Presidente respondió con sorna al interrogante planteado por la periodista: “La única adicción que tengo es al café por las mañanas”, respondió el jefe de Estado.
Sin embargo, otra parte del país le exigió al Presidente decir la verdad y confesar si sufre algún tipo de adicción. La periodista independiente Claudia Julieta Duque sostuvo en su cuenta de X que era necesario que alguien dijera lo que era una “secreto a voces”.
”El día que María Jimena salió de la coalición, el periodismo recuperó a una gran colega. Excelente columna, ya es hora de que dejemos de murmurar lo que se ha convertido en un secreto a voces”, afirmó Duque.
Lo cierto es que los rumores de sus supuestos problemas no son novedad. Cabe recordar que en el año 2029, cuando Petro era senador, el problema se salud de este se convirtió en un tema de debate, luego de que presentara una incapacidad médica, la cual fue firmada por un psiquiatra. En ese entonces Petro salió después a explicar que no tenía ningún problema mental.
“El paciente en mención valorado por mí se encuentra incapacitado por enfermedad médica bajo mi responsabilidad y cuidado por cuatro días a partir de la fecha y hasta el próximo 27 de febrero de 2019. Salvo complicaciones”, decía la incapacidad.
El propio Petro se defendió diciendo que se había insinuado que él estaba “medicalizado por un psiquiatra y que bajo el medicamento escribía trinos sobre la situación de Venezuela apoyando a Maduro. Ni estoy medicalizado, y un psiquiatra es antes un médico y por decir no a la guerra no se apoya a Maduro”, dijo.
Sin embargo, esta no ha sido la única vez que se ha hablado de una supuesta adicción del mandatario.
Cabe recordar que en el libro publicado por él mismo, el cual se titula ‘Una vida, muchas vidas’, Petro relató muchas de sus lucha personales, en las cuales confesó que ha probado algunas drogas en su paso como diplomático en Bélgica.
“Con una amiga colombiana exploré incluso el consumo de algunas drogas, la experimentación de las sensaciones, el viaje hacia el interior, hacia lo profundo, desligado de los nexos de la sociedad, de mi propia lucha y vocación; trataba de explorar los rincones de una geografía interna... La soledad me llevó a una exploración profunda, que se volvió además intelectual”, dice el libro publicado por Petro.
Y es que también es de importancia recordar que la excandidata presidencial, Ingrid Betancourt, contó el estado en que encontró un día a Gustavo Petro en Bélgica, cuando ella era congresista y decidió visitar a Petro junto con Carlos Alonso Lucio, también congresista y su entonces pareja.
“Él, simplemente, estaba ido, estirado en el suelo. La esposa, apenada, diciendo: “Bueno, qué pena con ustedes, los estábamos esperando, pero no ha reaccionado. Vuelvan más tarde”...No sé si son temas depresivos o de adicción. Uno lo único que hace cuando está al frente de una situación de estas es observar un comportamiento. Uno dice, en pleno día, una persona que tiene que ir a trabajar y que no está laborando, que está acostado, tirado en el suelo, en su apartamento en Bruselas, y uno no sabe por qué, simplemente uno dice, esto no es normal. Y de ahí, uno puede especular: ¿qué le pasó? ¿Estaba depresivo? ¿Tomó mucho licor la noche anterior? El problema es que esto es repetitivo”, reveló la excandidata.
“La realidad que venimos observando desde hace un año es que en el comportamiento de Gustavo Petro hay acciones erráticas y unas faltas graves como presidente... no tenemos dudas frente a su inteligencia, pero sí tiene comportamientos que hacen pensar que tiene dificultades para manejar su agenda diaria, bien sea por problemas de salud, adicción, emocionales o psiquiátricos”, aseguró Betancourt.
Ahora, la carta de la periodista María Jimena Duzán puso de nuevo este tema en la mesa. “Aceptar que tiene un problema no es una muestra de debilidad, sino un gesto de valor que concitaría la solidaridad de muchos colombianos. Usted tiene derecho a estar triste, a estar cansado, a tener un momento de tranquilidad y de descanso. A lo que no tiene derecho es a vivir una doble vida”, dijo la periodista.
“A usted se le ve cansado y embolatado con el poder, como si después de haberlo buscado tanto, no supiera qué hacer con él... Nunca me imaginé es que usted fuera a aislarse y a ausentarse cada vez más del poder, en lugar de utilizar estas facultades presidenciales. Es como si a usted, señor presidente, le pesara su destino”, terminó la carta.
*Redacción El País y Colprensa.