¿Podrá el nuevo ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, recomponer la coalición que tenía el Gobierno en el Congreso? ¿Es posible que allí se conforme una fuerza mayoritaria en contra del presidente Gustavo Petro? ¿Qué tanta cohesión hay al interior de los partidos ‘disidentes’ del oficialismo?
Estas son algunas de las preguntas que quedan en el ambiente después de la crisis que se generó en el país político el pasado jueves, cuando los partidos de la U y Conservador decidieron no acompañar la reforma a la salud propuesta por el Ejecutivo.
“La coalición política pactada como mayoría ha terminado en el día de hoy, por decisión de unos presidentes de partido”, escribió esa noche en su cuenta de Twitter el Mandatario colombiano poco después de que se supiera que le había pedido la renuncia protocolaria a su gabinete ministerial.
Y lo cierto es que hoy, luego de que al día siguiente el presidente Petro nombrara a ocho nuevos funcionarios, los observadores aseguran que hay una nueva realidad política en el país.
Entonces, el analista Ancizar Marroquín asegura que la situación devela una “enfermedad” de los partidos políticos que conformaban la coalición, dado que estos “no están logrando concitar el interés de los sectores parlamentarios” y que “tampoco se ven democratizados hacia adentro”.
Alude el politólogo, por ejemplo, a la ‘rebelión’ de 18 de los 33 representantes liberales que tienen asiento en la Cámara frente al presidente de esa colectividad, César Gaviria.
“Recibimos con molestia e indignación la declaración que usted hizo el día de ayer, no solo por el contenido, sino por las improcedentes y antidemocráticas decisiones que se anuncian en la misma”, le escribieron en una carta pública, luego de que el exmandatario anunciara sanciones para los congresistas que no votaran de manera negativa la reforma a la salud que se debatía en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes.
Precisamente, la evidente división que hay en la colectividad ‘roja’ no permite que se puedan hacer cálculos globales alrededor de qué fuerzas políticas estarán en adelante en el oficialismo y cuáles no.
Además, porque, sigue opinando Marroquín, la crisis de esta semana también dejó en claro que la coalición estaba conformada más por los directivos de algunos partidos que por todas las colectividades.
“Podría decirse que los directores de los partidos van por un lado y los parlamentarios van por otro”, anota.
Esto último lo comprobarían posiciones como la del representante a la Cámara por el Partido de la U Julián López, quien el pasado miércoles escribió en su cuenta de Twitter: “Como partido de Gobierno, no podemos ser indiferentes a la necesidad de transformación de Colombia”.
Así se pronunció luego de que las directivas de esa colectividad les recordarán a sus militantes que, en consecuencia con la Ley de Bancadas, también debían de manera negativa la polémica reforma a la salud, tal como se había convenido con sus pares del Partido Conservador.
Pero en esta última colectividad, pese a la misma advertencia por parte de su presidencia, Efraín Cepeda, también hay ‘disidencias’ como la del representante Alexánder Quevedo, quien públicamente anunció: “He pedido que el partido nos respete la autonomía”.
Para Ancizar Marroquín, queda claro entonces que, “al no encontrar audiencia en los directores de los partidos políticos, el Gobierno Nacional decidió hacer contacto e interesar a los parlamentarios de forma individual”.
Y precisa: “Al final, son ellos quienes realizarán su voto a favor o en contra frente a las iniciativas del Ejecutivo en el Congreso”.
De su lado, el analista político Argemiro Piñeros asegura que, con el nombramiento de Luis Fernando Velasco en el Ministerio del Interior, el presidente Gustavo Petro planea recurrir, con respecto al Partido Liberal, a la misma estrategia con la que logró ser elegido el año pasado.
“Lo nombra para que sea el ministro de los liberales rebeldes y se encargue de recoger a estos y seguir rompiendo el partido, que estuvo roto en las elecciones”, argumenta.
Y añade que Velasco, con amplia trayectoria en el Congreso, “también se va a encargar de sumarle al Gobierno al Partido de la U”, del cual varios ‘disidentes’, tales como Roosvelt Rodríguez, Armando Benedetti, y el propio Roy Barreras, actual presidente del Senado, ya son aliados del Ejecutivo.
A ellos se suman Temístocles Ortega, a quien este Gobierno nombró como embajador en Chile a pesar de militar en Cambio Radical, y el senador conservador Carlos Andrés Trujillo, bajo cuya presidencia ese partido decidió sumarse al oficialismo.
“Lo que va a llegar a hacer Velasco es a buscar un relacionamiento con congresistas, ya no con partidos y de esa manera podría lograr unas mayorías no tan fuertes, algo parecido a lo que pasó durante el Gobierno de Iván Duque”, aseguró Piñeros.