La elección de Donald Trump para un segundo mandato, no consecutivo, como presidente de los Estados Unidos, va a significar, sin lugar a dudas, un cambio en las relaciones entre la primera potencia del mundo y Colombia.
No es un secreto que el mandatario nacional, Gustavo Petro, y el electo Jefe de Estado estadounidense están en orillas completamente opuestas en cuanto al espectro ideológico se refiere.
Aunque el colombiano felicitó a Trump por su triunfo de esta semana, en el pasado han tenido varios choques y en su campaña de 2020 el magnate republicano lo llamó “perdedor”.
A pesar de esto, el Ministerio de Relaciones Exteriores espera poder tener una buenas relaciones con la próxima Administración de los Estados Unidos.
Y el embajador de Colombia en Washington, Daniel García-Peña, será quien tenga a su cargo la responsabilidad de que ese propósito se convierta en realidad.
Colprensa habló con él el pasado jueves, durante la ceremonia de cambio de mando en el Comando Sur de los Estados Unidos, de la general Laura Richardson al almirante Alvin Holsey, un día antes de que funcionarios del Gobierno de Joe Biden le reconocieran al diplomático colombiano que el software espía Pegasus fue comprado con recursos del país del Norte.
¿Qué balance puede hacer de su cargo como embajador, después de haber reemplazado al hoy canciller Luis Gilberto Murillo?
Ha sido una experiencia muy interesante y gratificante ver cómo hay una relación entre los dos países muy robusta, multidimensional, que tiene ya identificados unos intereses comunes sobre los que se trabajan juntos, y que cuento, además, con la fortuna de haber tenido un antecesor como Luis Gilberto Murillo, que dejó un trabajo muy importante.
¿Qué tanto puede cambiar el panorama para Colombia con la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos?
Obviamente hay diferencias, hay estilos distintos, van a haber prioridades diferentes, pero lo cierto es que nosotros hemos entendido esta relación a lo largo de los años.
No es la primera vez que hay cambio político en Estados Unidos, y no olvidemos que Trump ya fue presidente. También ha habido cambios políticos en Colombia y, sin embargo, la relación se ha mantenido a lo largo de los años, se ha fortalecido, se ha diversificado y ha funcionado para los nuevos retos que cada momento tiene.
¿Esperaba usted que él fuera el ganador de las elecciones?
Consideramos que, efectivamente, hay que analizar qué es lo que pasó aquí. Yo creo que aquí nadie esperaba el resultado que se dio y eso hace parte de cómo la gente está tratando de analizar y digerir lo sucedido. Pero, en el fondo, sabíamos de antemano que de todas maneras continuará este país con sus diferencias internas propias de toda democracia, y que la relación de Colombia con los Estados Unidos seguirá, y que seguiremos trabajando para lograr el apoyo bipartidista.
Desde que llegué, hemos hablado con demócratas y con republicanos. Obviamente tienen diferencias, puntos de vista distintos, pero en el tema de Colombia todos han entendido la importancia que nuestro país tiene como aliado estratégico, y eso lo vamos a seguir manteniendo y trabajando.
Ya que, como usted dice que Biden y Trump son distintos y sus políticas también, hay temas que quizás van a tener más relevancia con la llegada del nuevo Gobierno...
Por supuesto, eso hace parte del ejercicio, pero solo en unos temas. En el fondo, al fin y al cabo el mandato nuestro es adelantar lo que en Colombia se decidió cuándo el presidente Petro fue elegido por unos propósitos de cambio.
El libreto sigue siendo el mismo y nuestras prioridades son lograr la transición energética, lograr temas que tienen que ver con la presencia del Estado en la Colombia más profunda, darles oportunidades a las comunidades y unas necesidades que tienen que ver con la nueva mirada hacia el tema de las drogas.
¿Pero cree que pueden haber temas que generen controversia entre Washington y Bogotá?
Hay muchos temas de los cuales seguiremos en lo mismo, pero que efectivamente, ya con este nuevo momento, tenemos que identificar, con quienes lleguen a ocupar los lugares en la Administración norteamericana, como se continúan.
Identificando los temas donde estamos de acuerdo, para trabajar juntos, y también, respetuosamente, en los cuales no tenemos coincidencias, y eso de ninguna manera afecta. Hay que saber que hay cosas en las cuales se está de acuerdo y otras en las cuales hay diferencias, de eso se trata la diplomacia.
Donald Trump siempre ha mostrado una posición muy fuerte en contra de los migrantes. ¿Qué tienen pensado al respecto?
Continuar. Es un hecho que Colombia hoy es visto en Washington como parte de la solución y no como parte del problema. Lo que ha hecho Colombia, al acoger a 2,7 millones de venezolanos, es algo que tanto republicanos como demócratas valoran altamente, porque son 2,7 millones de venezolanos que no están buscando entrar a los Estados Unidos.
Colombia es vista como un modelo para la región, por ejemplo, en el trabajo que estamos haciendo junto con Estados Unidos y Panamá para el tema del Darién.
Es decir, el tema migratorio es uno de los temas que trae retos y seguramente va a haber discusiones, porque el lenguaje del Gobierno Trump es distinto al de Biden, pero en el fondo es el mismo problema.
Porque es un hecho que los latinos migrantes, y entre ellos los colombianos, están preocupados...
La migración es un tema regional, un tema en la cual Colombia ha jugado un papel, pero también las soluciones tienen que ser de carácter integral y regional, y eso no cambia.
La sensibilidad política y la correlación de fuerzas en el Congreso, por supuesto, que hay que tomarlas en cuenta, pero estamos seguros de que el tema migratorio va a seguir siendo como lo ha sido. Es el tema que más ha ocupado discusiones entre demócratas y republicanos, pero en el fondo es una preocupación nacional y, por lo tanto, seguiremos trabajando al respecto.
Colombia también tiene cooperación con EE.UU. en otros temas, como economía y seguridad. ¿Se puede dar un parte de tranquilidad en ese sentido, a pesar de la llegada de este nuevo Gobierno?
Absolutamente. Yo sí quiero dar un parte de tranquilidad. Sé que no solo en Colombia sino en el mundo entero los resultados sorprendieron. Todos estamos procesando lo que va a pasar. Algunos profetas del Apocalipsis dicen que se acabó el mundo. Quiero decir que la relación de Colombia en Estados Unidos va a continuar, como ha seguido en otros momentos.
¿Qué lo hace ser tan optimista?
Cambios políticos allá, cambios en la política de acá, pero, efectivamente un parte de tranquilidad es fundamental, por qué aquí están en juego relaciones no solamente entre dos gobiernos o dos presidentes: son dos naciones, dos pueblos, dos historias que se ha construido con millones de colombianos que viven en ese país.
El año pasado nos visitaron 1,2 millones de norteamericanos como turistas. Eso tiene que continuar; el comercio, el sector privado, las universidades. Toda esa riqueza de relación entre los dos países continuará y espero profundizar esa etapa de la relación.