En una declaración, la senadora de la república Paloma Valencia, en representación de la oposición, dio un balance del primer año de gobierno del presidente Gustavo Petro que se cumplió este 7 de agosto.
En su discurso, la senadora señaló que el país se encuentra sumido en serios problemas, tanto en lo referente a la financiación de la campaña presidencial como en el día a día de los ciudadanos. Uno de los puntos más alarmantes que destacó Valencia fue el incremento de la inseguridad.
El secuestro en el país aumentó en un 105% desde agosto del año pasado hasta junio de este año, lo que representó más del doble en cifras. Además, resaltó que la extorsión creció un 31%, generando una disminución en la confianza de los ciudadanos hacia las autoridades y un declive en la denuncia de estos delitos.
“La mayoría de los colombianos ha decidido no volver a denunciar porque sienten que ya no hay autoridades que los protejan y porque la confianza en estas instituciones se ha venido debilitando”, explicó Valencia.
“El hurto a personas también subió al 26%. Esto significa que los colombianos, cada vez que salen a la calle, sienten miedo. Y lo vemos en las grandes ciudades, pero también en ciudades intermedias”, añadió.
Otra preocupación resaltada por Valencia fue el aumento de las masacres, con 55 masacres que han dejado un trágico saldo de 179 colombianos asesinados.
La senadora afirmó “Los ceses al fuego que viven anunciando, no se cumplen. Lo que estamos viendo es el repliegue de las fuerzas armadas en beneficio de todos los grupos ilegales que avanzan y que toman control de los territorios”.
También se refirió al narcotráfico y a la seguridad nacional. Mencionó que a pesar de haber anunciado una nueva política de combate a las drogas, hasta el momento no se ha implementado de manera efectiva.
Los datos presentados indican una caída del 71% en la erradicación de cultivos de coca, un 10% en la incautación de cocaína y un 35% en la incautación de heroína. Esto generó preocupaciones sobre la seguridad y el control de las sustancias ilegales en el país.
“Colombia ha estado de buenas porque el fentanilo y todas las drogas químicas han permitido que el consumo de coca decaiga y que, por lo tanto, no estemos nadando en los millones de dólares que podríamos estar nadando y que podrían estar en manos de los criminales que los utilizarían para una sola cosa: la violencia en contra de los colombianos”, dijo Valencia.
En el ámbito económico, la senadora destacó la situación crítica en el sector de la construcción. La pérdida de 50,000 empleos en el último mes y una caída del 41% en la venta de viviendas durante el año son indicadores preocupantes. Valencia atribuye estos problemas tanto a cambios en las políticas gubernamentales como a la incertidumbre que prevalece en el país.
La senadora, además, hizo hincapié en el bajo porcentaje de ejecución del presupuesto general de la nación en el primer año del gobierno de Petro, que apenas llega al 27.7%. Adicionalmente, señaló la falta de funcionarios designados en el gobierno y el crecimiento burocrático excesivo que no contribuye a mejorar las condiciones de vida de los colombianos.
Expresó preocupaciones sobre la transición energética y la falta de programas concretos para enfrentar tal desafío. Alertó sobre la posible dependencia energética del país para el año 2026 y la falta de un sector turismo sólido que compense los ingresos petroleros.
Finalizó su intervención con estas palabras: “Lo que no puede seguir pasando en Colombia es que, a través de los discursos paralizantes, quieran dejar sin resolver los problemas que necesitan atención inmediata. Colombianos con hambre, colombianos que sufren, colombianos que son víctimas de la violencia”.
“Al señor Presidente le pedimos que mejore, que reflexione y que su gobierno atienda los comentarios de quienes quieren construir y atiendan la capacidad técnica que tiene instalada el país. Es el momento de mejorar porque todavía les quedan tres largos años y Colombia necesita un gobierno que cumpla, pero que sobre todo trabaje con amor por Colombia”, agregó.