Por Sofía López Bueno, reportera de El País

Invasión de Ucrania, represión en Rusia, confrontación con Occidente, enemigos en Medio Oriente y contados aliados en el resto del mundo es el marco geopolítico en el cual el reelecto Vladimir Putin busca extender su grandeza internacional.

En el poder desde hace un cuarto de siglo, su gobierno se extenderá hasta el 2036, tras haber logrado modificar la Constitución en 2020 para ser reelegido y sin tener rivales de peso que le hicieran temer un desalojo del Kremlin, en el que reside desde 1999.

Su extensa administración se ha caracterizado por un constante endurecimiento de las libertades públicas, especialmente las de la prensa y la oposición, y por la tentativa de restaurar su influencia internacional.

Esa búsqueda de poder geopolítico de Moscú tuvo sus hitos en la guerra en Georgia (2008), la anexión de la Crimea ucraniana (2014), la intervención militar en Siria (2015) y actualmente en la invasión de Ucrania (2022).

Su incidencia no es nada menor, ya que “es miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, tiene poder de veto, ojivas nucleares y armas, y cuenta con una influencia mayor en Europa y Asia Central y más recientemente en Medio Oriente”, explica el internacionalista Mauricio Jaramillo.

“Entonces, por más que enfrente momentos difíciles, se discuta su influencia y autoridad, sobre todo tras la última elección de Putin, muy puesta en tela de juicio, y obviamente desde que lanzó la invasión a Ucrania, pues Rusia es un país clave en los temas de seguridad mundial”, añade.

El presidente y candidato presidencial ruso, Vladimir Putin, se dirige a la multitud durante una manifestación y un concierto para celebrar el décimo aniversario de la anexión rusa de Crimea en la Plaza Roja de Moscú el 18 de marzo de 2024. NATALIA KOLESNIKOVA / AFP | Foto: AFP

Además, en este momento afronta una encrucijada del grupo yihadista Estado Islámico, al que la semana pasada se le atribuyó un atentado calificado como uno de los más sangrientos, cuando encapuchados dispararon contra civiles en una sala de conciertos cerca a Moscú, que, según cifras oficiales, dejó 134 muertos.

Jaramillo indica que la desnuclearización de Corea del Norte, el programa nuclear iraní y el terrorismo en Siria no se habrían podido haber combatido si no hubiese sido con el concurso de Rusia. Por ello, dice, “por más que ahora estemos en un momento de mucha división rusa, es un actor clave del sistema internacional y lo seguirá siendo por mucho tiempo”.

En ese sentido, Vladimir Rouvinski, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Icesi, analiza que, si bien “Moscú tiene poder superior a Ucrania, no es mayor al de la OTAN ni al de Estados Unidos, pero sí tiene la capacidad de destruirlo, si usa las armas nucleares. Es por eso que lo que dice Putin hace temblar al mundo, porque estamos en riesgo de que pueda ocurrir una guerra nuclear”.

De hecho, ese es un tema sensible en el escenario internacional y a ello se le atribuye que cada vez que el Presidente ruso hace alusión a su capacidad nuclear, Occidente haga llamados a conservar la cordura.

Y aún sin sus temidas armas, Moscú parece indestructible en el campo de batalla, porque aunque su ejército sufrió derrotas significativas en Ucrania, el Mandatario sigue buscando una victoria por desgaste, gracias al agotamiento de los aliados occidentales, el recorte de apoyos de Washington, donde el Congreso no se pone de acuerdo, y el cansancio de la población.

Pero el panorama en el Kremlin es otro, porque a finales de febrero Putin aseguró que sus tropas “no retrocederán, no fracasarán y no traicionarán”, luego de haber asegurado que “lo que ocurre en Ucrania es una cuestión de vida o muerte para Rusia”.

Las capacidades nucleares de Rusia hacen que sea un país determinante en la seguridad mundial. | Foto: Libre de derechos

Al respecto, Rouvinski anota que actualmente “Moscú lidera la destrucción de las reglas de juego del orden mundial, el cual ya está desapareciendo como se conocía, porque tenía puntos establecidos que eran cumplidos por los actores, pero ahora Putin pretende cambiar ese orden internacional por medio de la guerra”.

El docente explica que para entender ese orden mundial basado en las reglas, se debe recordar cuando Estados Unidos atacó Afganistán. “Lo hizo porque el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que es el único órgano legítimo para poder autorizar una intervención militar, lo permitió, pero la guerra en Ucrania no fue autorizada por ningún consejo de seguridad”.

Como es conocido, al inicio de la invasión rusa en Kiev Putin acusó a esa nación de nazismo, reivindicó sus territorios y dijo que Estados Unidos había orquestado el conflicto.

Desde entonces, cualquier oposición a la guerra se castiga con la cárcel en Moscú, donde miles de rusos han sido acosados, procesados, encarcelados o forzados al exilio.

Además, poco han importado las sanciones occidentales o la orden de arresto que emitió en su contra la Corte Penal Internacional por la deportación de niños ucranianos. El Presidente ruso se ha dado por misión poner fin a lo que califica como hegemonía occidental y en octubre pasado anunció que tenía la “tarea de construir un mundo nuevo”.

¿La segunda guerra fría?

Para Jorge Yarce, analista internacional de la Universidad Central de Bogotá, las relaciones diplomáticas que tiene el Kremlin responden más a una circunstancia de debilidad en el contexto internacional que de fortaleza.

Explica que, “como la geopolítica ha cambiado tanto, la amenaza de aniquilación recíproca, que era el fundamento de la Guerra Fría y permitía la prevalencia de armas nucleares como mecanismo de defensa entre las grandes potencias, ahora colapsa en la medida en que hay mayor cantidad de actores con capacidades nucleares”.

Por ello, comenta que el mundo vuelve a dividirse sobre el pacto de no agresión entre las potencias occidentales alrededor de la OTAN y las potencias orientales alrededor de Rusia y China. “Por eso empiezan a generarse tensiones de carácter político, ideológico, pero sobre todo económico”.

Sin embargo, aunque se tenga un panorama similar al de la Guerra Fría, “China ha sido enfática en establecer que prefiere la paz antes que la guerra, porque su economía crece en ese escenario y no en el del conflicto”.

Más de 6,5 millones de personas procedentes de Ucrania han sido refugiadas en el mundo entero. Se habla de 10.000 muertos, pero la cifra podría ser superior. | Foto: 2024 Anadolu

De hecho, esta semana Pekín apoyó un nuevo proyecto de resolución ante la ONU para un alto el fuego en la Franja de Gaza, después de que Moscú rechazara otro propuesto la semana pasada por Estados Unidos.

No obstante, dice que “las fuerzas son demasiado desiguales como para pensar que es factible una confrontación de grandes dimensiones”.

Aliados

Los aliados de Rusia se hicieron notar recientemente, tras la reelección de Vladimir Putin, celebrando la legitimidad de su nuevo mandato, al obtener el 87,28 % de los votos. Entre ellos estuvieron China, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Irán, India, Arabia Saudita y Turquía.

Mientras, Ucrania, Estados Unidos, Reino Unido, la Unión Europea, Polonia, República Checa, Francia y Alemania aseguraron que fue un proceso antidemocrático, que da cuenta de que Putin está “ebrio de poder y quiere gobernar eternamente”.