Su testimonio será clave para destapar las redes de compra y venta de votos y de corrupción en todo el país, dicen unos. No pasará de ser un show mediático montado por el régimen de Nicolás Maduro, aseguran otros.
Lo cierto es que desde la tarde del jueves, cuando la prófuga exsenadora Aída Merlano comenzó a declarar ante el Tribunal Especial 1º de Control en Terrorismo de Caracas, hay quienes sostienen que el ventilador que prendió la colombiana será un verdadero huracán, mientras que otros afirman que si acaso alcanzará a ser un soplo.
“El régimen dictatorial de Nicolás Maduro, en lugar de estar produciendo este show mediático, debe entregar inmediatamente a la señora Aída Merlano a las autoridades nacionales para que cumpla su condena en Colombia”.
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Esa respuesta, dada pocas horas después por la ministra de Justicia, Margarita Cabello, evidencia en cuál de los bandos se ha inscrito el Gobierno colombiano.
Pero más allá de la verdad judicial y de lo complicado de que esta llegue a los estrados nacionales por la falta de relaciones diplomáticas con Caracas, las declaraciones de Merlano en contra las familias Gerlein y Char, el expresidente Álvaro Uribe, el exfiscal Néstor Humberto Martínez, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras y el propio Iván Duq ue, ya están teniendo un innegable efecto político.
La excongresista conservadora fue capturada el pasado 30 de enero en la ciudad venezolana de Maracaibo, adonde llegó, al parecer, a través de la frontera, saliendo por La Guajira.
¿Y las pruebas?
La pregunta es si pondrán a tambalear a la clase política colombiana, como ella lo asegura, o terminarán siendo un mal programa de televisión que nadie ve, como lo esperan sus contradictores.
Eso dependerá, coinciden analistas, de qué tanto ella, a quien la Justicia nacional ya condenó a quince años de prisión por los delitos de concierto para delinquir y corrupción al sufragante, logre probar lo que ha dicho.
Entonces, la excongresista sí podría convertirse en clave para destapar un poderoso carrusel de compra y venta de votos que incluiría la participación de clanes políticos de la Costa Atlántica que, según ella, habrían tenido participación en su fuga.
Sin embargo, varios juristas consideran que si a lo largo del juicio que siguió la Corte, Merlano no pudo mostrar evidencias contra sus supuestos victimarios, difícilmente podrá hacerlo ahora.
Además, aseveraciones como el supuesto secuestro del que habría sido víctima después de que saltó del consultorio en Bogotá, así como el aparente plan del presidente Duque para matarla, resultan muy poco creíbles.
“Ante las acusaciones hechas, sería oportuno que sus abogados en Colombia aporten evidencias ante las autoridades competentes que permitan avanzar en una investigación objetiva. Creo que solo así el testimonio dado en Venezuela podría pasar a ser una denuncia formal”, señala Carlos Charry, sociólogo docente de la Universidad del Rosario.
Y agrega que, de lo contrario, “solo estaríamos hablando de especulaciones, pues es una acusación muy grave que, sin evidencias concretas, sería muy peligroso considerar”.
Ahora bien, según expertos, la situación generada por las declaraciones de la política prófuga podrían terminar favoreciendo al presidente Duque en la medida en que Maduro es uno de los líderes extranjeros con más índice de rechazo en nuestro país, lo que hace más creíble todavía la tesis de que lo que busca el régimen del vecino país es dañar la imagen del Gobernante colombiano.
También está el hecho de que Merlano, tras ser acusada y condenada, tiene muy poca credibilidad entre la opinión pública nacional, a lo que se suma, por supuesto, el haberse fugado, más allá de las razones que ahora esgrima para justificarlo.
Implicaciones para Duque
El analista político John Mario González señala que las declaraciones de Merlano resultan incómodas para el presidente Duque por la denuncia que ella hace sobre los Char, debido a los acercamientos que el Ejecutivo ha tenido en las últimas semanas con esa casa política.
“Siendo los Char aliados del Gobierno, estas declaraciones golpean políticamente al presidente Iván Duque, porque si Aída Merlano precisa las denuncias, puede ser muy complicado para la bancada del Gobierno apoyar a Arturo Char en su aspiración a la presidencia del Senado”, argumenta el experto.
Incluso, para González, lo dicho por la exsenadora conservadora en Caracas podría afectar otra designación que el Jefe de Estado pretenda hacerle a algún integrante de ese grupo político, puesto que hasta ahora Iván Duque se ha esforzado por demostrar que sus funcionarios no tienen tacha alguna y menos que están relacionados con la llamada ‘mermelada’.
El analista político plantea que, en todo caso, así el Gobierno Maduro le otorgue el asilo político, el Ejecutivo colombiano debe estar muy interesado en que se preserve la seguridad a Aída Merlano, puesto que cualquier acción en contra de ella podría ser mal interpretada como un intento de homicidio perpetrado desde su propio país.
“En cualquier caso, sus declaraciones tendrían un sesgo. Estando en Colombia temería por su vida, y estando en Venezuela, pese a tener más independencia, se podría pensar en la posibilidad de que sea manipulada por el régimen de Maduro”, agrega González.
Entre tanto, Alejo Vargas, profesor de ciencia política de la Universidad Nacional, ratifica que lo declarado por la exsenadora en el vecino país ya es de gran impacto político por la inexistencia de relaciones formales entre ambos gobiernos.
“Sin duda, esta señora tiene información importante sobre temas de corrupción electoral, como ya se había planteado cuando estaba detenida aquí. Ella le había ofrecido a la Corte Suprema de Justicia colaborar en el tema, pero probablemente esas declaraciones pierden peso por la forma cómo se hicieron”, señala el docente.
No obstante, más allá de que algunas afirmaciones de la excongresista se puedan considerar descabelladas por aspectos como el de la supuesta colaboración oficial para su fuga, Vargas argumenta que sería importante que el país le dé relevancia a las denuncias de compra y venta de votos que tanto han perjudicado a la democracia colombiana.
Y añade que esas denuncias se deberían recibir a través de mecanismos de cooperación binacional, ya que en Venezuela no tienen validez jurídica.
Por ahora, la Corte Suprema de Justicia ya notificó a la ministra de Justicia, Margarita Cabello, para que adelante el procedimiento diplomático correspondiente para que el Gobierno de Venezuela extradite a Colombia a la Merlano y ella cumpla con su condena por los delitos de concierto para delinquir y corrupción al sufragante.
Sin embargo, hay un capítulo ya anunciado que falta por escribir en esta novela y es si el Ejecutivo de Iván Duque finalmente adelantará ese trámite ante el presidente interino, Juan Guaidó, y que hará este al respecto.
Lo que dijo la exsenadora
En la audiencia a la que compareció este jueves Aída Merlano en Caracas, la excongresista señaló al empresario Julio Gerleín y a Arturo Char de haber participado en su plan para fugarse de las autoridades colombianas el pasado 1 de octubre, luego de asistir a una cita odontológica en el norte de Bogotá.
“Los únicos responsables de lo que me ocurra a mía y a mi familia son Álvaro Uribe, los Char y los Gerlein, quienes organizaron la fuga y mi asesinato”, señaló Merlano y precisó que Julio Gerlein fue quien pagó por su fuga.
Pero Julio Gerlein no fue el único salpicado. “Mi desesperación me llevó a tomar la decisión de buscar refugio en este país (Venezuela), ya que soy perseguida por el presidente de mi país, Iván Duque, con la intención de asesinarme, luego de la fuga organizada por una clase política dirigente en el país con la colaboración de Vargas Lleras y el exfiscal General de la Nación (Néstor Humberto Martínez)”, dijo Merlano en su audiencia.
Asimismo, indicó que durante un allanamiento a su sede política cuando aspiró al Senado, fue víctima de una conspiración en su contra por parte del excandidato presidencial Germán Vargas Lleras y el entonces fiscal Néstor Humberto Martínez.
“Sembraron pruebas que me incriminaban en delitos como porte de armas en calidad de custodia, concierto para delinquir y corrupción el elector”, agregó.
Durante su intervención, Merlano también aseguró que tiene pruebas para probar que el exfiscal Martínez actuó en favor de Odebrecht y el Grupo Aval cuando fue ministro y fiscal, y que “si se cae él, se cae medio clase política”.
Sobre las denuncias de la excongresista, hay que decir que mañana Julio Gerlein tiene prevista una reunión con su grupo de abogados en cabeza de Jaime Lombana para analizar las acciones a tomar frente a los señalamientos de Merlano, según lo dio a conocer RCN. Gerlein también tiene previsto solicitar ante un juez de conocimiento de Barranquilla que sean tenidos en cuenta al menos 40 testigos con los que busca sustentar que desconocía la empresa criminal que tenía Merlano para comprar votos en esa región.