Por Redacción de Colprensa
Vicepresidenta Francia Márquez, ¿por qué muchos tienen la impresión de que usted es una persona muy seria, brava o resentida?
Tengo unos rasgos físicos que me hacen ver así, pero no significan que esté brava, son los rasgos de una mujer negra que ha dedicado su vida al cuidado de los territorios y sus comunidades. Hay una expresión personal que no voy a cambiar, por más que me digan. Esa fue una discusión en campaña, los de ‘marketing’ político querían que yo hiciera no sé qué, que me vistiera de cierta manera, pero yo no voy a cambiar. Francia es así, no voy a dejar de ser lo que soy: una mujer contenta, alegre y orgullosa de mi esencia.
¿Hay mucho ruido en torno al proceso en contra de Nicolás Petro y sobre si hubo o no ingreso de dineros ilegales a la campaña presidencial. ¿Usted qué sabe?
Se han dicho muchas cosas. Yo tengo la plena convicción de que la nuestra fue una campaña transparente, que se hizo con mucho esfuerzo y con el voluntariado de muchas colombianas y colombianos. Quienes conocemos al presidente Gustavo Petro sabemos de su rectitud y de sus posturas frente a la corrupción. Si hay alguien que en este país ha destapado la corrupción, ha sido él.
Incluso, en campaña advirtió sobre posibles riesgos de infiltración y colocó una alerta sobre lo que pudiera pasar. Que los entes encargados investiguen lo que tengan que investigar. Nosotros hicimos una campaña ética, limpia, transparente. Eso sí, como lo ha manifestado el mismo Presidente, la justicia no se puede politizar, debe operar de manera independiente e imparcial. Es una situación muy dolorosa para él y, como madre y padre que he sido para mis hijos, le expreso mi solidaridad, reiterando mi confianza plena en su integridad y rectitud.
¿Y cómo fue la financiación de su campaña a la Vicepresidencia?
Nosotros hicimos un proceso que sumó esfuerzos y voluntariado de todo el país en la fase de recolección de firmas. Después, el Polo Democrático Alternativo decidió darnos el aval para participar en la consulta interna y en las fases de primera y segunda vuelta. Nadie estaba autorizado para recibir dineros de ninguna fuente distinta a los préstamos que solicitaban los partidos del Pacto Histórico y, en nuestro caso, la financiación de nuestra campaña fue a través de un préstamo que hizo el Polo y el Consejo Nacional Electoral tiene todos los soportes.
¿Llegó a reunirse con Nicolás Petro y a asumir compromisos con él?
Jamás, nunca he tenido reuniones con él. Creo que nos hemos encontrado en algunos momentos donde hemos coincidido, pero que haya tenido reuniones, no.
Si se llega a comprobar que sí entraron dineros ilícitos a la campaña, ¿el Presidente debe renunciar?
Eso no va a pasar, porque tenemos claridad sobre la transparencia con la que se hizo esta campaña. Incluso, como ya lo ha determinado la justicia en el proceso en curso contra Nicolás Petro, en caso de alguna supuesta irregularidad, ni el Presidente ni yo sabíamos de esos hechos.
¿Qué les responde a quienes han puesto en tela de juicio la legitimidad del Gobierno de ustedes?
La legitimidad nos la dio el electorado que votó por nosotros, y esos once millones de colombianos y colombianas que nos apoyaron en las urnas tienen la tranquilidad hoy de que ni Gustavo Petro ni yo les compramos su dignidad y su conciencia. Y esa legitimidad la veo cada que salgo a los territorios y siento el respaldo y el cariño de la gente, que ve que estamos trabajando por mejorar sus condiciones de vida. Ningún colombiano puede decir que le compramos su dignidad, como había pasado antes, así que estamos tranquilos. Que se haga el proceso de investigación que tenga que hacerse. Por lo demás, aquí hay un pueblo que se levantó, que se puso de pie y que decidió un cambio, así que vamos para adelante con el cambio.
¿Se siente preparada para asumir la Presidencia, dado el caso?
Yo soy la Vicepresidenta de este país y voy a acompañar al presidente Gustavo Petro en estos tres años que nos quedan de Gobierno en esa condición, que fue para la que me eligieron. Aquí estoy para acompañarle y apoyarle en lo que sea necesario.
¿Cómo es hoy su relación con el presidente Gustavo Petro?
Tenemos una relación sincera, somos personas muy honestas. Cuando pasa algo que no nos gusta, nos lo decimos con tranquilidad. Me siento orgullosa de estar al lado del Presidente, porque es una persona que todo el tiempo está pensando en la justicia social y eso pocas veces se ve. Se ha visto en el pasado que a veces el Presidente piensa una cosa, y su Vicepresidente otra. Aquí no, hay mucha coherencia política entre los dos.
¿Se ha sentido aislada o invisibilizada algunas veces?
No. Yo asumí unas funciones específicas y quizás no he podido avanzar en la forma en que quisiera, mi papel ha sido enfocarme, sobre todo, en la creación del Ministerio de la Igualdad, dirigido a la población a la que en campaña le hablé: ‘las y los nadies’. Tener una institucionalidad para atender esta población ha sido mi prioridad y mi mayor esfuerzo. En este Gobierno, desde la Consejería de la Mujer, hemos aumentado el presupuesto para la garantía de los derechos de las mujeres; para la población LGBTIQ+ creamos una gerencia para trabajar por ella.
¿Qué responde a las críticas de que la inseguridad crece, que hay poca ejecución y que el Gobierno se le arrodilla a los grupos armados?
Nosotros planteamos una política para la vida que ha puesto en primer lugar un Plan Nacional de Desarrollo construido con los territorios, con la gente. Antes, el Presupuesto de la Nación priorizaba la guerra; hoy, nuestro Gobierno prioriza la inversión social. El Presidente me entregó misiones de coordinación interinstitucional e intersectorial concretas, entre ellas, las políticas para la igualdad y equidad en el Pacífico. En Buenaventura hemos logrado que se definan $700.000 millones de inversión y avanzar en acceso a agua potable y estamos acompañando los municipios de categoría sexta en la formulación de proyectos a radicar en los ministerios. El Ministerio de Igualdad y Equidad, que está por arrancar, una de sus misiones es el ‘agua para la vida’, apuntando a resolver una situación de acceso a agua potable que está afectando la vida de niñas, niños y adolescentes en muchos territorios. ¿Esto no es un cambio?
¿Más de 700 cargos para su Ministerio no es mucha burocracia?
Colombia es el segundo país más desigual de América Latina y no vamos a superar esa desigualdad haciendo lo de siempre: poniendo soluciones desarticuladas sin abordar de manera sincronizada la raíz del problema. Invertir en la población más vulnerable de este país no puede verse como un gasto innecesario o más burocracia. Al contrario, es la oportunidad para reconocer que el Estado no ha cumplido su mandato constitucional de garantizar la igualdad y la equidad.
Nosotros vamos a trabajar por la igualdad social y territorial, y esto no se hace solo con una ministra, se requiere de un equipo fuerte y comprometido. Si comparamos este Ministerio con otros, si analizamos la misión, no es una exageración el número de funcionarios asignados. El desafío que tiene este Ministerio es el más grande de la Nación, el de la igualdad y la equidad que, si antes se hubiese trabajado, no se hubiese bañado en sangre, como ha sucedido.
¿Tiene algo de qué arrepentirse en este primer año de Gobierno?
Creo que hemos avanzado en hacer lo correcto. Trabajamos con el corazón bien puesto por el bienestar, la dignidad y la paz de Colombia. Hay quienes dicen que me he vuelto burócrata o soberbia, y eso no es cierto. Yo tomé esta decisión de ayudar a gobernar y trabajar por nuestro país, desde esta posición en el Estado. Estoy contenta, aunque a veces me entristecen la injusticia, la guerra, la violencia, el racismo, pero aquí estamos firmes, construyendo país y apostándole a ese cambio.
¿Debería hacer un ‘mea culpa’ por el “de malas” con que respondió al uso del helicóptero o por lo del “viva la Primera Línea”?
Yo no le dije “de malas” a la sociedad colombiana, se lo dije a algunas personas que, cuando han estado en el poder, han hecho lo que han querido con el Estado, han usurpado los recursos de la Nación, han hecho y han deshecho, han gobernado solo para sí mismos, y cuando una persona como yo llega a esta posición, entonces no puede acceder al derecho a la seguridad y dicen que me estoy gastando los recursos. Es como que su protección sí importaba, pero la mía no. Tampoco por lo de la Primera Línea: he defendido a esos jóvenes que se pusieron de pie para exigir justicia social, que es por la que ahora estamos trabajando como Gobierno.
¿Qué tiene para decir sobre la polémica por la ambulancia que supuestamente usted pide cada que viene a su casa en Cali?
No he realizado exigencia alguna. Yo no defino en términos de seguridad cuáles son las herramientas que se requieren para mi protección. Las valoraciones de riesgo las hace el equipo de seguridad. Hay una normatividad y los protocolos, los esquemas, los vehículos que componen las caravanas del Presidente y la Vicepresidenta los definen la Jefatura de Protección Presidencial, que es la directamente encargada de ello.
¿Y qué les responde a quienes dicen que la única que está ‘viviendo sabroso’ es Francia Márquez?
Han querido desdibujar el ‘vivir sabroso’. Como lo aprendí en mi territorio, eso significa vivir sin miedo, vivir en paz. Por supuesto, en campaña hemos dicho: ‘Tenemos que cambiar las políticas para hacer de Colombia una potencia mundial de la vida y que todo el mundo viva sabroso’. Este país es maravilloso, pero lastimosamente, la maldad, la injusticia social, nos ha llevado a bañarnos en sangre y a vernos como enemigos. ‘Vivir sabroso’ es poder tocar una marimba sin miedo, y nosotros, como gente negra, sabemos de eso. La gente de este país, en medio del conflicto armado, la incertidumbre, el abandono, es capaz de sonreírle a la vida. Y eso es algo que, por más que quieran, no nos van a quitar. Al pueblo no le van a quitar la capacidad de asombro, de sentir alegría, de sonreír, eso no nos lo va a quitar nadie y es algo por lo que toda la sociedad debería luchar, por la felicidad, pero no lo hacemos. Me cuestionan porque visito los territorios, porque bailo, porque soy feliz y no debería ser así. ¿Cuántos vicepresidentes han visitado los sitios a los que yo he ido? Tierradentro, Nuquí, Timbiquí, la cárcel La Modelo.