Por Olga Lucía Criollo, Editora Política de El País
“A pesar de que Juan Carlos Abadía tenía una inhabilidad de la Procuraduría de doce años, se ha mantenido vigente en la actividad política del Valle del Cauca, ha participado todos estos años de campañas y su organización política tiene electos concejales, diputados, congresistas y alcaldes”.
Con estas palabras, el representante a la Cámara Duvalier Sánchez dice en voz alta lo que muchos otros políticos del departamento mencionan ‘off the récord’, incluso recordando que el año pasado hizo presencia en eventos públicos que tenían el propósito de apoyar electoralmente a la hoy gobernadora Dilian Francisca Toro y al excandidato a la Alcaldía de Cali Roberto Ortiz.
Así, para ellos queda claro que, de confirmarse el fallo proferido en primera instancia en su contra por la Corte Suprema de Justicia, si bien el exmandatario del Valle pasaría 21 años en prisión, su organización política seguirá teniendo presencia en la región.
Y todos coinciden en nombrar en primera instancia a Álvaro José Monedero, quien en el 2018 sacó 29.968 votos que le merecieron una curul en la Cámara de Representantes en nombre del Partido Liberal y en el 2022 subió a 52.594 sufragios, por lo que mantiene su escaño.
De hecho, contrario a otros políticos, Monedero nunca ha negado su cercanía con el exmandatario, pese a los líos judiciales que han rodeado a Abadía.
De igual forma, las personas consultadas concurren en que el cuestionado exgobernador siempre ha estado al lado de la palmirana Luzdey Martínez, que en enero pasado inició su tercer periodo en la Asamblea.
Y cerca de allí, en el Palacio de San Francisco, ratificado por esas mismas fuentes y reconocido como “amigo” por Monedero, habría otra ‘cuota’ de Juan Carlos Abadía: el secretario de Infraestructura del Valle Frank Ramírez, de quien Duvalier Sánchez recuerda que “estuvo con Dilian en la parte de TIC; con Clara Luz, siendo ingeniero de sistemas, saltó a Infraestructura, y Dilian lo ratificó”.
Emcali, ¿el botín?
“Abadía está vivo: tiene en el Concejo de Cali a James Agudelo, que se hizo elegir con todo el poder de Emcali, de los PS (contratistas) de Emcali, y de Infraestructura Vial. A él le hicieron más de 80 pavimentos”, dijo una fuente que pidió la reserva de su nombre.
Y agregó: “Todo ese poder se logra transversalmente, porque, cuando eligen Contralor, él es el medio campista que doblega con investigaciones a las secretarías, como ejemplo a Néstor Martínez (Infraestructura Municipal), que terminó trabajando para Agudelo, a pesar de que era de Fabio Arroyave”.
Sin embargo, el cabildante liberal le dijo a El País que, “si bien no niego mi amistad con Juan Carlos, mi trayectoria pública la inicié lejos de esa fuerza política”, al punto que en el 2017 sacó 17 mil votos para la Asamblea del Valle, mientras que en octubre pasado fue electo con 13.750, “así que si lo que dicen fuera cierto, debí haber sacado una votación mucho mayor”.
Reconoce sí, que esta vez hizo una alianza con Monedero y que tiene muchos votos en Emcali, “pero porque mi papá lleva 35 años trabajando en la empresa y desde hace 15 es directivo del sindicato de Emcali”.
El contralor del que habla la fuente reservada es Pedro Ordóñez, a quien El País intentó contactar para conocer su posición frente a las denuncias sin que fuera posible y el mismo que causó polémica el día de su elección al decir: “No podría dejar pasar este momento sin dar un saludo a una persona muy querida por los vallecaucanos: el exgobernador Juan Carlos Abadía”.
Pero también sobre Emcali, un ex empleado explicó que “la de Arturo Fernández, que estuvo en la primera parte de la Administración Ospina como gerente de Abastecimiento Estratégico, era la oficina de Abadía. Llegaba a Emcali como Pedro por su casa y le abrían la puerta al ascensor privado”.
Y, pidiendo no ser identificado, dijo que el exgobernador “casi no manejó PS, sino las grandes contrataciones de la empresa. Luego sacaron a Arturo de Abastecimiento y amplió los tentáculos en la Gerencia Comercial”.
Pero Fernández le aseguró a este diario que es “víctima de un amigo”, ya que, antes de trabajar en la gobernación de Abadía, estuvo en la de Garzón y luego en la de Delgado, y que conoció a Ospina cuando él era director del HUV y después lo llevó a Emcali, de donde salió, “por un tema personal, en medio del escándalo de la contratación, pero no tengo ni una sola investigación en ningún ente de control ni en la Fiscalía”.
Sin embargo, reconoce que ha vuelto a ser eje de polémica porque, tras irse a trabajar con el gobierno Petro y regresar a Cali, el saliente personero, Harold Cortés, amigo suyo y señalado amigo de Abadía, lo llevó a la Dirección Administrativa de esta entidad.
“Nunca voy a negar la amistad con Juan Carlos, somos de la misma edad y eso nos llevó a compartir, pero el cargo me fue ofrecido por mi experiencia y no es cierto que tengo fuero sindical. Soy empleado de libre remoción y el nuevo Personero me puede sacar, aunque, como todos, necesito trabajar”, dice.
“Yo no tengo nada que ver con la organización de Juan Carlos Abadía. He compartido algunos espacios con él, al igual que con otros exfuncionarios, pero decir que él es el que determina qué se hace en la Personería, es equivocado”, respondió Cortés.
En cambio, reconoció que nombró a Diego Cardona Campo, primo del ex gobernador, como personero delegado. “Él sí es amigo personal mío, es una persona con mucha experiencia en lo público y uno no puede señalar a una persona porque es familiar de...”, señaló, añadiendo que desconoce si el nuevo funcionario tiene fuero sindical o no.
El caso Jamundí
Al igual que otras fuentes, Duvalier Sánchez recuerda que Fabio Fernando Arroyave protestó en su momento porque el aval liberal a la Alcaldía de Jamundí le fue entregado a Paola Castillo porque Abadía había ido a hablar por ella ante César Gaviria, director de ese partido, “lo que lo convierte en su principal aliado para esa elección”, le dijo una fuente más a El País.
Sin embargo, la Mandataria local rechazó “las tácticas misóginas que buscan desacreditar los logros de las mujeres en la política, menospreciando nuestra capacidad y derecho a liderar. No obedezco a ninguna jefatura diferente a Dios y a mi pueblo; además, gané con el aval del Partido Liberal y la adhesión de siete partidos más”.
Así mismo, Castillo, quien no niega conocer personalmente a Juan Carlos Abadía, insiste en que su compromiso con Jamundí “se centra en superar los desafíos y avanzar proyectos que verdaderamente beneficien a nuestra comunidad, lejos de cualquier interés en conflictos políticos infundados”.
Y como ella, el representante a la Cámara Álvaro Monedero recalcó que la candidatura que ganó en el vecino municipio correspondió a una coalición y no solamente al Partido Liberal.
Igualmente, agrega que las diferencias al interior de la colectividad en torno a Jamundí se dieron porque “hace cuatro años, ellos (los Arroyave) bloquearon la candidatura de Paola Castillo, que venía del Concejo, y resulta que la candidata que ellos sacaron perdió, y ahora querían que repitiera”.
“Habemos (sic) dos representantes, Leonardo Gallego y yo, y yo soy el más votado”, reitera el congresista para dejar en claro que las cifras electorales le dan el derecho de ponerse al frente de la organización política a la que igualmente pertenece el exmandatario condenado a prisión.
Y, en esa tónica, le dijo a El País que rechaza los cuestionamientos hechos a la forma como se habrían conseguido los votos para James Agudelo, asegurando que “eso es desconocer el trabajo realizado años atrás”.
Como ejemplo, asegura que él obtuvo más de 20 mil votos en Cali, mientras que el concejal sumó 13.566 sufragios, lo que evidencia, en su opinión, que son críticas infundadas.