“Manejar el país con caprichos y ocurrencias de un presidente es la peor forma de gobernar, porque genera una incertidumbre gigantesca y no crece la economía, no hay inversión, no hay posibilidades de que la gente tenga seguridad jurídica y, cuando no la hay, nadie se atreve a hacer nada”.
Así analiza la senadora por el Centro Democrático Paloma Valencia la forma cómo se está adelantando la Administración de Gustavo Petro, quien, en entrevista con El País, también analizó la crisis política que se registra actualmente en Venezuela.
¿Por qué usted debería ser la primera presidenta de Colombia?
Porque tengo la preparación para ofrecerles a los colombianos soluciones a los grandes problemas que tenemos. La política no es simplemente discursos, es de ejecutorias y de resultados. Tengo una hoja de vida que muestra mi gran pasión por este país, mi capacidad de gestionar, de llegar a acuerdos y de construir, para que los problemas grandes de Colombia se resuelvan.
Quiero ser la presidenta que le devuelva a los colombianos la fe en Colombia, erradicando para siempre la pobreza extrema, generando las oportunidades para que los pequeños emprendedores tengan acceso al crédito, encadenamiento productivo y políticas que los acompañen. Quiero ser la presidenta de las madres cabeza de hogar, que son más del 45 % de los hogares de este país, que hoy se encuentran solas repitiendo un ciclo de pobreza donde las mujeres terminan estando presas de la ausencia de oportunidades, y porque quiero hacer una gran revolución educativa que nos ponga a tono con la revolución de la automatización y de la inteligencia artificial.
Usted ha asegurado que se está registrando corrupción en la entrega de pensiones. ¿Por qué?
Lo que estamos viendo en Colpensiones es muy grave, hemos denunciado más de $ 226.000 millones en sobrecostos y en uno de esos contratos, donde pasamos de pagar 560 millones mensuales y empezamos a pagar 1200, estamos viendo que la nueva empresa, McGregor, no está cumpliendo con los mínimos requerimientos de seguridad en la información. La anterior empresa, que era consciente, tenía sistemas de inteligencia, encriptamiento de los correos para proteger no solo los documentos, sino garantizar una trazabilidad a la hora de adjudicar esas pensiones de sustitución o incapacidad. Pero lo que estamos viendo en la nueva empresa es que todo lo tiran por Whatsapp y, si se pierde una de las pruebas, no va a volver a aparecer nunca; no se le paga los contratistas, no se hacen las visitas necesarias y, por lo tanto, se pueden estar entregando o no entregando pensiones a las que había o no había derecho, y eso le va a costar a los colombianos. Cuando uno tiene malos procedimientos, no hay trazabilidad ni sistemas de información robustos, se abre la puerta a la corrupción.
El sistema de salud tiene muchos líos, hay cuatro reformas radicadas y la discusión no inicia. ¿Qué pasa?
Lo primero que hay que decir es que el problema de la salud no es de ley, ni del sistema: necesita más recursos y no es un problema de diseño, todos los sistemas del mundo padecen por plata, porque cada vez los ciudadanos quieren más servicios de salud y las nuevas tecnologías son costosas. El Gobierno tenía un falso discurso que decía que el problema del sistema era que las EPS se demoraban en pagarles a clínicas y hospitales, y que con el giro directo iba a quedar todo solucionado, y la realidad es que los hospitales siguen en crisis, están ahogados, y la Asociación de Clínicas y Hospitales ya lleva tres comunicados diciéndole al Gobierno que no aguantan más. El problema es que el Gobierno no ha querido tener seriedad en el ajuste de la UPC, que es lo que se paga por cada colombiano.
¿Por qué plantea usted que es mejor que esa reforma del Gobierno se tramite como ley estatutaria y no como ordinaria?
Las leyes estatutarias son aquellas donde se requieren mayorías absolutas para proteger los derechos fundamentales, según la Constitución. Hoy los colombianos tenemos derecho a escoger nuestro asegurador, bien sea público, privado o mixto, y nos van a quitar ese derecho para obligarnos a todos estar en el sistema público y evidentemente se está tocando el núcleo esencial del derecho. Y cuando decide presentarla como una ley ordinaria, el Gobierno lo que pretende no es solo obviar las comisiones primeras, sino no tener necesidad de mayorías absolutas, que son determinantes a la hora de aprobar ese proyecto. Es claro que el Gobierno pretende evitar un trámite que la Ley 5 le exige y que la propia Constitución prevé, para sacar un proyecto que espero no salga. Pero si lo tratamos como estatutaria, no solo va a ir a comisiones primeras, donde los políticos son más conocidos y más responsables con su voto, sino que va a requerir mayorías que, estoy convencida, el Gobierno no tiene.
¿Cuál puede ser la salida a la crisis que está viviendo en Venezuela, tras la denuncia de fraude electoral en contra del Gobierno Maduro?
Tiene que haber un bloqueo internacional gigantesco, aumentar la presión contra el régimen, para que sea casi que invivible económica y políticamente, con el reconocimiento de todas las naciones democráticas del triunfo del Edmundo González y abriendo canales de comunicación con Maduro para ofrecerle una salida negociada, pero ni repetir elecciones ni darle más tiempo, sino organizar la salida del régimen, porque aquí ya no hay vuelta de hoja: o el mundo es capaz de sacar un tirano que se roba las elecciones o el mundo se vuelve cómplice de la dictadura. Creo que corresponde que todo el mundo rodee a una heroína tan importante como María Corina Machado, que se ha convertido en la bandera de la libertad por Venezuela.
Se dice que de aquí a diciembre saldrían siete millones de venezolanos. ¿Colombia está preparado para esa ola migratoria que tendría aquí su primer destino?
Uno no puede desconocer el gran aporte que han hecho los venezolanos estos años a Colombia; uno va a las regiones y, si no hubiera sido por ellos, las cosechas de café y la panela no se habrían podido procesar. Hay que agradecer también que, cuando Colombia tuvo épocas difíciles, también nos recibieron con afecto. Pero cuando usted tiene un proceso de inmigración tan descontrolado, con tanta pobreza, hay un momento de choque que es tremendo. En una mala situación económica va a ser muy difícil para este país una inmigración amplia, porque si no hay para los de acá, menos para los de afuera. Creo que eso va a tener unos enormes retos que el Gobierno ni siquiera está teniendo en mente.
Cree, como se dice, que la nueva Fiscalía ha avanzado muy lentamente en el caso contra Nicolás Petro?
Siento que la Fiscalía está jugando un papel político a favor del Gobierno. Un proceso cuyas pruebas eran incontrovertibles, donde había incluso una confesión de Nicolás Petro, que la acción de la Fiscalía sea perseguir al fiscal que lo está investigando deja mucho qué desear. ¿Dónde están las investigaciones del hermano del Presidente y contra Ricardo Roa, gerente hoy de Ecopetrol, pero que fue gerente de la campaña de Petro, que habría utilizado sus cuentas personales con dinero en efectivo, violando disposiciones de la Constitución y del Código Penal? Pero sí se ve mucha premura en perseguir al expresidente Uribe, en abrirle investigaciones a ‘Fico’ Gutiérrez porque hay un anónimo que dice que tuvo una financiación ilegal sin que exista ninguna prueba. Aquí sí se empieza a ver el matiz político, aunque lo quieran mantener en silencio.
¿Y qué piensa del escándalo de corrupción detectado en la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos?
Lo de la Unidad es una de las cosas más asquerosas que haya visto Colombia, porque uno había oído que los gobiernos le daban cupos a los congresistas y que ellos allá, con los contratistas y las autoridades locales, sacaban una plata. Este es un gobierno que se robó él mismo la plata, para entregársela en efectivo a los congresistas. Ahí estamos ante una situación de una gravedad inusitada, sobre todo porque la gente habla del escándalo, pero no habla de que las leyes del Gobierno de Gustavo Petro se aprobaron utilizando los recursos de los colombianos en corrupción, luego esas leyes son nulas todas.
¿Cómo analiza la baja en la favorabilidad del presidente Petro?
El problema del presidente Petro es que no está solucionando los problemas estructurales de este país: la pobreza extrema, la cantidad de jóvenes que no estudian ni trabajan, los ciclos de violencia y de exclusión que tienen las mujeres, los problemas de la calidad de la educación. Pero él, en vez de resolverlos, se ha dedicado a crear nuevos: ahora tenemos problema en la salud, en el sistema pensional, en los hidrocarburos, en la construcción causado por caprichos de querer cambiar el subsidio de Mi Casa Ya, y uno se pregunta si este Presidente le ha servido a Colombia y tiene que concluir que, lejos de resolver problemas, creó más.
¿Comparte la percepción de que el Presidente hace un anuncio y sus ministros tienen que salir a acomodar o precisar esas ideas?
Manejar el país con caprichos y ocurrencias de un presidente es la peor forma de gobernar, porque genera una incertidumbre gigantesca y no crece la economía, no hay inversión, no hay posibilidades de que la gente tenga seguridad jurídica y, cuando no la hay, nadie se atreve a hacer nada. Es como vivir al lado del abismo. Un país que vive todo el tiempo pendiente de qué nueva locura se le ocurre al Presidente empieza a tener problemas estructurales graves, sobre todo porque llevamos ya dos años de eso y parece que vamos para dos más. El Presidente tiene que hablar menos y hacer más.
En el Cauca, su departamento, y otras regiones del país se habla de un aumento de la violencia...
Fracasó la Paz Total, hay que decirlo con toda claridad. Este proceso de paz ha significado la inactividad de las Fuerzas Armadas, la ausencia de política antidrogas y el crecimiento de los grupos ilegales, que aumentaron en año y medio de Gustavo Petro en 3500 guerrilleros nuevos y que han aumentado su control territorial, como lo muestra la Defensoría: pasaron de 230 a 299 las disidencias, en 40 municipios el ELN, en 14 municipios el ‘clan del Golfo’, y así sucesivamente. Si usted estuviera en un proceso de paz, los grupos ilegales no estarían aumentando en número ni en control territorial. Estamos usando la Paz Total como una excusa para que se reempoderen y retomen el territorio los grupos ilegales.
Hay quienes dicen que, con su gestión, Gustavo Petro le está cerrando las puertas a otro gobierno de izquierda en Colombia. ¿Cuál es su percepción?
El Gobierno Petro está mostrando una enorme incompetencia y que mucho del discurso de izquierda era mentiroso. Por ejemplo, la crítica a la Ley 100, que Colombia tenía el peor sistema de salud de todos, pues miren el sistema que propone la izquierda, que es el de los maestros: más de 14.000 quejas acumuladas, ausencia de citas y medicamentos y una crisis total, porque era una ocurrencia, no un sistema de salud; miles de familias perdieron sus ahorros, porque ya no fueron clasificados por el nuevo sistema para Mi Casa Ya, y el sueño de comprarle a Maduro carbón, petróleo y gas llevó a Colombia a una crisis a Ecopetrol, que es una de las que más le contribuye al Presupuesto Nacional.