“No como política, el político es mi esposo, pero sí como una venezolana más que votó y trabajó para lograr tener todas las actas y comprobar que ganamos el 28 de julio, a la comunidad internacional le imploró que ponga sus ojos sobre Venezuela”.
Ese es el clamor de Aurora Silva, la esposa de Freddy Superlano, a quien el pasado martes el régimen de Nicolás Maduro le cobró un pendiente: en el 2021 él le arrebató al oficialismo la Gobernación de Barinas, la tierra de Hugo Chávez.
¿Quién es Freddy Superlano?
Mi esposo es un dirigente político, una voz pesada en el país, un luchador demócrata, que cree en la recuperación de la libertad del país por la vía legal y electoral. Está desde los 18 años en política y hace más de 72 horas que no tengo conocimiento de su paradero. El jueves, el fiscal Tarek afirmó que lo tienen, pero para mí sigue desaparecido, ya que no sé dónde está ni en qué condiciones de salud. He ido a los centros de detención a pedir información y en ninguno me dieron respuesta.
¿Cómo se produjo la detención de su esposo?
Mi esposo había sufrido amenazas y, a partir del 2021, aumentaron. Él ganó las elecciones regionales en el estado de Barinas, que fue épico en nuestro país, porque allá nació Hugo Chávez, y Freddy aniquiló la dinastía de los Chávez. Desde allí la persecución hacia él aumentó, mi familia siempre ha sido objeto de amedrantamiento. El día de la detención iba al comando de campaña para salir a la actividad que habían convocado María Corina Machado y Edmundo González, pero la amenaza más directa reciente fue hace tres semanas, cuando Diosdado Cabello dijo que por sus narices había pasado una orden de detención contra un líder opositor nacional de iniciales FS. Obviamente, entendimos que el mensaje era para Freddy Superlano.
Entonces fue una notificación, más que una amenaza...
Mi esposo intentó resguardarse, pero, como todo luchador demócrata, tenía que ir a las actividades. Estaba consciente de lo que estamos enfrentando en este momento tan difícil para nuestro país. Conversé con él ese día, porque yo estaba en Barinas y él en Caracas, y como a los 40 minutos su asistente, Renzo Salinas, también detenido, me llamó desesperado diciendo que le estaban disparando a la camioneta, persiguiéndolos, hasta que los chocaron en dos oportunidades y los interceptaron. Gracias a Dios, los vecinos grabaron, porque las calles de Caracas ese día estaban solas y hubiese sido aún más difícil dar con su paradero, porque no tendríamos los videos en los que vemos la detención arbitraria por un grupo de personas armadas, sin identificación y encapuchadas.
¿Alguien le ha dado alguna pista sobre su estado de salud o de dónde está?
No. Solo lo que dijo Diosdado (Cabello) hace dos noches por televisión en un tono de burla; es una falta de respeto por el dolor ajeno, el dolor de la familia. Cuando él asegura que está con ellos, ‘cantando, que casi es bilingüe’, lo que nos da a pensar es que los rumores que tenemos son ciertos: está siendo torturado para que haga un video declarando en contra de María Corina Machado y Edmundo González. A eso le sumamos las declaraciones del fiscal Tarek William. O sea, confirman que fueron ellos los que lo secuestraron, pero no lo he visto, no sé su estado de salud, eso no es garantía para mí de que esté bien.
¿Cómo han vivido esta situación sus hijas?
Él tiene seis hijos, entre ellos mis dos niñas, de 6 y 3 años; están en Barinas, con mi mamá. Aurora hablaba con su papá mañana, tarde y noche, porque él estaba en Caracas por temporadas, pero nuestro hogar sigue estando en Barinas. Tratamos de manejar la situación, pero me va a tocar hablarles con la verdad. Es una situación muy difícil, mi hija de 6 años es muy emocional y todo el tiempo está pendiente de lo que dice su papá. Está clara, pese a su corta edad, de lo que enfrentamos: usted le pregunta por Maduro y le da una clase magistral, igual que lo que le puede decir mi esposo. Pero ella asume que los malos son los que están en la cárcel y, al decirle que su papá está preso, no va a entender.
¿Teme por la vida de su esposo?
Sí, he hecho responsable al régimen de Nicolás Maduro de lo que le pueda pasar a mi esposo. Temo por su vida, por la seguridad de mis hijas, de sus hijos, de su madre. Somos víctimas de persecución desde hace seis años. En nuestra casa, las chiquitas están acostumbradas al carro blanco que las persigue, no se respetan los Derechos Humanos de unas niñas. Aquí en Venezuela ya agoté lo que podía hacer a nivel legal, pero no procede: estamos en dictadura.
Los dirigentes opositores me han ayudado con las oenegés y las organizaciones que están apoyándonos. De verdad, agradecida con los medios internacionales, porque han hecho una gran cobertura, pendientes de la situación de mi esposo. Quiero recalcar que, al igual que el de Freddy Superlano, hay más de mil hogares implorando dar con sus familiares.
Maduro dio declaraciones abrumadoras, donde reconoció que van más de mil detenidos y que van a detener a 1200 más.
¿Piensa seguir en Venezuela, pese al peligro que corre su familia?
Sí, claro. Mi esposo es una víctima más de Maduro, yo me convierto en su vocera y en la de los más de mil detenidos que hay ahorita en nuestro país, que deben ser liberados; prioridad, para mí, mi esposo, pero son venezolanos todos los que están detenidos injustamente. ¡Son tantas familias! El día que recorrí los centros, todas estaban afuera implorando información sobre sus hijos. Incluso hay menores de edad detenidos.
¿Qué llamado le hace a la comunidad internacional sobre lo que está pasando en Venezuela?
No como política, porque el político es mi esposo, pero sí como una venezolana más que votó y trabajó para lograr tener todas las actas y comprobar que ganamos el 28 de julio, a la comunidad internacional le he implorado que ponga sus ojos sobre Venezuela, así como a los países hermanos y a sus presidentes; que no ignoren la situación tan grave y difícil que tenemos en nuestro país.
Me resulta insólito y triste que puedan querer hacerse los ciegos o ignorar la voluntad del pueblo. Fueron más de siete millones de venezolanos que decidieron que Edmundo González sea nuestro nuevo presidente, y lo logramos con el trabajo de todos; el venezolano se empoderó, y eso las calles lo están demostrando; aquí no se trata ya de dirigencias políticas, es el pueblo, con hambre, reclamando que se respete su voluntad y lo que, por derecho, le corresponde.
¿Ha tenido oportunidad de hablar con María Corina o Edmundo González?
No me he comunicado personalmente con ellos. Tenemos que entender que los detenidos son prioridad para nosotros, pero Venezuela está en un momento sumamente difícil. Yo confío en las decisiones que tome nuestro presidente, Edmundo González, comandado por la líder María Corina Machado. Sin embargo, he recibido el respaldo de todos los dirigentes de la Plataforma de la Unidad, del Comando Venezuela, del que mi esposo forma parte, y, por esa vía, el respaldo de Edmundo González. Ahora, más que todo, me importa la vocería internacional. Creo que la presión internacional es lo que nos va a ayudar en este momento.
¿Se ha reunido con familiares de otras personas detenidas?
No, no se ha hecho posible, pero sí tiene que pasar en las próximas horas, para tener un lineamiento para exigir la libertad de todos los detenidos injustamente, porque muchos ni siquiera tienen cargos ni órdenes de captura y a algunos ni siquiera los han procesado, así como a otros los han procesado sin defensa privada, porque, pese a la presencia de los fiscales, uno tiene que entender en qué condiciones los están interrogando, y que los están haciendo firmar documentos. Ahí es donde hablamos de la violación de sus derechos humanos.
¿Cree que hay alguna posibilidad de que Nicolás Maduro entregue el poder?
Estoy segura que sí; quizás los venezolanos habíamos perdido la esperanza o estábamos resignados, pero esta vez es distinto, va más allá de dirigentes políticos, porque las protestas que se han hecho no han sido convocadas; es la gente molesta, que quiere exigir que se respete su voluntad. Sí creo que no va a ser fácil y lo estoy viviendo en carne propia.
Mi esposo, incluso, me lo dijo: ‘Lo más duro va a ser después del 28, mi amor, y tenemos que estar preparados para lo que viene’. Estamos con las decisiones que Edmundo junto a María Corina tengan que tomar para lograr el cambio: ya lo logramos, ahorita tenemos que cobrar. Esto lo que ella siempre ha hablado, que vamos a ganar y vamos a cobrar.
¿Cómo percibe el ambiente entre los soldados y los policías rasos, son solidarios con ustedes?
Un sector no lo es, pero otro gran sector, sí. El día de las elecciones, guardias del Plan República me ayudaron a recuperar actas en los centros de votación, y le comenté a mi esposo del caso de Barinas, que era increíble. Sí he recibido en gran parte consuelo, pero también comentarios de inhumanos, fríos, que se burlan del dolor de todas las familias de los que están injustamente detenidos, pero sí hay un sector que me ha demostrado solidaridad.