“Las manifestaciones le dejan un mensaje muy claro al presidente Gustavo Petro y a su Gobierno sobre la urgente necesidad de hacer un viraje en sus políticas, su lenguaje, su capacidad de escucha, de respeto a la prensa y la oposición y, en general, de un derrotero que indique hacia dónde quiere conducir el país”.
Así lo considera el analista político John Mario González tras la gran participación de los colombianos en las marchas de ayer convocadas por la oposición en contra de las reformas sociales que impulsa el Ejecutivo y los recientes atropellos del Mandatario a los medios de comunicación del país.
En Cali, más de 15 mil personas se movilizaron desde el Parque de las Banderas hasta la Plazoleta Jairo Varela, vestidas con camisetas blancas y ondeando banderas tricolor, mientras en el fondo se escuchaba el himno de Colombia y toda clase de arengas en rechazo a la Administración.
Para el representante a la Cámara Christian Garcés, ese “es un claro mensaje para el Gobierno de que no va bien, como además lo muestran las encuestas, los colombianos quieren cambios pero sin destruir lo construido, ni que se esté premiando al criminal en vez de al ciudadano honrado”.
De acuerdo con él, González comenta que “el sentimiento o motivación de los marchantes fue el clima de desgobierno, las políticas equivocadas y sin consenso que el Ejecutivo pretende aprobar; las amenazas hacia los medios y críticos de su mandato, y el lenguaje procaz, desatinado y polarizante que utiliza el Presidente”.
El analista advierte que la gran participación de los colombianos en las calles es un llamado de atención al Jefe de Estado para decirle que “si no introduce un viraje de 180 grados, corre el riesgo de entrar en una espiral irreversible de ingobernabilidad”.
Lo anterior fue confirmado por los caleños quienes se movilizaron toda la mañana y parte de la tarde con carteles que decían: “Gobierno amenaza a los medios por contar la verdad”, “queremos generación de empleos sin acabar con las empresas”, “Presidente, salve usted la patria, renuncie”, “exigimos un gobierno confiable”, “queremos un país con futuro para quedarnos”.
En ese sentido, Garcés menciona que en la participación en las calles fue motivada por “la indignación, los escándalos de corrupción, las equivocaciones de los ministros, los radicalismos ideológicos sin soluciones, el deterioro de la seguridad y el enfrentamiento con las instituciones”.
Ante las posibles salidas para Petro, el analista González señala dos caminos: “lo primero es corregir y asumir una postura más dialogante y de respeto, lo cual no será fácil dado su talante y antecedentes. El segundo es polarizar, confrontar y buscar chivos expiatorios a su incapacidad de gobernar y que podría conllevar a un quiebre institucional”.
De su lado, el politólogo Alejandro Echeverry coincide en que esas movilizaciones “son un llamado a que un sector de la sociedad no se siente incluido dentro de estas dinámicas de reformas sociales y económicas que ha planteado el Gobierno. Mal haría Petro en no poner atención. Esto demuestra que el Presidente debe gobernar para todos”.
Además, resalta que tan grande afluencia en las calles tiene “un tinte de medir fuerzas para las elecciones regionales. Todo lo que se ha construido en los últimos seis meses, toda narrativa por parte del Gobierno y la oposición, es un pulso de poder para los comicios de este año”.
De hecho, la senadora del Centro Democrático María Fernanda Cabal, quien participó en las marchas de ayer en la capital del Valle, hizo alusión a la contienda de octubre y le pidió a los colombianos que hagan veeduría desde todos los sectores para “derrotar el socialismo progresista que lo que hace es repartir miseria”.
“Vamos a volvernos testigos electorales, no vamos a dejar que nos roben en las mesas ni en la Registraduría. A los candidatos de Cali quiero pedirles: Por favor, suficiente ha sufrido la ciudad para venir a dividirse en un montón de aspirantes, espero, que no lo creo, porque les ha ido tan mal que aquí no vuelve el socialismo, pero que permitan que llegue el mejor alcalde”, dijo Cabal.