La Paz Total del presidente Gustavo Petro no ha tenido los resultados esperados a casi dos años de su implementación. Por el contrario, el escalamiento e intensificación de la violencia por parte de los grupos armados ilegales en los territorios, hacen prever que los diálogos no llegarán a feliz término al cierre de su Gobierno.
Algunos analistas consultados calificaron como un “rotundo” y hasta “estruendoso fracaso”, la política de negociación de la Casa de Nariño, la cual aseguran, no presenta un verdadero avance y habría servido además para fortalecer militarmente a estas organizaciones.
Carlos Charry, director del doctorado en Estudios Sociales de la Universidad del Rosario, sostuvo que la Paz Total es un reflejo de lo que es el Gobierno Petro. “El Ejecutivo fue bastante ambicioso y poco realista a la hora de enfrentar negociaciones paralelas con diferentes grupos de diferente origen que, incluso en su interior, están abiertamente fragmentados o tienen problemas de liderazgo, como las disidencias de las Farc y el ELN”.
Aunque no ha terminado esta Administración y muchas de las negociaciones teóricamente siguen, Charry reconoció que de alguna manera la Paz Total fracasó. “El pretender llevar, bien sea el sometimiento a la justicia o a una negociación que termine con la entrega de armas y la reincorporación de estos grupos armados ilegales al tiempo, es muy complejo”.
Para el analista, se hubiesen mostrado mayores resultados si solo hubiese negociado con el ELN.
Frente a los diálogos con la Segunda Marquetalia, aseguró que “están minadas por la incertidumbre, toda vez que un informe de las Fuerzas Armadas constató que este grupo viene en un fuerte proceso de adquisición de armamento especializado”.
Pidió al Gobierno hacer una pausa, reorganizar las fuerzas en los territorios donde se están presentando más enfrentamientos y replantearse cuáles son las negociaciones que en realidad darían resultados efectivos.
En esa misma línea, Álvaro Benedetti, consultor político, también calificó la Paz Total como un fracaso, pues aunque Petro se comprometió en elecciones a firmar la paz con el ELN en tres meses, “esto no ha pasado y temo que de hecho lo que ha sucedido es que la mayoría de las organizaciones ilegales, especialmente aquellas que están reinsertadas tras los diálogos de La Habana y el proceso de paz, se han fortalecido a propósito de la captura territorial de varias regiones del país, animadas por las economías ilícitas”.
Agregó que no hay lecciones aprendidas durante estos dos años de implementación de la Paz Total, pues “sencillamente es un fracaso rotundo de política pública que le está costando a Colombia gran parte de esa credibilidad que logró durante más de 20 años, tal vez con una política más coherente de lucha frontal contra el terrorismo y acciones ilegales de estos grupos. Es el mayor fracaso del Gobierno de Gustavo Petro”, opinó.
No obstante, Benedetti afirmó que va a ser muy difícil cambiarle el chip al Ejecutivo frente a lo que entiende por construir la paz, pero insistió en que necesita escuchar al resto del país que le pide recapacitar sobre la manera de entender la paz y también de cómo enfrentar la violencia.
En ese mismo sentido, Jhon Mario González, analista político, no vaciló en afirmar que las lecciones estaban aprendidas desde mucho antes de que el Gobierno impulsara su llamada política de Paz Total.
Recalcó que “el motor de la guerra en Colombia no son ningunos ideales, sino el narcotráfico, las rentas ilegales, la ilegalidad y falta de control territorial por parte del Estado que pulula en todo el territorio nacional”.
Señaló que lo que tiene que hacer el Estado “es someter a los criminales, llevarlos a la cárcel y restablecer el imperio de la ley en todo el país. Cualquier fórmula distinta a eso es un fracaso anticipado”, subrayó.
Para González “la Paz Total fracasó estruendosamente y solo le sirve al Gobierno para mantener la esperanza de unos pocos incautos, para intentar convertir el proceso electoral de 2026 en un nuevo plebiscito”.
Advirtió igualmente que los diálogos con la Segunda Marquetalia han quebrantado los Acuerdos de La Habana. “Felices Iván Márquez y compañía de que les vuelvan a reconocer estatus político; es el mundo al revés”.
Entre tanto, Andrés Preciado, director de Conflicto y Seguridad de la Fundación Ideas para la Paz, expresó que la lección más fuerte que ha tenido que aprender el Gobierno es que la negociación de paz no iba a ser una cosa rápida como ellos pensaban. “Por más que la idea de Paz Total era bastante atractiva, la metodología importa, e importa para poder tener avances en las negociaciones, esa es otra de las grandes lecciones aprendidas de la Paz Total”.
Esta política tampoco ha cumplido en cuanto a alivios humanitarios y mejorar la seguridad. “No ha cumplido y se la pasa en una situación de crisis y cuando una política se la pasa en crisis pues si hay que reconocer que algo está fallando”.
Agregó que los diálogos con el ELN no han tenido grandes avances, a excepción del primer punto de metodología de participación, lo que hace prever que no se llegará a un acuerdo antes del cierre de este Gobierno.
Sin embargo, uno de los puntos más complejos de la Paz Total son los diálogos con la Segunda Marquetalia, “porque tiene todos los problemas jurídicos del mundo y además tiene problemas de legitimidad muy significativos. Es difícil vender socialmente que se va a terminar negociando con una persona con la que ya se había negociado y que incumplió el acuerdo con el Estado”.
Según Preciado, el camino de la Paz Total para lo que queda de este Gobierno es un camino muy enrevesado en particular porque no hay normatividad y seguridad jurídicas claras para la negociación.
“Desde la Fundación para la Paz creemos que esto ya no tiene cómo recomponerse. El Gobierno planteó una política de Paz Total que no tiene un buen andamiaje jurídico y esto no permite avanzar en los diálogos, por eso creemos que no va a ser una política exitosa”, indicó Preciado.