Aunque el presidente Gustavo Petro ha sido reiterativo en sus discursos sobre la Paz Total, bandera que, casi desde que se posesionó, ha llevado a cada espacio nacional e internacional en el que ha participado, ahora el mandatario asegura que “no le gusta” y que fue un término que no salió de él.
“Que no se produzca confusión sobre lo que queremos, más en medio de las burbujas de la prensa y en la realidad que se está construyendo, no es que lo tengamos claro en la cabeza, una perspectiva de paz, la prensa le llamó ‘Paz Total’, a mí el nombre no me gusta, pero ese fue el nombre con el quedó”, dijo Petro en un encuentro con los almirantes y generales de las Fuerzas Militares en la Escuela Militar de Cadetes José María Córdova.
Sin embargo, es necesario recordar que a la reforma a la Ley 418 o ley de Orden Público, se le dio el nombre de ley de Paz Total, siendo el marco legal para que el Gobierno pudiera dar inicio a sus negociaciones con grupos armados ilegales.
“Habrá personas que negociarán con el Gobierno las opciones de acabar con una guerra insurgente desde hace muchas décadas, que debe terminar definitivamente sin ecos para que la sociedad colombiana sea la verdadera dueña del país, la verdadera dueña de los destinos de Colombia, la democracia real y pacífica que necesitamos en este país. Así que queda firmada la ley”, mencionó el Jefe de Estado en su momento.
Además, el 31 de diciembre del año pasado, al anunciar que se había pactado un cese al fuego bilateral con cinco organizaciones armadas, el Mandatario volvió a usar la expresión: “Hemos acordado un cese bilateral con el ELN, la Segunda Marquetalia, el Estado Mayor Central, las AGC y las Autodefensas de la Sierra Nevada desde el 1 de enero hasta el 30 de junio de 2023, prorrogable según los avances en las negociaciones. La paz total será una realidad”.
Asimismo, proyectos como el Plan Nacional de Desarrollo, recientemente aprobado en el Congreso, repite en varias ocasiones el conocido término del Presidente. De hecho, el objetivo de la iniciativa señala: “Este proceso debe desembocar en la paz total, entendida como la búsqueda de una oportunidad para que todos podamos vivir una vida digna, basada en la justicia; es decir, en una cultura de la paz que reconoce el valor excelso de la vida en todas sus formas y que garantiza el cuidado de la casa común”.
También, cuando el Gobierno ha tenido buenas noticias, se ha informado como un logro a la Paz Total. El pasado 24 de abril, Petro celebró una incautación de sustancias ilegales: “Cae dos toneladas y media de cocaína en Buenaventura. La estrategia de interdicción mejora. La destrucción de las economías ilícitas es el camino de la Paz Total”.
En el encuentro con los almirantes y generales de las Fuerzas Militares también dejó que claro, que pese a no gustarle el nombre, “este proceso debe desembocar en la ‘paz total’, entendida como la búsqueda de una oportunidad para que todos podamos vivir una vida digna, basada en la justicia. Es decir: una cultura de la paz que reconoce el valor excelso de la vida en todas sus formas y que garantiza el cuidado de la casa común”.
En ese sentido, hay que recordar que incluso desde antes de su posesión, Petro ya usaba con frecuencia ese término para referirse a las negociaciones con las organizaciones al margen de la ley y otras de sus apuestas: “La Paz Total no solo implica negociaciones políticas o judiciales con grupos armados, sino reformas sustanciales en la sociedad: la reforma agraria que haga la tierra productiva en manos de millones de campesin(a)s y la entrada de la juventud a la educación superior sin barreras”, se lee en un trino del mandatario del 2019.