La frustrada elección de Gustavo Bolívar como segundo vicepresidente del Senado dejó en evidencia las profundas diferencias que hay al interior de los partidos de oposición.

Así lo aseguran varios analistas y políticos, quienes consideran que la postulación de Iván Name por la Alianza Verde, luego de que el integrante de la Colombia Humana fuese derrotado por 66 votos en blanco contra 32 en su propósito de acceder a esa dignidad, muestra que esas fuerzas políticas llegarán separadas a la contienda presidencial del próximo año.

El ‘agarrón’ tuvo su comienzo al final del martes, luego de que, según lo convenido en los acuerdos entre los distintos partidos con asiento en el Legislativo, se escogieran al conservador Juan Diego Gómez y a la integrante de la U Maritza Martínez como presidente y primera vicepresidenta del Senado, respectivamente, tras la instalación de las sesiones del último periodo de la actual legislatura.

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Sin embargo, todo indica que al menos desde el comienzo de ese día en los pasillos del Capitolio era ‘vox populi’ que el oficialismo, que es mayoría en la corporación, le iba a cobrar algunos ‘pendientes’ a Bolívar, tales como su supuesto apoyo a los miembros de la llamada Primera Línea, que lideró los bloqueos en varias ciudades durante el Paro Nacional.

“Plenaria del Senado derrotó al impulsor y defensor de la #PrimeraLínea. 66 votos en blanco representan el rechazo que produce quien ha querido subvertir el orden establecido. ¡Ganó la democracia!”, escribió, por ejemplo, la senadora uribista María Fernanda Cabal en su cuenta de Twitter.

No podía repetir

Pero lo cierto es que el mayor reclamo de Bolívar, a quien respaldan los congresistas del Polo, Comunes y Unión Patriótica, no es contra el oficialismo sino contra otro miembro de la oposición: la Alianza Verde.

Esto porque, luego de la votación y de que el nuevo presidente del Senado, Estatuto de la Oposición en mano, negara la segunda votación que reclamaban los perdedores para el petrista, la colectividad liderada por Angélica Lozano postuló a Name en medio de la aceptación de la coalición de Gobierno y el rechazo del resto de la oposición, cuyos miembros incluso se retiraron del recinto.

“El Partido Verde, violando el Estatuto de la Oposición, porque ya ocuparon la 2da. vicepresidencia, y haciéndole el juego al uribismo, postula a Iván Name, a quien la derecha sí acepta. Es una traición a las minorías. Aceptable en el CD, pero jamás en el Partido Verde. Traición”, trinó Bolívar, mientras algunos verdes como los representantes Inti Astrilla y Katherine Miranda se sumaban a la protesta.

“El veto a Bolívar no es expresión democrática. Dado este hecho, les correspondía postular otro candidato, no al Verde. Es la norma y el correcto proceder. Me retiré para no participar en algo con lo que no estaba de acuerdo”, trinó también el senador copartidario Iván Marulanda, aludiendo a que Lozano ya había ocupado una vicepresidencia y la norma dice que ninguna fuerza política puede repetir.

Seguirán divididos

Para el sociólogo Carlos Charry, la pelea iniciada el martes en el Congreso y que hasta anoche mantenía enfrentada a sectores de la oposición en las redes sociales evidencia dos maneras diferentes de hacer política: “Una oposición recalcitrante, radical, que a todo dice que no, y un sector más del centro, más dialogante, que si para ciertos proyectos tiene que acercarse a los partidos de Gobierno, lo hace y busca soluciones”.

Pero igualmente, dice el profesor de la Universidad del Rosario, evidencia que la oposición va a volver a llegar dividida a las presidenciales, “lo que le facilita el trabajo a los partidos de Gobierno, que muy seguramente sí van a tener un candidato después de diferentes procesos de consultas internas, y donde el voto de estructura sí funciona de manera mucho más disciplinada, frente al voto de opinión, que es el que se mueve del lado de la oposición”.

En el mismo sentido se expresa la politóloga Stefanía Gaviria al afirmar que ideológicamente la oposición “no está mirando para el mismo lugar”, por lo que “el camino a la Presidencia ya no va a estar entre la izquierda, la derecha y el centro, sino que nos vamos a centrar también en quiénes son de la izquierda y cuántos candidatos van a dar la pelea desde la izquierda, pero siendo de diferentes movimientos. Entonces, lo que pasó en el Congreso puede ser un primer escenario de lo que pueda pasar en el 2022 con las presidenciales”.