A Juan Gregorio Eljach Pacheco no le puede faltar su principal inspiración: el sorbo del tinto que, casi como un rito, le llevan no menos de quince veces al día al gran mesón que tuvo durante muchos años en su oficina como escritorio. El mismo adonde llegaban a sentarse desde aquellos que estaban más cerca del poder político del país hasta las señoras del aseo o las personas de servicios generales que le acompañaron en su paso por el Senado como secretario general.
Pero no es solo por eso que nunca pasó desapercibido en el Capitolio: su tono de voz y su ánimo, acompañado de un paso rápido, hacen saber que el fusagasugueño, guajiro y caucano está presente. Y ese mismo estilo es el que llevará al imponente edificio de la Carrera Quinta con Calle 15, en el corazón de Bogotá, desde mediados de enero próximo, cuando reemplazará a Margarita Cabello en la Procuraduría General de la Nación.
Los asuntos jurídicos son como el trago de café que lo motiva, habla y habla sin parar, y mucho más si son del orden legislativo, al punto que se va del Senado con el orgullo de haber creado la que él llama ‘universidad del Congreso’: el Centro de Altos Estudios Legislativos, Cael, el cual, incluso, ya tiene ley para garantizar su funcionamiento.
Ya como electo titular del Ministerio Público, en la carrera de una a otra cita, ya de forma inmediata y sin espacio para el descanso, Gregorio Eljach habló con Colprensa sobre cómo será su gestión durante los próximos cuatro años.
¿Después de que no fue elegido por la Corte Suprema de Justicia pensó que ya no podría ganar la Procuraduría General de la Nación?
La verdad, pasó muy poquito tiempo, tal vez un día, entre que me enteré de la decisión soberana y plenamente acogida de la honorable Corte Suprema de ternar a un distinguido abogado y en ese espacio surgió la posibilidad de lo que planteó el Presidente. Entonces, casi que fue sobreviniente lo uno a lo otro, y no hubo mucho tiempo de reflexionar, en el sentido de que el objetivo era competir para ser elegido por la plenaria del Senado.
¿Por qué cree usted que podrá llegar a ser el eje articulador para la unidad de un país tan polarizado como está Colombia hoy?
Hay un talante personal, hay unas relaciones institucionales de cercanía con los congresistas, debo decirlo, pues hay un reconocimiento al buen servicio y también hay una necesidad de buscar la armonía que se está desdibujando entre las ramas del poder público y los organismos de control, de manera que ahí la Procuraduría tiene un papel importante qué jugar.
El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, decía que ve la posibilidad de que, a través de lo que usted haga, se pueda llegar al acuerdo nacional que propone el Gobierno. ¿Cómo ve esa iniciativa?
El Acuerdo Nacional es una propuesta de origen del Presidente de la República y de la Rama Ejecutiva. El Ministerio Público es independiente y autónomo, se rige por sus propias normas y su propio mandato. Habrá que concertar con el señor Presidente cuál es su iniciativa y cómo la quiere manejar y contribuir en lo que sea conveniente para el propósito superior de que haya armonía, concordia y solidaridad en el funcionamiento de las diferentes ramas. Esperemos que se concrete esa idea y podamos avanzar sobre ese terreno.
¿Qué acciones en concreto va a adelantar para garantizar que la Procuraduría no se acabe, cuando hasta el propio presidente Petro ha expresado ese deseo?
Hay diferentes manifestaciones: de querer cerrarla, desde diferentes posiciones ideológicas, pero también propuestas académicas de reforma, de ajuste. Yo lo que he dicho es que la Procuraduría hay que repotenciarla. Y siempre digo las dos palabras pegadas, porque es re, es doble, hay que darle más vigor, más capacidad de ejercicio y funciones.
Hay que hacerla más liviana, no tan llena de competencias que consumen recursos humanos, financieros y físicos y hacer prioridad otras que son más urgentes, como la de los Derechos Humanos, la de sanción o prevención de la corrupción y también la de intervención en los procesos judiciales, que está como tan venida a menos. Esos son procesos muy largos, que vienen desgastando la entidad, hay que recuperarla.
¿La Procuraduría mantiene la función de sancionar a funcionarios públicos elegidos por voto popular y cumplirá la orden que al respecto dio la Corte Interamericana?
Claro que los tratados, los convenios y los protocolos internacionales se incorporan de alguna forma muy técnica a la legislación interior, pero también lo hacen a través de la Constitución, y no pueden ir en contra de los principios ni de los mandatos constitucionales. Una cosa fue lo que dijo la Corte Interamericana en el año 2014, cuando salió por primera vez el fallo del llamado caso Petro, por hechos de cuando él era alcalde de Bogotá, y otra cosa es la evolución que ha tenido el tema hasta hoy.
Ha intervenido la Corte Constitucional, el Consejo de Estado, hay exhortos de parte y parte y la Corte Constitucional, que es la máxima guardiana de la Constitución, ha dicho que para la aplicación de ese instrumento internacional a la legislación colombiana hay que hacer una armonización de normas, cotejar y ponerlas a funcionar en su respectiva dimensión.
Por eso, ha fijado unas reglas que están en el fallo C-030 del año pasado, que ha de cumplirse, y al mismo tiempo el Consejo de Estado ha tenido diversas posiciones, pero de algunas salas, secciones o individuos. Falta que el Consejo de Estado unifique su posición sobre el tema.
¿Pero cómo procederá usted al respecto como cabeza del Ministerio Público?
Con esos dos insumos superiores, trataremos de ver cuál es la vía jurídica, más indicada. Quiero decir, no todos los casos son iguales, no todos se suceden en la misma circunstancia, no todo merece el mismo tratamiento. A pesar de que las normas genéricas, abstractas, generales, sean las mismas, habrá que mirar cómo queda la posición unificada del Consejo de Estado y entrar a mirar cómo se cumple el fallo C-030 de la Constitucional y también las normas constitucionales que protegen la superioridad de la norma constitucional del Artículo 4, la soberanía del Estado colombiano para dotarse de instrumentos jurídicos y la autodeterminación de los pueblos, que se concreta también en ese tipo de decisiones. Hay avances, no hemos llegado al punto final, pero creo que hay luz cercana para poder resolver.
¿El hecho de haber sacado 95 votos le permitirá ser independiente en sus decisiones, como lo anunció en su discurso tras ser elegido? ¿Incluso ser independiente del presidente Petro, que lo nominó?
Cada uno está promoviendo que yo actúe como lo conducen las normas superiores, pero también están las normas que rigen el comportamiento del servidor público procurador, de manera que no haya ningún riesgo, además de que protejo eso con mi talante, mi carácter y mi experiencia en el terreno de lo jurídico y de lo legislativo.
En su discurso también dijo que va a ser garante de todos los derechos, como el de la diversidad sexual. ¿Qué pueden esperar los colombianos en ese sentido?
Sobre eso Colombia ha avanzado bastante en el concierto latinoamericano. Se ha puesto a tono a nivel de jurisprudencia y de normas, de manera que esos ya son avances en la modernidad de la sociedad y habrá que seguir caminando por esa senda para avanzar, para ponernos a tono con los derechos que hoy día se estilan en los diferentes grupos sociales y que han superado hace mucho rato el clásico establecimiento de los derechos sociales, especialmente.
¿Qué hará el procurador Eljach en cuanto al cumplimiento de los Acuerdos de Paz?
El Procurador y la Procuraduría son parte del andamiaje institucional comprometido, por virtud de la incorporación de todos esos Acuerdos del Estado cuando era presidente (Juan Manuel) Santos Calderón con la antigua guerrilla de las Farc, de manera que hay que cumplirlos e impulsarlos; hay que servir de acicate para que las cosas que están vigentes se cumplan de la mejor manera.