Hace apenas una semana, el viernes 3 de septiembre, el panorama político de la Ministra de las TIC, Karen Abudinen, era muy distinto al de hoy. Para ese momento, la Ministra enfrentaba la moción de censura en la Cámara de Representantes, por las presuntas irregularidades en el contrato de $70 mil millones que estableció su Ministerio con la Unión Temporal Centros Poblados, para el proyecto que llevaría internet a las zonas rurales del país. Y, según los analistas políticos, el hecho de que hubiera llegado a la moción sin renunciar a su cargo indicaba que el gobierno había asegurado los votos necesarios para respaldarla.
Todo cambió este miércoles, cuando la bancada del Partido Liberal en la Cámara tomó la decisión, unánime, de apoyar la moción de censura contra la Ministra. “Como bancada liberal creemos que la Ministra debe asumir la responsabilidad política de todo lo que ha venido ocurriendo con el contrato de Centros Poblados, y el gobierno debe responderle a nuestros niños, que son lo más importante. Tiene que solucionar este problema y garantizar el internet para los colegios de las zonas más humildes”, dijo por ejemplo el Representante a la Cámara, Juan Fernando Reyes Kury.
La decisión de la bancada liberal aceleró, entonces, la renuncia ayer de la Ministra, planeada seguramente para más adelante, en un contexto más tranquilo para el gobierno y con el menos sabor posible a derrota, como lo plantea el politólogo Juan Pablo Milanese, profesor de ciencia política en la Universidad Icesi.
En todo caso dejar el cargo ahora es una estrategia para minimizar, en algo, el daño político: renunciar antes de que prospere la moción. Fue lo que hizo hace unos años el exministro de Defensa, Guillermo Botero.
Con la moción de censura de la Ministra de las TIC, por cierto, son 8 las ocasiones en las que ministros del gobierno de Iván Duque han debido enfrentar estos procesos. Entre ellos el exministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla; Ángela María Orozco, Ministra de Transporte, y el ya mencionado Botero.
Con el apoyo de la bancada liberal a la moción de censura serían 40 los representantes de esta colectividad que votarían contra la Ministra. A ellos habría que sumar los 30 votos de los partidos de la oposición y una decena de la bancada de Cambio Radical, cuyo líder, Germán Vargas Lleras, ha sido uno de los principales críticos de Abudinen.
Y es que la presencia de la Mintic estaba generando molestia incluso en el partido del gobierno, el Centro Democrático, por el costo político que les está causando. “Es muy difícil defender lo indefendible, por el contrario, nos está es generando un problema si se tramita en el Senado otra moción, como ya se está planteando”, señaló un senador uribista que pidió no ser citado.
Ahora, sobre las implicaciones políticas de la renuncia de la Ministra, de momento hay tres escenarios claros: el primero, explica el politólogo Santiago Londoño, es que el daño para la imagen del gobierno, y el costo político, es muy alto. El gobierno en este caso perdía con cara o con sello. Es decir: perdía con la renuncia de la Ministra o si la moción de censura prosperaba.
También pierde la familia Char, pues Abudinen era una de sus apuestas para la política local, ya sea la alcaldía de Barranquilla o la Gobernación del Atlántico. Y encima, pierden a una figura influyente en el gobierno.
De otro lado, ganan tanto la oposición al gobierno Duque, que ya ha sacado a dos ministros, la moción de censura como mecanismo de control político, y la ciudadanía indignada.
“Detrás de la renuncia de la Ministra, además de la presión de la oposición, había también un enorme movimiento ciudadano. Lo veíamos a diario en las redes sociales y la polémica con la RAE por el apellido de la Ministra. Todo eso evidenciaba que la gente estaba muy indignada. Ese desgaste tan grande de Abudinen no le traía ningún beneficio al gobierno. Y la Ministra se va, pero el gobierno es el que termina perdiendo. Creo sobre todo que esto le da un aire muy fuerte al centro y a la izquierda, para las elecciones que se vienen”, comenta Santiago Londoño.
La representante a la Cámara Catalina Ortiz, quien respaldó la solicitud de moción de censura contra Karen Abudinen, considera, efectivamente, que la renuncia de la Ministra es un enorme triunfo de la oposición, que puso la presión con la moción, pero advierte que lo más importante es el reto que deberá asumir el nuevo ministro: recuperar la plata del contrato de Centros Poblados.
“Este episodio de la Mintic como un todo es una muestra de que nosotros en Colombia no avanzamos en el tema de la lucha anticorrupción, sino que cada vez estamos peor. Pero celebramos la salida de la Mintic porque alguien, por lo menos, está asumiendo una responsabilidad, cosa que ella ha debido hacer hace ya mucho tiempo. Pero también podemos decir que es triste que la plata que se perdió en ese contrato con Centros Poblados, no se ve cómo se va a recuperar y esa será el reto del nuevo ministro. Finalmente los que perdieron con todo este escándalo son los niños de los colegios más humildes de este país, que se van a quedar sin internet”.
Imagen de Duque
- Para el analista Carlos Andrés Arias, la renuncia de Abudinen causará un aumento en la imagen negativa del presidente Duque, en especial porque apoyó a la ministra y nunca le reprochó públicamente los errores que cometió y que permitieron que por un acto de corrupción se perdieran los recursos destinados a romper la brecha tecnológica.