Alejar su discurso de la izquierda radical, ajustar sus propuestas económicas y sociales hacia el centro, sentarse a dialogar con la clase política tradicional y capitalizar el descontento social fueron algunas de las claves que llevaron a Gustavo Petro a ganar la Presidencia de la República, el pasado domingo.

El principal de ellos, coinciden los politólogos y los analistas consultados, fue morigerar su lenguaje en diferentes campos para ir venciendo el miedo que su nombre generaba entre los principales sectores sociales, políticos y empresariales.

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“Hace ocho meses venía moderando su discurso en materia económica y reuniéndose con inversionistas, con empresarios, con personas del establecimiento y con embajadores. Desde ese momento ya el país se estaba haciendo a la idea de que Gustavo Petro iba a ganar porqué siempre en las encuestas él marcara la pauta”, explica Mauricio Jaramillo Jassir, analista y docente de la Universidad del Rosario.

Apreciación que comparte el politólogo de la Universidad Javeriana Santiago Londoño, quien destaca que, a diferencia de hace cuatro años, cuando perdió la Presidencia con Iván Duque, esta vez Gustavo Petro estuvo más dispuesto a negociar con todos los sectores.

“A bajarle el tono a esa extrema izquierda; a traerse figuras muy controversiales y cuestionadas de política tradicional como Roy Barreras y Armando Benedetti, que saben negociar apoyos políticos de las formas tradicionales con las mayorías en el Congreso y eso le dio muchos réditos”, explica.

Sumado a esto, el candidato del Pacto Histórico se acercó también al centro de manera estratégica, no solo a través de Alfonso Prada, sino de personas como el exministro Alejandro Gaviria, luego de que finalizó la primera vuelta.

Un gesto con el que envió la señal de que no iba a gobernar un progresismo muy radical, sino un progresismo más de centro; variopinto, responsable frente a la inversión extranjera, la economía de mercado, las reglas de juego y eso básicamente explica que finalmente hubiera logrado su elección a diferencia de las otras ocasiones en las que no pudo”, señala Jaramillo Jassir.

Descontento social

En el mapa geográfico de los resultados electorales queda claramente definida otra de las razones por las cuales Gustavo Petro logra en su tercera aspiración a la Presidencia de la República alcanzar el respaldo para suceder a Iván Duque.

Ese apoyo fue más notorio en todo el Pacífico colombiano, en departamentos como Chocó, Cauca, Valle y Nariño, donde es más evidente la deuda social que el Estado colombiano acumula de tiempo atrás.

Petro logró unificar, explica el catedrático y politólogo Fernando Giraldo, a sectores sociales muy deprimidos de la sociedad colombiana en torno a su propuesta y a su propia figura como candidato presidencial.

“Llegó a esas regiones más marginadas de la periferia de la sociedad colombiana; regiones que han ido tomando distancia de los partidos políticos que no los han estado interpretando. En ese sentido, Petro logró atender, por lo menos electoralmente, ese llamado que tiene buena parte de ese sector de la sociedad colombiana que reclama un cambio”, sostiene Giraldo.

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Igualmente, y aunque siempre se dijo que la abstención y el voto en blanco terminarían favoreciendo a Petro, ese voto no fue significativo y el nuevoPresidente fue el mayor beneficiado con ese aumento en la votación, respecto a los guarismos de las elecciones del 2018.

“Ese incremento en la participación fue alentado básicamente desde los sectores más pobres en las pequeñas y las grandes ciudades. Entonces vemos que sectores de los estratos 1,2 y 3 se inclinaron en su mayoría por respaldar a Gustavo Petro”.

El papel de los jóvenes

El movimiento juvenil en las calles del país y su trabajo en las redes sociales fue estandarte también del triunfo del exalcalde de Bogotá en la contienda presidencial.

De alguna manera se concretó con esa participación de los jóvenes, explica Santiago Londoño, lo que ya se había intentado con la llamada Ola Verde, el movimiento que acompañó la campaña presidencial de Antanas Mockus en el 2010.

En esta ocasión, esa participación histórica se concretó al pasar de 12,2 millones de votos en las consultas interpartidistas de marzo (31 %), a 21 millones en primera vuelta (55 %) y a 22,6 millones de colombianos eligiendo en segunda vuelta (58 %).

La situación internacional también jugó en favor del candidato del Pacto Histórico, de acuerdo con los expertos en temas electorales.

El ejemplo de Chile, México y Argentina, señala Mauricio Jaramillo Jassir, “de tener gobiernos progresistas que no cayeron en el escenario venezolano” ayudó a alivianar los miedos y el discurso de quienes advertían que nos podríamos convertir en un país similar.

“Eso fue clave para que la gente le fuera perdiendo el miedo al castrochavismo, que fue uno de los factores que le impidió a Petro llegar a la Presidencia hace cuatro años. Es decir, eso le quitó efectividad al discurso del miedo, que era una de las estrategias más fuertes en su contra”, señala el analista y docente de la Universidad del Rosario.

En las notas no tan positivas de la campaña, acota Santiago Londoño, también ayudó a Petro el que su gente apelara al temor y la rabia de que habría un presunto fraude si no resultara ganador y “eso genera mayor polarización, pero hace que la gente salga a votar con más ganas y ya eso lo habíamos visto con el Plebiscito de la Paz”.

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Contribuyó, por último, el hecho de que estas eran unas elecciones en las que por primera vez en la historia reciente del país no pesaba la posición frente a la desaparecida guerrilla de las Farc y por eso el discurso de tildar a Petro de guerrillero no caló en la gente.

Como elemento adicional, “es que en general los partidos que pudiéramos llamar tradicionales, que son los seis o siete que normalmente han estado en el poder, no lograron construir una alternativa programática, unificada y tampoco conseguir un candidato lo suficientemente coherente, consistente y leal como para que los representara con posibilidades reales de éxito”, dice Fernando Giraldo.

Sumados todos estos factores, concluyen los analistas consultados, es que fue posible que Gustavo Petro lograra aumentar la votación focalizando su esfuerzo máximo en las zonas del país donde había obtenido el triunfo en primera vuelta, mientras que Rodolfo Hernández, por el contrario, no aumentó de forma importante la votación de la primera vuelta en las regiones en las que salió victorioso ese día.