Esta semana se cumplieron 16 años de la Operación Jaque, y algunas historias no contadas de cómo se logró el rescate de Ingrid Betancourt y a los estadounidenses Thomas Howes, Keith Stansell y Marc Gonsalves, entre otros, comienzan a salir a la luz pública.
Según la revista Semana, un año después, en el 2009, los protagonistas se vieron en Estados Unidos para festejar el éxito de la operación. Estaban exsecuestrados y militares quienes relataron cómo fue realmente el rescate.
Un coronel del Ejército fue el encargado de planear la estrategia que a su vez contó con el visto bueno del entonces comandante del Ejército, general Mario Montoya, así como del entonces ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, y el presidente Álvaro Uribe, quien autorizó la Operación Jaque.
Una vez autorizada la operación, el coronel al mando estuvo muy indeciso pues podría fallar y costar la vida de los militares y secuestrados.
Sin embargo, quedó muy sorprendido al ver la lectura. Se trataba de Éxodo, versículos del 3 al 7, cuando Dios envía a Moisés a liberar a su pueblo de Egipto: “Ve, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel”. Entonces, Moisés respondió: “¿Quién soy yo para sacar de Egipto a los hijos de Israel?”. Y Dios le dijo: “Ve, porque yo estaré contigo”.
El oficial se mostró conmovido y entendió que por medio de la Biblia se le estaba transmitiendo la certeza del éxito de la operación.
Posteriormente se presentó otro evento que hizo creer a los exsecuestrados y a algunos militares que Dios estaba de su parte para ayudarles en la operación.
Para llegar a la selva en el Guaviare, los pilotos de los dos helicópteros que estuvieron en Jaque debían salir desde Tolemaida, cruzar los Andes y en medio de una plantación de coca, sacar a los rehenes, pero una detalle muy complicado era cómo abastecer de combustible a las aeronaves.
“Con los helicópteros había una limitación de tiempo por el combustible. Los pilotos tenían claro que no podían demorarse y viajaron de madrugada esperando que no hubiera mucha nube para tener la visibilidad indispensable y cruzar rápidamente por encima de los Andes hasta llegar al objetivo”, dijo uno de los protagonistas a Semana.
Aunque inicialmente se tenía previsto sacar a los secuestrados a las 10:00 de la mañana, la operación se retrasó hora y media.
Según uno de los pilotos el clima jugó ese día en su contra.
“Había muchas nubes. Tocó dar vueltas esperando a que se despejara el horizonte”. Se iba perdiendo combustible e, incluso, se contempló abortar la misión. En medio del desespero y la angustia, el piloto gritó en la aeronave: “Carajo, Dios mío, si tanto quieres que vayamos por ellos, ayúdanos a abrirnos el paso”, dijo el piloto a Semana.
De repente, agregó, se abrió una especie de túnel de luz entre las nubes, él condujo la aeronave hacia esa zona y por ahí sobrevoló.
Ingrid llega a Tolemaida
Tras más de seis años de secuestro Ingrid Betancourt llegó a la base militar de Tolemaida y fue el entonces ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, quien subió al avión a darle la bienvenida a la libertad.
“Lo primero que me dijo fue: ‘Ingrid, mira, tengo la medalla de la Virgen Milagrosa en la mano y no la he soltado desde que salieron de aquí por ustedes. Mi esposa, María Clemencia, está en Francia y la mandé a la Rue du Bac, donde la Virgen Milagrosa se apareció, para que rezara sin decirle para qué necesitaba que rezara. Ha sido una espera muy angustiante. Pero ya estás aquí, ¡la Virgen nos hizo el milagro!’”, le dijo Santos, según relata la revista Semana.
Durante el encuentro en Estados Unidos, Betancourt contó estos hechos a los demás asistentes que coincidieron con todo lo que les había sucedido ese día.
Su padre, habría mirado fijamente un cuadro del Sagrado Corazón que tenía en su cuarto y le imploró: “Señor Jesús, aquí en tus manos te dejo esta niña. Sagrado Corazón, protégemela”, cuenta Semana. Fue la última vez que se vieron.
En diálogo con Semana, Betancourt, quien ahora es docente en la Universidad de Oxford, afirmó que en junio de 2008 le pidió al Sagrado Corazón que le enviara una señal: “Dame una indicación porque ya no aguanto más. Pero, si sé hasta cuándo tengo que esperar, podré resistir”, confesó a la citada revista.
Pero lo que ninguno de los dos sabía en ese momento, era que en realidad la comisión era la Operación Jaque, que con la ayuda de militares infiltrados lograría rescatar a 14 secuestrados de esa guerrilla.
Así que tras 16 años de esa impresionante maniobra, algunos de los exsecuestrados y de los militares no dudan en señalar la intervención de Dios que permitió que fuera un éxito dicha estrategia militar.