La Cancillería de Colombia anunció que Brasil, Canadá, Chile, China, Corea, El Salvador, Estados Unidos, Hungría, México, Noruega, Perú, Portugal, Suecia, Turquía, Uruguay, la Unión Europea y ONU han manifestado su voluntad para apoyar al país a superar la emergencia desatada por los incendios en el territorio nacional.
Según el Ministerio de Relaciones exteriores, tras la declaratoria de desastre natural (Decreto 037 de 2024), provocada por los incendios forestales en Colombia, la Cancillería inició contactos con todos sus socios bilaterales y multilaterales para conseguir apoyos que contribuyan a superar la emergencia y mitigar sus efectos.
“Desde el 24 de enero de 2024, la Cancillería, a través de la Dirección de Cooperación Internacional, ha enviado 62 comunicaciones solicitando apoyo para obtener cooperación financiera, técnica y en especie para lograr el préstamo de aviones y/o helicópteros para fortalecer las operaciones; conseguir Sistemas Bambi Bucket o Aeronaves C-130 adaptadas con los sistemas MAFFS y Guardian Water Box Aerial Firefighting y otras aeronaves hidrantes, o Unidades disponibles del sistema Guardian Water Box Aerial Firefighting y recibir apoyo por parte de personal idóneo para entrenar en el uso de estos sistemas”, informó el ministerio.
Así mismo, aseguró que ha formalizado solicitudes generales de apoyo con todas las Embajadas acreditadas en Colombia, el Sistema de las Naciones Unidas y el Fondo de Adaptación Climática y Respuesta Integral a Desastres Naturales (FACRID) de la CELAC.
El pasado 25 de enero, el presidente de la República, Gustavo Petro, aseguró que la ayuda internacional incluye asistencia técnica y envío de recursos y equipos especializados, lo que permitirá fortalecer las capacidades de las autoridades colombianas para lidiar con este ecocidio, que está poniendo en riesgo extensas áreas de biodiversidad y la calidad de vida de los animales y poblaciones afectadas.
Según el mandatario, en ese momento, las consecuencias de este evento climático, según el mandatario, se ven reflejadas en tres frentes: deslizamientos en las zonas más lluviosas, altas temperaturas que producen incendios forestales y estrés hídrico, entendido como “la disminución de la oferta de agua para la población”.