Las carreras de las elecciones de los consejos juveniles, el trabajo legislativo, ni las restricciones que aún hay por asuntos de salubridad han impedido que los partidos políticos, y en especial sus dirigencias, se estén preparando para uno de los momentos definitivos de las elecciones de Congreso, la inscripciones de candidatos.

Conforme a lo que ordena la Ley 1475 de 2011, los partidos, movimientos y grupos significativos de ciudadanos que aspiren estar en las elecciones de Senado y Cámara del 13 de marzo de 2022, deberán haber inscrito a sus candidatos a más tardar el 13 de diciembre próximo, momento en que ya se sabrá cómo llegarán a la primera justa electoral del próximo año.

A tres meses y medio del día definitivo, los partidos evalúan muchas alternativas. Lo primero, que es una incertidumbre para todos, incluyendo la autoridad electoral, es conocer si la Corte Constitucional avalará la legalidad del nuevo Código Nacional Electoral, el cual fue aprobado en diciembre pasado y aún se encuentra en estudio en el alto tribunal.

El nuevo código trae varias modificaciones que los partidos deberán adoptar, como la obligación que la mitad de los candidatos sean mujeres, es decir, las listas al Senado y la Cámara tendrán el sistema de paridad de género.

Éste, precisamente, es uno de los temas que más preocupa por ahora a los partidos, porque no es muy fácil conseguir a muchas mujeres que deseen participar en política y, en especial, estar activas en una campaña como candidatas.

La reforma electoral obligará a los partidos a prepararse mejor para tener sus testigos electorales y la forma en que le harán vigilancia al proceso del escrutinio.

Otra preocupación, más allá de la esperada ley, es cuál será el modelo que escogerán los partidos para sus listas. Tradicionalmente la mayoría se inclina por tener listas abiertas, es decir, el voto preferente en donde el elector puede votar por su candidato, mientras que la otra forma es la lista cerrada, la cual permitirá que los votos se vayan sumando de arriba a abajo, sin importar que algún candidato haya puesto más votos que alguno de los primeros y privilegiados lugares.

Aunque faltan más de 100 días para el cierre de las listas, este es el panorama en las principales colectividades.

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Partido Liberal

En una primera preinscripción de candidatos, el Partido Liberal ya reportó más de 500 aspirantes, tanto para el Senado como para la Cámara de Representantes. La apuesta en votos es superar el 1,9 millones de votos que tuvo para Senado en 2028.

La estrategia del expresidente y jefe del partido, César Gaviria Trujillo, es lograr una renovación de líderes, para lo cual se espera que suban al menos diez de los actuales representantes a la Cámara al Senado.

Se habla que al partido llegaría el expresidente del Partido de la U, Aurelio Iragorri, quien además llevaría un caudal electoral importante. No es claro que se salgan voces críticas a Gaviria, como los actuales senador Luis Fernando Velasco y Guillermo García Realpe. Lo definido es que irán con lista abierta.

Partido Conservador

A diferencia de su eterno rival, en las filas del conservatismo aún no se ha abierto el proceso de inscripciones de candidatos. La apuesta mayor es poder mantener los actuales 15 senadores. En esa tarea está su presidente Ómar Yepes, quien está realizando contactos con varios sectores de derecha y dirigentes afines a su ideología.

De los nombres que han sondeado para que lleguen al Senado están los exministros Juan Carlos Echeverry y Mauricio Cárdenas, los dos en el momento con pretensiones de competir por la candidatura presidencial del conservatismo. Un aspirante más que tendría el partido es Juan José Lafaurie Cabal, hijo de la senadora María Fernanda Cabal, quien sería candidato a la Cámara de Representantes por Bogotá.

Cambio Democrático

En el partido uribista el tema de la conformación de listas está muy agitado, pero nada formalmente definido. Como en todas las colectividades, la lista del Senado es la de mayor atención, de ahí que desde inicio de año se empezara a hablar de nombres, como el del excandidato a la Alcaldía de Bogotá, Miguel Uribe, quien recibió la invitación directa del expresidente Álvaro Uribe.

Su postulación abrió una dura competencia interna que lideran las mujeres peso pesado del CD, Paloma Valencia, Paola Holguín, María del Rosario Guerra y María Fernanda Cabal. Valencia y Cabal, son precandidatas presidenciales, mientras que Holguín desistió de ese propósito para apoyar a Óscar Iván Zuluaga.

Por ahora, no es claro cómo será la lista definitiva del uribismo al Senado, tampoco si será abierta o cerrada, incluso no se descarta que en diciembre el propio Álvaro Uribe decida encabezar la lista y así garantizar un case electoral de, al menos, un millón de votos a la misma, pero eso dependerá de cómo avanza su situación jurídica.

Cambio Radical y La U

Nada diferente es el panorama para estos dos partidos. En Cambio Radical está claro que la casa Char seguirá muy activa en el partido, tanto en Senado como en la Cámara, por ejemplo, su principal elector Arturo Char anunció que volverá a aspirar al Senado. A su lado repetirán Luis Diazgranados y Fabián Castillo. Esa casa política tendrá varios representantes, en especial en la Costa Caribe.

Los votos de pesos pesados que no vuelven, Germán Varón y Rodrigo Lara, se esperan recuperar con otros de los actuales senadores que han crecido electoralmente y la llegada del exministro de TIC, David Luna. En los mentideros políticos de Cambio Radical no se descarta que la gran sorpresa para la lista al Senado en diciembre sea el propio jefe del partido, Germán Vargas Lleras.

Por el lado del Partido de la U, la situación es más compleja, allí no se tendrá a dos de sus grandes electores, los senadores Armando Benedetti y Roy Barreras, quienes fueron expulsados y llegaron a las filas del petrismo.

La gran labor para articular unas listas fuertes para Congreso la está liderando su presidenta, Dilian Francisca Toro, quien si bien en el momento tiene aspiraciones presidenciales, no se descarta que para el 13 de diciembre sea la cabeza de lista al Senado.

Verdes y la esperanza

Por el lado de la Alianza Verde, el proyecto es lograr consolidar una gran lista de la Coalición de la Esperanza, en donde además llegará Dignidad, el partido de Jorge Robledo, en Marcha el sector del exministro Juan Fernando Cristo, Compromiso Ciudadano de Sergio Fajardo y el Nuevo Liberalismo de los hermanos Galán.

Esta gran coalición para el Senado se daría gracias que la última reforma política, que permitió que los partidos con menos de 15 % de los votos para esa corporación se puedan unir. Entre los nombres la duda es quiénes serían los candidatos de los verdes al Senado, esto ante la división que hay con el sector que apoya a Petro, es decir los representantes Inti Asprilla, Katherin Miranda y León Muñoz, quienes esperan pasar al Senado.

El Petrismo

Bajo el paraguas del Pacto Histórico esperan llegar a una gran lista de Senado los partidos Polo Democrático, la UP, Colombia Humana-Decentes, indígenas, como también el sector que espera llevar el senador Roy Barreras. Los grandes referentes serían María José Pizarro, Iván Cepeda, Aida Avella y Alexander López, quien no iría finalmente a la precandidatura presidencial.

En el Pacto Histórico el problema que se tiene es que ya las mayorías decidieron que irán en lista cerrada, lo cual pone en peligro que puedan llegar al Senado, por ejemplo, dirigentes como David Racero.

Comunes o Farc, partido que también estará con Petro en la candidatura presidencial, no irá en esa coalición, esto por cuanto el virtud del acuerdo de paz aún les quedan cuatro años más para que tengan por derecho propio cinco curules en el Senado y cinco en la Cámara de Representantes.

Los cristianos

Los partidos Mira y Colombia Justa Libres, considerados entre los más organizados electoralmente, es casi un hecho que van con lista cerrada, y con los mismos cuadros que tienen en la actualidad en el Congreso, por Mira el senador Carlos Guevara y por los libres el pastor Milton Rodríguez, quien si bien es precandidato presidencial desistiría para volver al Senado.