Por Olga Lucía Criollo, Editora Política de El País
“Me da mucha pena con el doctor Petro, él dijo que iba a cumplir a rajatabla el Acuerdo, esa fue la palabra que utilizó, y la verdad es que el cumplimiento ha sido insuficiente”, asegura el hoy senador independiente Humberto De la Calle, con respecto a la “insuficiente” implementación que el actual Gobierno ha hecho de lo convenido en La Habana entre el Estado colombiano y la entonces guerrilla de las Farc.
“El hecho de no lograr la implementación esperada del Acuerdo es excesivamente nocivo, primero, porque es un acto que termina traicionando lo que se pactó con las antiguas Farc. Hay quienes dicen que las Farc tampoco han cumplido: dónde andan los bienes de las Farc, y es probable, pero no podemos perder de vista una cosa trascendental: la finalización militar de las Farc, que no es posible poner en discusión, la desmovilización de 13.000 combatientes y la destrucción de las armas es el hecho capital y, más importante que eso, la persistencia de Comunes, como se llaman hoy, en continuar aplicando sus compromisos y el respeto al proceso de paz a fin de no regresar a las armas, es un hecho histórico muy importante, sostiene quien fuera el jefe de la delegación del Gobierno durante las conversaciones con la extinta guerrilla.
En entrevista con El País, De la Calle habló también de los perjuicios que ese proceder del actual Ejecutivo puede conllevar para la búsqueda de la llamada Paz Total. “Lo primero que está pasando con ese Acuerdo, cuando se pone en jaque, es frente a los firmantes, pero, segundo, frente a los nuevos, si usted es guerrillero del ELN y el Gobierno le ofrece y por dentro piensa ‘es que estos señores nos van a engañar, este y todos los gobiernos’, porque no podemos olvidar que para la guerrilla no hay distinciones. Cuando usted no cumple, le está enviando un mensaje a las nuevas negociaciones que desemboca en no creer, no confiar y perturbar la búsqueda de algún acuerdo o, peor, firmar siempre con la idea de que, como ellos no cumplen, nosotros tampoco’. Esa falta de confianza termina contaminando no solo el presente y el pasado, sino que perturba las negociaciones futuras”.
Y con respecto a los aspectos puntuales en los que la implementación ha flaqueado, comentó que “en el presupuesto del año pasado se desfinanciaron las agencias claves para implementarlo; yo tomé la palabra en la plenaria del Senado y el Ministro de Hacienda dijo: ‘esto lo vamos a enmendar en el presupuesto adicional’, y se enmendó parcialmente. La ubicación orgánica de la Alta Consejería que tenía Emilio Archila se soterró, se le bajó de nivel; la llamada Csivi, que es donde seguían ambos firmantes discutiendo los temas de la implementación, prácticamente desapareció”.
También agregó que “hay temas inéditos que continúan en el congelador. Por ejemplo, la reforma política, que era el segundo punto, que también es clave, porque es la que permite unas correas de transmisión más limpias y eficaces de relacionamiento entre las comunidades y el poder central”.
El exjefe negociador señala que después de que el presidente Iván Duque “obstaculizara” el Acuerdo de Paz, pensaba que esa oposición “empezaba a ser un tema de clavo pasado”, puesto que “hay congresistas del Centro Democrático que decían nosotros tuvimos y tenemos objeciones, pero ya pasó y ahora tenemos otras urgencias”.
Y continúa: “Se hubiera podido mejorar; siempre hay dificultades, hay burocracias, hay problemas fiscales. Yo no estoy diciendo que este sea el escenario angelical, donde todo ocurre de la noche a la mañana, pero sí creo que el gobierno de Gustavo Petro le ha quitado ímpetu a la implementación del Acuerdo”.