Luego de dos incumplimientos a las ceremonias de homenaje a Fernando Botero, el presidente de la República, Gustavo Petro, por fin hizo presencia en el evento solemne para despedir al reconocido artista colombiano.
Sobre las 11:00 a. m. de este lunes 25 de septiembre, el presidente Petro arribó a la ceremonia que se desarrollaba en la Catedral de Bogotá, en donde se llevaba a cabo una eucaristía de honores fúnebres al artista paisa.
Según reveló la Revista Semana, el Gobierno nacional había anunciado que el jefe de Estado estaría en la ceremonia que tuvo lugar en el Congreso de la República, a las 10:00 a. m., a la cual el presidente Petro no llegó.
De hecho, el secretario general del Senado, Gregorio Eljach, en sus palabras iniciales, envió un saludo al mandatario colombiano; sin embargo, él no estaba en la audiencia.
Además, según fuentes cercanas a la familia del maestro Fernando Botero, el presidente Petro estaría en el Congreso a las 9:00 a. m., pero esa cita al final se postergó.
El último adiós a Fernando Botero
En las instalaciones del Museo Botero de Bogotá, en la tarde de este lunes, se dio el verdadero último adiós al artista plástico colombiano Fernando Botero.
Tras su cámara ardiente en el Capitolio Nacional desde el pasado viernes y hasta el domingo, donde más de 20 mil personas pudieron decirle gracias y adiós, en la mañana de hoy se le rindió un homenaje por parte del Congreso de la República, para luego realizar su traslado, con calle de honor del Batallón Guardia Presidencial, hasta la Catedral Primada, ubicada a pocos metros de distancia.
Allí, con la presencia del presidente de la República, Gustavo Petro, se realizó la ceremonia religiosa presidida por monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, con la participación del Coro Nacional y la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia.
A pocas calles se encuentra el Museo Botero del Banco de la República, donde se desarrolló la última ceremonia de despedida en Bogotá, con la intervención musical en el recinto que alberga las 208 obras que el maestro donó de su propia autoría y de su colección privada de artistas internacionales.
Con la intervención musical de un cuarteto de cuerdas de la Orquesta Sinfónica de Colombia, bajo la dirección de Yeruham Scharowsky y el concertino principal Leonidas Cáceres, se realizó la despedida, con una última oportunidad para que los ciudadanos se pudieran despedir.
Muchos visitantes del centro de Bogotá, entre ellos, turistas que tenían entre sus planes el visitar el Museo Botero, que es de ingreso gratuito, se encontraron con la sorpresa de la ceremonia al artista.
Realmente fue la despedida en su casa, la que se creó hace 23 años gracias a su donación; a la que llegaba sin avisar para recorrer sus salas, dar indicaciones si había algún cuadro torcido o una luz mal puesta.
Muchas veces los visitantes se sorprendían ante su imponente presencia y nunca negó un autógrafo o una fotografía con su donación como telón de fondo.
Allí, fue su hijo Juan Carlos Botero quien llegó este fin de semana a Colombia para unirse al homenaje, y quien tuvo a su cargo las palabras de la familia en dicho museo.
“Su coraje fue lo que más le admiré”, resaltó el escritor y columnista.
“Se necesitó mucho valor para mofarse de la Iglesia católica en los años cincuenta. Mucho temple para denunciar a los grupos armados en los años ochenta y noventa”, reflexionó.
También exaltó su atrevimiento hace casi 20 años, cuando sucedieron los numerosos casos de abuso y tortura de prisioneros en Abu Ghraib en Iraq por parte del personal de la Brigada 372 de la policía militar de Estados Unidos.
“Denunció estos abusos en Irak y expuso estas obras en Estados Unidos, bajo el gobierno de George Bush”, continuó su hijo.
También aseguró que “jamás la fama o el reconocimiento mundial se le subió a la cabeza…, siempre encerrado en su estudio desde temprano, ordenando los pinceles y escogiendo los colores desde que a sus 19 años de edad se fue del país, pero nunca se sintió que pertenecía a otra tierra”.
En el Museo Botero, Juan Carlos dejó claro que su padre lo “regaló absolutamente todo, no guardó ni un boceto para sí mismo”.
“Por 35 años construyó una colección privada de los artistas que más le gustaban, pero cuando decidió hacer la donación, entendió que hacían falta obras de otros artistas para completar la colección, por lo que salió a comprarlas. La tercera parte de las obras de la donación las adquirió de su bolsillo y después de decidir hacer la donación, lo que muestra su grandeza”, puntualizó.
Hasta las 5:00 p. m. de este lunes, los bogotanos tendrán la oportunidad de despedirse del maestro Botero, cuyo cuerpo será trasladado a Medellín en la noche para el inicio de los homenajes a partir del martes.
*Con información de Colprensa y El País.