“Yo diría que la de 1991 es una Constitución a la que nos tomó mucho tiempo llegar. Si las constituciones del pasado fueron concertadas por los partidos políticos tradicionales, y sobre todo por los hombres en el poder, esta es una Carta Política que nace de un momento de fracturas sociales, de mucha violencia, no solo en los cascos rurales, sino también en los urbanos”, dice Tania Luna Blanco, profesora investigadora del Departamento de Derecho Público de la Facultad de Ciencias Jurídicas.
Por eso, a propósito de los 33 años de promulgación de la Carta Política vigente actualmente en Colombia, anota que la misma nació “en un momento que se traduce en un anhelo de paz y le da vida a más de 380 artículos y 13 títulos donde los colombianos encontramos no solo un catálogo de derechos y deberes, sino también mecanismos constitucionales” que le sirven al ciudadano en su diario vivir.
“Por ejemplo, la tutela ha sido uno de esos espacios donde muchos colombianos, incluso sin conocimientos ni recursos económicos, han podido dialogar con los jueces”, asegura la docente, con respecto a esta figura que fue incorporada a la Carta Política que se redactó por parte de 70 constituyentes a los que se les sumaron dos voceros de grupos guerrilleros desmovilizados que tenían voz pero no voto.
Luna Blanco destaca igualmente la cláusula de Estado Social de Derecho de la Carta Magna. “Es decir, el compromiso que Colombia hizo, siendo uno de los países más desiguales del globo, con nivelar a aquellos que están en condiciones de desigualdad” y explica que ello “implica un mandato para cualquier autoridad administrativa, para el Presidente de la República, para los jueces y para los ciudadanos y es materializar la igualdad, inclinar la balanza en favor de los desfavorecidos”.
Y asegura que “más allá de hablar de los cambios que tenemos qué hacer en la Constitución, tenemos que pensar lo que ya tenemos y cómo la apuesta de esa Constitución de hace 33 años puede continuar materializándose mucho más para los excluidos y para quienes no participaron en ese momento constituyente”.
De igual forma, la docente recuerda que hubo elecciones para elegir a los constituyentes y que tuvo, por primera vez, la participación de cuatro mujeres.
“Una Constitución no solo nace en un momento constituyente, sino que depende de su historia posterior, como un espacio donde los ciudadanos nos vamos encontrando, y uno esperaría que esos ciudadanos que se movilizaron en el estallido social se vayan encontrando en esa Carta Política, pero también la oposición, el Gobierno y todos aquellos que piensan distinto”, continúa diciendo la profesora.
Y, en relación con la propuesta del presidente Gustavo Petro de modificarla, concluye: “La Constitución es un límite para todos, y el hecho de que no nos guste el ordenamiento jurídico no es razón suficiente para cambiarlo. Necesitamos hacer estudios mucho más profundos para poder entender cuáles son los cambios que requiere Colombia, que no solo pasan por el derecho”.