Desde el 9 de noviembre de 2017, el exsenador Juan Manuel Galán emprendió un proceso para recuperar la personería jurídica del Nuevo Liberalismo, el movimiento político que fundó su padre, Luis Carlos Galán, en 1979. Sin embargo, en dos ocasiones esa posibilidad ha sido negada por el Consejo Nacional Electoral, CNE.
Hoy ese organismo dará respuesta a una nueva solicitud del exsenador y resolverá si otorga o no la personería jurídica al extinto movimiento.
Galán le dijo a El País que están dadas todas las condiciones para revivir al Nuevo Liberalismo como una alternativa ante la pérdida de rumbo del Partido Liberal.
“El Partido Liberal ha sido un partido histórico en Colombia, pero no pudo recuperarse del Frente Nacional; se acostumbró a vivir del poder, a depender de él y no supo entender la transición histórica que Colombia ha venido viviendo”, dice.
Treinta años después de que El Nuevo Liberalismo le entregara sus banderas al Partido Liberal, el hijo de Luis Carlos Galán dice que este dejó de representarlo.
Por qué cree que esta vez el CNE sí le devolverá la personería jurídica al Nuevo Liberalismo?
El camino que hemos recorrido, las historias que se han conocido, el relato en audiencia pública de Iván Marulanda y Juan Lozano, creo que son relatos contundentes que no solo son personales, se trata de personas que fueron protagonistas de esos hechos, que los vivieron directamente. Pero, además, los jueces, la Fiscalía, la Unidad de Análisis y Contextos, la Corte Suprema de Justicia en las sentencias condenatorias a Alberto Santofimio Botero y a Miguel Alfredo Maza Márquez por el crimen de mi padre, esboza toda la historia de cómo fue el exterminio sistemático de los integrantes del Nuevo Liberalismo.
Desde el punto de vista político e histórico, hay un contexto y unas pruebas contundentes, pero también desde el punto de vista jurídico penal.
¿Qué representaba el Nuevo Liberalismo cuando fue impulsado por su padre?
En primer lugar, representaba un partido inspirado en las ideas liberales de justicia social, de búsqueda del diálogo para conseguir la paz, de descentralización en Colombia para darle poder real a las regiones para ser dueñas de su destino, la internacionalización del país, la democratización de la propiedad rural, equidad en el campo, la defensa de los recursos ecológicos...
El país recuerda a Luis Carlos Galán por su conflicto con el cartel de Medellín y con Pablo Escobar, pero el Nuevo Liberalismo iba más allá de la lucha contra el narcotráfico.
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¿A su juicio, el Partido Liberal, al cual luego se entregó el Nuevo Liberalismo, perdió su rumbo?
El Partido Liberal ha sido un partido histórico en Colombia, pero no pudo recuperarse del Frente Nacional; se acostumbró a vivir del poder, a depender de él y no supo entender la transición histórica que Colombia ha venido viviendo, especialmente en la última etapa del proceso de paz.
Ejerció un liderazgo que hay que reconocer, éramos un partido disciplinado en el cual yo creía, pero en los acontecimientos de esta última elección presidencial y del Congreso, realmente no he logrado entender qué fue lo que le pasó al doctor Gaviria para tomar las decisiones que tomó. De la noche a la mañana se le olvidaron todas las ideas que defendimos, por eso mi discrepancia y por eso quiero trabajar por un nuevo espacio en el centro, sin el extremo de la derecha, sin el extremo de la izquierda y sin populismo.
¿Cree que en las todas rojas falta renovación?
Sí. Hay una falta de renovación del partido en sus ideas, en su liderazgo, en sus causas, por eso yo me atreví a presentar el proyecto de la legalización de la marihuana medicinal, porque era una causa liberal, eso es por lo que se ha caracterizado el Partido Liberal a lo largo de su historia, de arriesgarse, de ser rebelde, inconforme, demostrar diferencias frente al estatus quo.
Nosotros vamos a levantar esa bandera muy fuerte, con propuestas sólidas para desmontar el régimen clientelista político que ha primado en Colombia a lo largo de los años.
Casi 30 años después, ¿usted cree que fue un error entregarle esas banderas del Nuevo Liberalismo a César Gaviria?
En las circunstancias de aquel momento ese era uno de los caminos que le quedaba por tomar al Nuevo Liberalismo si tenía la esperanza de ver reflejado en ese Gobierno su ideario, pero, realmente César Gaviria no representó al Nuevo Liberalismo en el Gobierno, en primer lugar mandó al exilio a todos sus integrantes, fueron nombrados en embajadas en Israel, en Rumania, en Roma, realmente fueron pocas las posibilidades que tuvieron para generar políticas en los cargos más importantes.
¿Cuál sería el norte de su partido, si logra recuperar la personería jurídica?
No queremos ser un partido de avales, un partido de reciclaje que haga más de lo mismo porque traicionaríamos la génesis del Nuevo Liberalismo. Queremos tener un partido donde la gente tenga sentido de pertenencia e identidad con las ideas, con las causas, que ame el partido, que luche por el partido porque se siente representado; no un partido que tenga votos a cambio de sacrificar los principios y las ideas, de sacrificar la coherencia que los partidos han venido perdiendo a lo largo de los años por ser partidos que simplemente buscan ganar elecciones a toda costa y no generar una transformación de la conciencia colectiva.
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¿A quiénes van a invitar al Nuevo Liberalismo?
La primera invitación quisiera hacérsela a las personas que nunca han participado en política, a las personas que no solo no han votado sino que no se han interesado, o tal vez se han decepcionado o se han sentido marginadas de la participación política, esa es una de las esencias más importantes del Nuevo Liberalismo. Por eso, he dicho que el proceso de pedagogía política para la democracia es un componente vital del trabajo del Nuevo Liberalismo para conquistar a esas personas.
¿Y también van a invitar a desertores del Partido Liberal?
Vamos a conversar con muchas personas de diversos orígenes que quieran apostarle con sinceridad, con compromiso, con el corazón y con la cabeza en este proyecto político pero, más que ganar elecciones, nos preocupa ganar realmente el corazón y la mente de los colombianos, de esos colombianos que están hastiados de la política.
¿Usted y su hermano Carlos Fernando van a aspirar algún cargo de lección popular en el 2019?
Mi hermano ha venido explorando desde hace rato su candidatura a la Alcaldía de Bogotá; se ha venido preparando con mucha seriedad y rigor, no solo en su experiencia de trabajo como concejal de Bogotá, sino también académicamente. Está terminando una maestría en la Universidad de Nueva York en desarrollo urbano y en todos los temas que hoy el mundo desarrolla para resolver problemas de las grandes ciudades en materia de movilidad, infraestructura, seguridad, competitividad.
Yo me dedicaré a trabajar para que el Nuevo Liberalismo resurja en todas las regiones de Colombia, que tengamos esa escuela de formación y pedagogía política funcionando muy pronto, que hagamos presencia y que vayamos trabajando con miras a las próximas elecciones locales.
¿Qué es para usted un liberal legítimo?
Un liberal legítimo es el que se revela contra el estatus quo, pero se revela sin violencia, se revela institucionalmente por la vía de la democracia y de las instituciones; el que se atreve a cuestionar y propone cambios; el que representa a los más vulnerables, a las víctimas, a los campesinos, a las minorías étnicas y sexuales. Ese realmente es el liberal legítimo, el verdadero y no el que simplemente está en el liberalismo como un cálculo personal de interés en progresar en su carrera particular.
Finalmente, ¿cómo ha visto la labor que ha desempeñado el presidente Duque en estos cuatro meses?
Me parece que todavía no se ha trazado una clara agenda política, económica, una agenda de reformas que el país tenga clara. Nos han venido distrayendo con proyectos que no resuelven absolutamente nada en Colombia. Eso es un reflejo de un país que no tiene rumbo, un país distraído, un país que está improvisando y que cree que todos los problemas se resuelven cambiando la Constitución.