Las jornadas de Gobierno con el Pueblo que el presidente Gustavo Petro lideró en el Litoral Pacífico no solo sirvieron para escuchar a las comunidades, y comunicar acciones que desarrollarán para subsanar necesidades, sino que pusieron en evidencia la falta de cohesión en el gabinete y la insatisfacción del mandatario.
Hacer el recuento de momentos en los que el Jefe de Estado le ha ‘jalado las orejas’ a sus ministros resulta una tarea dispendiosa, así que basta con recordar los últimos dos días de la semana pasada.
El jueves le hizo un reclamo a Guillermo Alfonso Jaramillo: “No he escuchado al Ministro de Salud en todo este periplo”, se quejó, y procedió a darle la palabra para que explicara cómo ha pensado desarrollar los mecanismos de salud preventiva que plantea la reforma y que, según él, se podrían implementar desde ya en Timbiquí porque la ley lo permite.
A la de Educación también la cuestionó. “A petición de los maestros de la región, presentaremos al Congreso el estatuto docente para garantizar que puedan contar con los nombramientos en condiciones de calidad”, expresó Aurora Vergara, dando a entender que el tránsito de primaria a secundaria se complicaba.
Inmediatamente Petro la interrumpió: “¿Pero en cuál región?”, le dijo. “En esta, en Timbiquí”, respondió ella.
El mandatario continuó corrigiéndola con el argumento de que “estamos hablando del Litoral Pacífico, porque si se resuelve en un municipio, queda inundado el resto”, a lo que la jefa de la cartera de Educación se apresuró a decir que le presentaría un informe en el consejo de ministros de esa misma noche, cerró su intervención y se sentó evitando más cuestionamientos.
Petro siguió con el director del Sena y el Ministro de las TIC, a quien le recordó que no se trata de entregar computadores (ese día se proporcionaron 600), sino de llevar internet a las comunidades más recónditas, y después con el resto de los presentes, como si fuera una rendición de cuentas.
Pero, sin duda, el episodio que más ha acaparado la atención es el de la Ministra de Agricultura, con quien el Jefe de Estado se quejó acerca de que Colombia ha bajado en el escalafón de los países productores de café.
“Hoy somos el quinto y nos va a pasar Etiopía si la Ministra de Agricultura no se pone las pilas. No es que el café sea del pasado. ¿Quién dijo que lo es? El café se lo toman desde Nueva York hasta China. Lo que hicimos fue perder nuestros esfuerzos, dejarnos alcanzar, dejarnos sobrepasar”, afirmó Petro desde López de Micay (Cauca).
Sin embargo, el pasado viernes amplió su versión de lo sucedido y dijo que “el regaño no es a la ministra, sino a la dirigencia cafetera tradicional que dejó caer a Colombia del segundo al quinto puesto en producción en el mundo”.
Para el analista político John Mario González, aunque estas acusaciones dan la sensación de liderazgo, al final no cumplen con su cometido porque Petro “no es un presidente que se destaque por tener una claridad conceptual acerca de hacia dónde debe dirigirse el país”.
Además, recuerda que la tarea de coordinar el gabinete normalmente se delega. En el gobierno Santos la tuvo María Lorena Gutiérrez; en el de Duque, María Paula Correa, y en este, hasta hace unos meses fue Laura Sarabia, quien a pesar de que volvió al Ejecutivo y ha sido el puente con líderes empresariales, no es quien maneja ni la agenda de Petro ni a los ministros.
Actualmente, dice González, “no se sabe quién cumple esa tarea y si la cumpliera Carlos Ramón González, director del Departamento Administrativo de Presidencia, Dapre, es una persona que tampoco tiene la facultad para hacerlo. Entonces no solamente el Gobierno no le da importancia a alguien de peso para que coordine a los ministros, sino que no tienen equipo”.
“No sabe que el gerente es él”
Si se da una mirada general, también desde Tumaco, el Jefe de Estado le envió un mensaje al gabinete entero: “Cada ministerio trata de decir ‘traemos tanto y tanto y esto y esto’, cada cual por su cuenta. Unas importantes y otras no tanto, como tratando de cumplir una tarea y de eso no es que se trata este esfuerzo”.
En ese momento no tardaron en salir voces a interpretar su actuar, muchas de ellas con un llamado a que desde su posición dé un ejemplo de gerencia. Es el caso de la congresista Catherine Juvinao, quien en su cuenta de X escribió: “El presidente Petro descubre que gobernar significa planear, administrar, ejecutar y evaluar en el marco de una estrategia y un método. Es decir, gerenciar. Lo que todavía no ha descubierto es que el gerente es él”.
Y yéndose un poco más allá, a propósito de la propuesta de unir a las fuerzas políticas afines a sus ideales en un solo partido, que denominó el Frente Amplio, el senador David Luna también tuvo un reparo.
Durante su participación en el Foro Colombia 2024, organizado por la revista Semana, afirmó que esto surge “no solamente para conformar una gran coalición ni para evitar que el Consejo de Estado les siga quitando las curules por doble militancia, sino para comenzar a pensar si es posible que pueda permanecer en el poder”.
Por tanto, concluyó que su intención de buscar la continuidad de un gobierno progresista surge de que “él se siente cómodo en el debate electoral, no sabe gobernar, no le gusta, por eso se dedica a estar en muchas partes del mundo tratando de transmitir lo que pretende hacer”.
Se repite
El desempeño del gabinete tampoco es un tema nuevo cuando de este Gobierno se trata. Hubo remezones ministeriales y llamados de atención que se filtraron a la prensa para que se acelerara la ejecución presupuestal. Todo lo anterior en el transcurso del primer año de administración.
No obstante, el analista González recuerda que la gestión de cada uno de los miembros de la Casa de Nariño también se debe ver desde otro aspecto: el Congreso.
Hasta ahora, la única reforma que ha sido aprobada es la Tributaria, mientras que la de Salud debe ser discutida en el Senado, y la Laboral y Pensional siguen esperando su trámite.
En este sentido, si se habla de los responsables de cada una, lo que opina el experto es que están jugando un rol, ante todo, político. De Jaramillo dice que supera en esto al mismo Ministro del Interior, “si no fuera por el Pacto Histórico, se hubiera perfilado hace rato” en esta labor de tender puentes.
En ese sentido, el resto del gabinete también tiene una deuda. Al Ministro de Justicia, por ejemplo, González lo valora como un hombre con un discurso amplio, pero aún no ha presentado un proyecto que tenga viabilidad en el Congreso, por lo que califica su gestión como nula.
“La Ministra de Educación tampoco tiene idea realmente de qué es lo que puede hacer porque está intentando sacar adelante una reforma de una ley estatutaria de la educación superior, que es un saludo a la bandera”, añade.
Esa deuda se esperaría que fuese saldada este año, pues de algunos proyectos depende el futuro de otras promesas, como es el caso de la Paz Total, que está a la espera de una ley de sometimiento. En lo que respecta a la Salud, ya hay fecha para su discusión y la expectativa está puesta en el inicio de la nueva legislatura.