Tras lograr el primer gran triunfo legislativo del gobierno de Gustavo Petro, las aprobaciones de las leyes de reforma tributaria y la de paz total, el ministro del Interior, Alfonso Prada, envió un mensaje crítico a quienes calificaron las mismas como improvisadas y acogidas por la aplanadora de gobierno.

Prada, en su declaración en el cierre de la plenaria de la Cámara, aseguró al respecto que “llevamos más de tres meses trabajando en ella, por eso no aceptamos el argumento de la improvisación ni de la aplanadora. Fue una justicia democrática y argumentativa lo que triunfó acá”.

El mininterior al referirse a la reforma tributaria agradeció al Congreso por “tener la confianza de ustedes, para entregar un apoyo a la reforma tributaria que por cerca de 20 billones de pesos anuales aporta a la eficacia del gobierno del cambio. Lo único que asegura es que tenemos un compromiso superior con los colombianos. Eso es lograr hacer la realidad del cambio”.

Frente a la paz total, el ministro sostuvo que “haber conciliado ya en Senado y hoy en la Cámara, dejando listo para sanción presidencial la paz total como política de Estado que vinculan los gobiernos pasados y futuros a la implementación de los compromisos de Estado con las fuerzas desmovilizadas, desarmadas y en proceso de reincorporación o acogidas y sometidas a la justicia, nos imponen el reto de trabajar con las nuevas figuras, figuras de la talla de las regiones de paz, de los comisionados de Paz regionales que reconocen que Colombia es un país de regiones y que la paz total se arma desde allá”.

Planteó que “no es igual, como lo dijimos acá, construir la paz en el Pacífico colombiano o en los Llanos Orientales, o en la frontera del Catatumbo, en Venezuela o en el Bajo Cauca en el norte de Antioquia.

Reconocer esa diferencia es lo que acaba de hacer el Congreso de la República, establecer instrumentos que además complementados con la posibilidad de hacer acuerdos parciales que vayan cerrando capítulos de violencia y construir, por ejemplo, para nuestros jóvenes una nueva cultura de paz, una cultura del servicio social como alternativa al servicio militar obligatorio, es caminar claramente hacia una juventud comprometida, no con la guerra ni con las armas, sino comprometida con la paz, con la educación, con la prosperidad de cada región”.

Manifestó que el compromiso con esa ley es cumplir los acuerdos de paz del Teatro Colón con las Farc, “pero además empeñar la palabra y cumplirla con la desmovilización de todas las fuentes que generan muerte y sangre en Colombia. Ese es el gobierno del cambio y la única manera de hacer un gobierno del cambio con paz total es lograr justicia social”.