Con una aplastante votación de 170 votos, este viernes fue elegida por la Cámara de Representantes la primera mujer en la historia que dirigirá la Defensora del Pueblo de Colombia, Iris Marín Ortiz, quien recogió el respaldo de la mayoría de los partidos, incluyendo hasta el Pacto Histórico y de la oposición.
La nueva defensora es abogada de la Universidad del Rosario y tiene un magíster de la Universidad Nacional. Hasta la semana pasada fue magistrada auxiliar de la Corte Constitucional. Demás de su amplia experiencia en los asuntos constitucionales, Marín Ortiz, es experta en justicia transicional, temas relacionados con víctimas y paz y durante varios años se ha destacado por su trabajo como defensora de derechos humanos.
Ocupó cargos directivos gubernamentales relacionados con la implementación de la ley de víctimas y restitución de tierras. También estuvo muy cercana al proceso de paz entre el gobierno y la entonces guerrilla de las Farc. Allí fue asesora del gobierno.
Su paso por la actividad de defensora de los derechos humanos se ha dado en especial desde Dejusticia, en la Comisión Colombiana de Juristas y en la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento(CODHES).
Marín al presentar su propuesta destacó que llega en representación de cientos de organizaciones de mujeres y de derechos humanos. “Empecé mi carrera en la Comisión Colombiana de Juristas una organización a la que debo el haberme formado como defensora de derechos humanos, una escuela que siempre defendió los derechos de todos los sectores y rechazó la violencia guerrillera y la violencia paramilitar”.
La nueva defensora dijo que también estuvo en la Unidad Nacional para las Víctimas, “allí me enfrenté al reto de pasar la teoría y los estándares de los derechos humanos a la realidad, una vocación de servicio centrada en los derechos de las personas”.
Envió un mensaje que la suya será una Defensoría independiente y sin compromisos con algún sector en particular. “Todas las personas, independientemente de su región su etnia, su sexo sus orientaciones sexuales su estrato socioeconómico ricos y pobres, encontrarán un refugio en una entidad que tiene la posibilidad y el alcance para abogar por todas ellas. Una Defensoría que no debe estar al alcance de unas pocas personas y que debe estar en todos los municipios del país trabajando y en todas las regiones del país, trabajando por la gente desde sus comunidades”.
Entre los puntos que dijo serán su decálogo, está trabajar contra la discriminación de las mujeres. “Una de las crisis más graves de derechos humanos que tiene Colombia es el de la discriminación y la violencia contra las mujeres, será un eje principal, no solo de la Defensoría Delegada de la Mujer y de Género, sino de toda la Defensoría del Pueblo. Trabajaré por la prevención de la violencia y la protección de la población frente al conflicto armado y la violencia generada no solo por la delincuencia política organizada del conflicto armado, sino también de las economías ilegales”.
De la misma forma Marín Ortiz declaró que “trabajaré por un ambiente sano para enfrentar el cambio climático, la prevención, la atención de desastres y sus consecuencias más extremas el desplazamiento forzado la migración el emplazamiento y la reubicación. Trabajaré por los derechos económicos sociales y culturales de las comunidades, de las personas y de todo el país. Trabajaré, como lo he hecho toda la vida, por los derechos de las víctimas de la violencia de todos los sectores de la violencia armada, de la guerrilla, armada, paramilitar y de la violencia y legítima del Estado cuando ha ocurrido”.
Anunció que en sus propósitos estarán también los derechos de la niñez, de la juventud y la protección de la familia, “para que nuestros niños, niñas y jóvenes tengan esperanza y acogida en nuestra sociedad para que los suicidios infantiles y juveniles nos sigan creciendo de la manera tan dramática como ha venido creciendo”.Señaló que esa votación “multipartidista y amplia”, le podrá dar a la Defensoría del Pueblo “la legitimidad y la independencia democrática y sobre todo la legitimidad democrática y será un gesto de paz política, un gesto de reconciliación”.