“Una cosa es que se hundan los proyectos porque los congresistas decidan votar que NO, después del debate. Otra cosa es que se hundan porque algunos congresistas sabotean y no se presenten a las sesiones. Para eso fuimos elegidos, ese es nuestro trabajo”.
Con estas palabras, el presidente de la Cámara de Representantes, David Racero, pareció rendirse ante la realidad de que varias de las reformas sociales presentadas por el Gobierno no alcanzarán a ser tramitadas durante el periodo legislativo que terminará este 20 de junio, aunque ya se confirmó el llamado a extras (ver recuadro).
Específicamente, el reclamo se dio luego de que en la mañana de ayer no se logró consolidar el quórum en la Comisión VII de esa corporación no se pudo iniciar el primer debate de la reforma laboral, puesto que solo llegaron siete integrantes de la misma.
Como se sabe, los partidos de la U, Conservador, Centro Democrático y Cambio Radical han anunciado que se apartarán de dichas iniciativas y a ellos se sumó el martes la bancada liberal. Sin embargo, en la tarde de ayer se terminó de aprobar, en primer debate, la reforma pensional por parte de la Comisión Séptima del Senado, lo cual incluso fue celebrado, vía Twitter, por el presidente Petro.
Pero el panorama general para las reformas no es el mejor, máxime luego de que el debate de la reforma a la salud programado para la plenaria de ayer en la Cámara quedó en entredicho.
Esto porque Cambio Radical, aplicando el Estatuto de la Oposición, definió que la sesión se dedicara a discutir el acto legislativo que dispone un mes más de trabajo por parte de los congresistas, como en efecto sucedía hasta el cierre de esta edición.
Así las cosas, es inminente que algunas de las iniciativas del Gobierno enfrentan reales posibilidades de que sean archivadas o que sea muy poco lo que se alcance a avanzar en ellas.
“El tiempo no les va a dar y tampoco las circunstancias en las que está el Ejecutivo. Ellos van a tener un margen de maniobra para hacer un consenso en el Congreso, y Petro de alguna manera ya lo está haciendo, convocando masivamente a la ciudadanía para que apoyen las reformas y que eso genere presión en el Legislativo”, dice el politólogo Alejandro Echeverry.
De acuerdo con lo anterior, el analista político Ancízar Marroquín considera que los posibles escenarios para las llamadas reformas sociales son: “Primero, que las aprueben a última hora a ‘pupitrazo’, si el Gobierno consigue el apoyo de los parlamentarios sin aval de los partidos; segundo, que no las alcancen a debatir o que pierda en las votaciones”.
“No hay tiempo suficiente para discutir las reformas, puede que no haya quórum, que los partidos se impongan y no permitan los votos positivos de sus parlamentarios y que no se logren incluir todas las propuestas en los proyectos a debatir”, considera.
Por ello, la idea de la convocatoria a sesiones extras es que todos esos proyectos de ley alcancen a ser aprobados en un primer debate y puedan avanzar a la próxima legislatura.
Sin embargo, la reforma a la salud, que es la más avanzada con respecto a la laboral y la pensional, no ha logrado avanzar después de que fuera aprobada en primer debate en la Comisión Séptima de la Cámara, dado que, como ya se dijo, el Ejecutivo no ha logrado reunir las mayorías necesarias para ser aprobado en la plenaria, al tiempo que varios gremios de la salud siguen rechazando el articulado.
Para Marroquín, que la polémica iniciativa pueda salir adelante “depende del liderazgo del ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, si el Gobierno acepta cambios en el proyecto, como la permanencia de las EPS, incluidas sus funciones originales, o si se entrega o no ‘mermelada’ a los parlamentarios que deben votar”.
También menciona que se deberá tener en cuenta si los “congresistas que voten por el sí están dispuestos a enfrentarse a sus partidos, ad portas de las elecciones locales, a pesar de ser sancionados”, como lo han declarado las colectividades que se han apartado del contenido del texto.
Entre tanto, la coordinadora ponente de la reforma laboral, María Fernanda Carrascal, ha seguido reuniéndose con gremios del sector empresarial para escuchar sus preocupaciones, que en su mayoría están relacionadas con el aumento en los costos que les implicaría su aplicación.
De su lado, Laura Herrera, analista y consulta en comunicación política, sostiene que “es muy probable que la reforma a la salud pase, porque además se convirtió en un punto de honor para el Gobierno, por tanto es un tema de pulso y perderlo, para el Gobierno, sería un fracaso y es algo que el presidente Petro no se va a permitir”.
Por ello, considera que el Ejecutivo “va a llegar a los acuerdos con los congresistas en cuanto sea necesario. No pasará obviamente en esta legislatura, pero seguirá avanzando”.
Añade que es probable que la pensional pase, porque es la que más fácil de llegar a un consenso.