Fue el centro de las críticas por más de dos meses, después de las anomalías detectadas en las elecciones al Congreso de marzo pasado.

Pero la transparencia y la rapidez de los resultados de la primera vuelta presidencial parecieron ser la revancha del registrador nacional, Alexander Vega.

A propósito de la falta de garantías que, según la campaña del Pacto Histórico, hay para el balotaje final del 19 de junio, el funcionario asegura que en Colombia no hay posibilidad de fraude y que está demostrado que fueron los jurados los que se equivocaron en las legislativas y no la organización electoral.

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Como se dice coloquialmente, ¿con la primera vuelta se sacó la ‘espinita’ por todos los cuestionamientos tras los comicios de marzo?

Así como las campañas políticas y la mayoría de los colombianos, estoy satisfecho con el balance positivo de la organización de la jornada electoral del pasado 29 de mayo. Hemos demostrado, con nuestro trabajo, que la Registraduría ha cumplido de manera rigurosa con la dirección de las elecciones y ha garantizado la publicidad y transparencia de estas.

Pero el Pacto Histórico insiste en que no hay garantías de parte suya ni de la Registraduría para la segunda vuelta. ¿Qué responde?

La Registraduría ha brindado garantías a todas las campañas políticas. Para eso se han efectuado reuniones técnicas y desarrollado simulacros de las actividades del proceso en sus distintas etapas, con la participación de representantes y auditores de las campañas, entes de control y observadores nacionales e internacionales. Como resultado de eso, y acogiendo sugerencias presentadas, se definió un diseño de los documentos electorales de fácil diligenciamiento y lectura, lo cual se reflejó en el buen trabajo de los jurados y en los procesos de preconteo y escrutinio.

Adicionalmente, la Registraduría desplegó un plan estratégico de garantías para las presidenciales, que fortaleció el proceso electoral, porque incluyó la implementación de esquemas de designación, la comunicación y capacitación para jurados y testigos electorales, con supervisión de las campañas, observadores y entes de control; el robustecimiento de las plataformas tecnológicas que la Registraduría pone a disposición de las campañas y la ciudadanía, y las instrucciones oficiales y únicas a todos los actores del proceso, para que no fueran sometidos a información falsa por parte de terceros.

La certeza del preconteo y el escrutinio inicial en la primera vuelta fue del 99,9 %. ¿Por qué no fue así en la elección de Congreso?

En primera medida, debo señalar que las diferencias entre los resultados del preconteo (informativo y sin valor jurídico) y el escrutinio, se presentaron únicamente para Senado, pues la simulación de asignación de curules para la Cámara de Representantes coincidió con los resultados oficiales en todos los departamentos, con excepción de la cámara territorial de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, donde varió una curul, así como en las 16 curules de las Circunscripciones Especiales de Paz.

Como he manifestado, la presidencial es más sencilla, en razón a las diferencias logísticas y técnicas con las legislativas. En estas se inscriben listas abiertas a corporaciones públicas, que en Senado incluyen hasta cien candidaturas por agrupación política, lo cual tiene implicaciones en el diseño y manejo de la documentación electoral. También he dicho que la no transmisión de votos en el preconteo para Senado obedeció, principalmente, a tachones y enmendaduras en los formularios E-14 por parte de los jurados, que contaminó visualmente los datos consignados en estos, con total desconocimiento de las directrices de la Registraduría y obedeciendo instrucciones de terceros difundidas en las redes sociales.

¿Y cómo se detectaron los errores?

Precisamente las campañas y la ciudadanía pudieron evidenciar las inconsistencias gracias a que la Registraduría publicó de forma oportuna las actas en la página web de la entidad y las entregó en formatos de archivo plano a las fuerzas políticas en contienda, sin restricción alguna. En otras palabras, la Registraduría les otorgó las herramientas para ejercer el debido proceso y la contradicción en todas las instancias de los escrutinios, para que los jueces de la República consolidaran los resultados oficiales e hicieran, si había lugar a ello, las correcciones sobre inconsistencias en los formularios E-14.

¿Pero esos errores de los jurados fueron involuntarios o inducidos?

Primero, debo decir que para la primera vuelta la Registraduría excluyó a los jurados de votación que presentaron serias anomalías en el diligenciamiento de los formularios E-14 el 13 de marzo –en 5109 mesas de votación– y le remitió dicha información a la Procuraduría y a la Fiscalía para que determinen en qué casos dichas irregularidades implican responsabilidad disciplinaria y penal de los jurados. Sin embargo, está claro que muchos de los tachones sobre los E-14 se hicieron siguiendo instrucciones de terceros, difundidas en redes sociales, en contravía, reitero, de lo indicado por la Registraduría en las capacitaciones oficiales.

Los resultados de la primera vuelta presidencial demostraron que cuando no inciden elementos externos en el proceso electoral, este funciona. Cuando los jurados actúan ceñidos a las instrucciones dadas en las capacitaciones y en el material suministrado por la entidad, cumplen correctamente con sus funciones.

¿Cómo le fue en la citación que le hizo el Fiscal General para ampliar el reporte sobre esas anomalías?

En mi exposición expliqué en detalle en qué consistieron los errores de los jurados, para que ese ente instructor, a partir de la evaluación del informe de auditoría forense aportado, determine la presunta existencia de conductas punibles por parte de los jurados que incurrieron en errores.

¿Por qué afirma que no habrá fraude el próximo 19 de junio?

Porque la organización electoral ha blindado el proceso y ha garantizado que todas las instancias estén dotadas de publicidad e integralidad. Esta es la mayor garantía. Los resultados de primera vuelta los entregamos al país de manera ágil y fueron aceptados por todas las campañas de manera pacífica. Todas las actas de escrutinio, las de los jurados en las mesas (formularios E-14); las de los jueces, en el nivel municipal y distrital; las de los delegados del Consejo Nacional Electoral, CNE, en el nivel departamental, y las nacionales, que consolida el CNE (formularios E-24 y E-26), serán publicadas por canales físicos y virtuales y entregadas a las campañas para el ejercicio de vigilancia y asegurar la oportunidad de que sean controvertidas en los escrutinios, en la eventualidad de que se presente causal de recuento o reclamación.

¿Si la diferencia entre el candidato ganador y el perdedor el 19 de junio es muy corta, se podría abrir la posibilidad de un fraude?

No. Entre más corta sea la diferencia, habrá más tensión entre las campañas, pero en el marco del plan estratégico de garantías de las elecciones, la publicidad de los procedimientos será la columna vertebral de la transparencia. Para tal efecto, representantes y auditores de las fórmulas presidenciales dispondrán de todas las herramientas que les permitan verificar la veracidad de los resultados, con posibilidad de revisar las actas físicas y archivos digitales generados por los software.

¿Cuál es su mensaje para las campañas de Hernández y Petro?

Les digo que la Registraduría es árbitro imparcial de la contienda y seguirá brindándoles garantías para que acompañen todas las actividades del 19 de junio, y que pueden tener la certeza de que los resultados serán transparentes y certeros, como en la primera vuelta. La verdad electoral estará reflejada en cada una de las instancias del escrutinio.

¿Qué les dice hoy a críticos suyos como el expresidente Andrés Pastrana y el presidente del Senado, Juan Diego Gómez?

La mejor respuesta a las alegaciones infundadas de fraude, independientemente de su origen, es el trabajo transparente y juicioso de todos los funcionarios de la organización electoral comprometidos en el proceso, cuyo esfuerzo se ha visto reflejado en los resultados electorales certeros, ágiles y precisos de la primera vuelta presidencial, en la que el margen de error entre los resultados de preconteo y escrutinios fue de solo el 0,1%, el menor en la historia de las presidenciales en el país. Una vez pasadas las elecciones, iniciaremos las acciones legales contra el presidente del Senado.

Respaldo

¿Quedó satisfecho con el espaldarazo dado por las misiones de observación electoral extranjeras tras la votación del 29 de mayo?

Los informes de las misiones de observación electoral de la OEA, la Unión Europea y demás observadores internacionales concluyeron que la jornada de la primera vuelta fue garantista y estuvo bien organizada por la Registraduría, y que las mejoras introducidas para superar la desconfianza ciudadana fueron apropiadas. Esto le debe dar satisfacción y tranquilidad a las fuerzas políticas y confianza a toda la ciudadanía.