“El papel de Roy Barreras en el Congreso era crucial, puesto que servía como punto de ancla, como bisagra, entre las distintas fuerzas políticas y el Gobierno Petro. A pesar de los supuestos distanciamientos y de que públicamente dijera que el Presidente tenía que mantenerse en las instituciones”.
Así, el analista político de la Universidad Central Jorge Luis Yarce empieza a analizar las consecuencias que para el Ejecutivo implicará la pérdida de la curul del senador vallecaucano que ordenó el Consejo de Estado el pasado jueves, 4 de mayo.
Agrega que Barreras era el articulador de las reformas que estaba impulsando el Ejecutivo, pues “gracias a su juego político, porque nadie puede negar que es un hombre demasiado hábil en el contexto político, se ha movido a través de todas las fuerzas políticas de Colombia. Por tanto, sabe dónde tocar las puertas y en qué tono tocarlas, y ha logrado poner en marcha los grandes proyectos del Presidente”.
Aún más, el politólogo sostiene que sin Roy “no hay quién haga ese papel de articulación entre los partidos. Entonces, vamos a empezar a ver una mayor fragmentación de las ya notorias divisiones en la Cámara de Representantes y el Senado, el distanciamiento de las fuerzas liberales, de Cambio Radical y del Partido de la U”, además de la evidente línea roja que planteó el Partido Conservador.
Incluso, asegura Yarce, con el Centro Democrático no va a haber un canal de comunicación que permita viabilizar por lo menos algunas negociaciones críticas. Al mandatario “se le pone más difícil el panorama, porque en los pactos de rotación que se habían establecido, ahora la presidencia del Senado le corresponde a otra colectividad y tendrá que entrar a negociar”.
En efecto, la posta del liderazgo en esa corporación pasará ahora al liberal Miguel Ángel Pinto, por lo que el politólogo Alejandro Echeverry coincide en que es muy probable que ello implique dificultades para el Gobierno Nacional.
“Máximo cuando las negociaciones o los acuerdos pactados no se han podido cumplir y, sobre todo, porque actualmente la relación, en virtud de la reforma a la salud, no se encuentra en su mejor momento”, argumenta.
Por ello, asegura que entre el Ejecutivo y el Legislativo habrá una correlación de fuerzas y el Partido Liberal “tendrá margen de maniobra para poder buscar o encontrar burocracia” a partir de esos acuerdos y de la posibilidad de aprobar las reformas laboral, de salud y pensional, lo que llevará a una reconfiguración de las fuerzas al interior del Congreso.
“Lo segundo es que Roy matizaba los sectores más radicales del Pacto Histórico y ahora que no va a estar ahí, esos sectores van a buscar radicalizar el discurso. Eso puede ir en contra vía de que las reformas que Petro quiere llevar adelante se puedan dar dentro del marco de una democracia representativa, asumiendo que el Congreso de la República es el actor natural para que esas reformas sean validadas”, añadió.
El tercer elemento que destaca Echeverry es la posibilidad de que, ante la situación adversa en el Legislativo, el mandatario colombiano “llame a las bases populares para tratar de generar un equilibrio de poderes entre la ciudadanía y las instituciones formales”.
Sin embargo, en su opinión, “la democracia en Colombia medianamente funciona y hay unos contrapesos de poderes muy fuertes en los cuales los cambios estructurales que este país necesita van a tener que implicar un consenso de todos.
Por su parte, Carlos Charry, director del doctorado en Estudios Sociales de la Universidad del Rosario, coincide en que Roy Barreras se había constituido en la figura “más moderada o más de centro y, en algunos casos, más objetiva” al interior de la coalición de Gobierno.
Por lo anterior, su salida puede constituir la pérdida del anclaje del oficialismo al centro e implicar que el Ejecutivo de Gustavo Petro “se radicalice más hacia posiciones de izquierda y que no haya ese contrapeso”.
“El Congreso en pleno felicitó y avaló con un fuerte aplauso la gestión como presidente de Roy Barreras, lo cual habla de que él ha tendido puentes con el Legislativo y esa es quizás la mayor pérdida. Roy Barreras conoce muy bien el Congreso, cómo funciona, cómo hay que hablarles a los congresistas; tiene amistades de vieja data, así no sean personas de su misma ideología. Entonces, ahí puede haber un corto circuito mayor entre el Gobierno, la reformas que pretende y el Congreso”, precisó Charry.