En medio de una correría por el norte del Valle del Cauca, la senadora Norma Hurtado (partido de La U) habló con El País sobre lo que se vivirá la próxima semana en el Congreso, cuando se estudie la ponencia de archivo de la reforma laboral.
Según la congresista, no hay un bloqueo institucional, como dice el Gobierno Nacional, pero considera que los proyectos no avanzan porque no hay retroalimentación ni concertación con el Ejecutivo.
Sobre la consulta popular, reconoce que es una herramienta constitucional, pero teme que la convocatoria a aplicarla en este momento por el presidente Gustavo Petro genere mayor polarización.
¿Qué piensa de las presiones que están recibiendo los ocho senadores que radicaron la ponencia de archivo de la reforma laboral?
Esto ha sido muy duro. Han pasado ocho días de mucho bullying, a través de las redes sociales, independientemente que yo no haya firmado esa ponencia, también he recibido agresiones muy fuertes y llama la atención también la agresividad por parte de miembros del Gobierno.
Esto yo lo viví hace un año, cuando se hundió la reforma a la salud, y de verdad que no solamente uno se preocupa y se pone tenso, sino que también los miembros de la familia se ven afectados por esta situación.
Lamentable, la discusión de un proyecto de ley no puede llevar al caos y mucho menos a la estigmatización y a la intención de querer causarle daño a una persona. Lo lamento profundamente por los ocho compañeros, pero esta es la realidad que estamos viviendo.
Algunos se preguntan por qué no se quiere permitir el debate del proyecto que se aprobó de la Cámara de Representantes...
Yo lo he dicho en varias ocasiones, lo que sucede es que no hay diálogo, no hay concertación, no hay la posibilidad de presentar una propuesta que sea atendida y, ante ese inminente rechazo, creo que los senadores tomaron esa determinación de presentar la ponencia de archivo.
Yo tomé la decisión de una alternativa, de una propuesta que construí de la mano de los pequeños y los medianos empresarios, que representan el 80 % del tejido empresarial. La construí con la academia, me senté con muchos sindicatos y con la gente experta en esta materia, pero no tuve retroalimentación.
¿Qué pasará la semana que viene en la Comisión Séptima del Senado, donde se debe discutir el proyecto?
La mesa directiva anunció el proyecto y convocó para el martes 18 de marzo. La Ley Quinta ordena que la primera ponencia que se debata es la ponencia de archivo, porque, por economía procesal, no tendría sentido estudiarla de último para que finalmente sea archivada. Entonces, creo que se va a consolidar esa propuesta del archivo del proyecto.
El Gobierno estaría buscando voltear las decisiones de los ocho congresistas que radicaron el archivo de la reforma. ¿Lo cree posible?
Yo creo que se va a debatir la ponencia de archivo, se van a dar los argumentos por parte de los ponentes y recuerde que varios hemos sido nombrados ponentes, de diferentes partidos, y se argumenta que tendremos tiempo para hablar, pero veo muy difícil que se cambien las decisiones. Los diferentes mensajes a través de la red social X no han ayudado mucho para que haya un posible acercamiento con ese equipo de los ocho senadores.
Finalmente, tendremos que esperar hasta el momento en el que se ponga a consideración el informe con que termina esa ponencia y si los ocho votan, pues ya la ponencia está archivada.
¿Qué piensa usted de la reforma a la salud propuesta por el Gobierno, tendrá este mismo destino?
En el Congreso se viven momentos y este es el momento de la reforma laboral. Estas tres semanas serán dedicadas a este tema, no sabemos cuántas jornadas nos lleve el estudio de esa ponencia de archivo, puede ser un día, pueden ser dos o más.
Falta que llegue el articulado.
En Cámara fueron 400 proposiciones y 50 cambios, falta que llegue el aval fiscal, no un concepto sino un verdadero aval fiscal. Entonces, por ahora dediquémonos a esta reforma laboral y vamos mirando, cuando llegue la otra reforma, qué camino va a tomar.
¿Cree que la consulta popular que anunció el Gobierno es el camino para que pueda implementar esas reformas?
Esa es una herramienta constitucional, está contemplada y el Presidente está en todo su derecho, pero creo que no es el camino para enriquecer este debate. Esto puede generar más polarización, mucha más división de la que hoy ya hay en el país.
Lamentable, porque los colombianos no van a ver materializados sus derechos sino que simplemente los van a invitar a salir a las calles y, si se consolida esto, salir a las urnas.
¿Cree que se está dando un bloqueo institucional, como lo ha asegurado el presidente Petro?
Esto no es bloqueo institucional, se hicieron las audiencias públicas. En mi caso, quisimos construir consensos y generar nuevas propuestas, pero no hay retroalimentación. Entonces, creo que la gente toma decisiones. Yo los invitaría a autoevaluarse.
¿Cree que el Congreso está haciendo la tarea que le corresponde, es decir, su labor es crear leyes que beneficien a los colombianos?
Somos una institución independiente, somos una rama independiente del poder. Nosotros hacemos lo que corresponde, debatir, estudiar, analizar y proponer. El Congreso está haciendo su tarea constitucionalmente, pero también nosotros necesitamos tener respuestas claras y precisas por parte del Gobierno.
Hay que preguntarle a Cámara de Representantes, a los congresistas que presentaron la ponencia de archivo, si esa retroalimentación, si ese diálogo, si esa concertación, ha existido, pero, por los resultados, creo que podemos concluir que no.
¿Por qué usted no acompañó esa ponencia de archivo de la reforma laboral?
Por varias razones, nosotros recorrimos el país en audiencias e hicimos varias mesas técnicas en las que se concluyó que sí se requiere una reforma laboral, pero sin poner en riesgo ni frenar el crecimiento productivo del país, y sin poner en riesgo la competitividad.
Entonces, lo que yo hice fue intentar que esas preocupaciones del sector productivo, de la pequeña, la mediana y la gran empresa quedarán ajustadas en el articulado y por eso presenté mi propuesta.
El proyecto de reforma que radiqué tiene connotaciones totalmente diferentes a la del Gobierno, buscamos un equilibrio, no podemos solamente generar derechos sin proponer una estabilidad en el sector productivo.
Esta reforma tiene 40 cambios significativos y eso es lo que quería que la comunidad conociera, porque se ha querido tergiversar el contenido, pero resulta que nunca he recibido ninguna solicitud ni ninguna propuesta de sentarnos a revisar esa diferencia con el Gobierno, ninguna retroalimentación.