La Confederación General del Trabajo (CGT), uno de los sindicatos más grandes del país, denunció que la ministra Gloria Inés Ramírez, está violando la libertad sindical.
“Desde el inicio del Gobierno, el expresidente de la organización, Percy Oyola, se tomó autoritariamente la vocería del sindicato para apoyar las reformas e iniciativas del presidente Petro”, dijo en entrevista a SEMANA, Miryam Luz Triana, nueva presidenta de la CGT.
La sindicalista aseguró que no hubo quién convocara a los órganos estatutarios para tomar decisiones, por ello no hubo reuniones por un año, y hasta acudieron a una tutela.
De acuerdo con la mujer, la reunión se pudo hacer el pasado 15 de abril, y contó con la asistencia de 25 personas; ahí se determinó una nueva mesa directiva.
Sin embargo, según Triana, después de un mes de haber hecho la respectiva radicación de los cambios ante el Ministerio del Trabajo, aún no hay respuesta. Por ello, los nuevos dirigentes señalan que se trata de una jugada de la ministra Gloria Inés Ramírez para mantener a la organización sindical apoyando al Gobierno de Gustavo Petro.
“El Gobierno, en cabeza de la ministra del Trabajo, quiere ver a las centrales como si fueran una notaría. Que apoyemos las reformas sin formular críticas. Hay un objetivo de instrumentalizar a nuestra confederación para movilizar a nuestros afiliados en pro de unas políticas”, dijo a SEMANA Francisco Burchardt, nuevo secretario general de la CGT.
Por lo acontecido, los nuevos dirigentes radicaron una queja disciplinaria ante la Procuraduría General de la Nación en contra de los funcionarios del Ministerio del Trabajo que no permiten que se reconozcan los cambios en el comité ejecutivo.
También radicaron una petición a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para que se investigue el caso. Asimismo, se solicitan medidas cautelares.
Entretanto, el presidente saliente de la CGT, Percy Oyola, respondió a las acusaciones de la nueva mesa directiva.
“Acomodaron unas falsas mayorías para ser reconocidos. Respeto el pluralismo, hay gente que está en contra de las reformas, pero deben respetar que hay otras personas que, así como trabajamos y participamos de la discusión de reforma laboral y pensional, queremos defenderlas”, sostuvo.
Presidente Petro salió en defensa de su ministro de Salud
Después de que el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, arremetiera contra las UCI en Colombia al asegurar que durante los primeros picos de contagio de covid, con estas “montaron un negocio”, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, aclaró a través de su cuenta de Twitter que no se estaba hablando de los médicos.
Durante la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes, el ministro aseguró en sus polémicas declaraciones: “Aquí montaron un negocio con el covid y triplicaron las camas de unidades de cuidados intensivos, ahí estuvo uno de los grandes negocios y nadie dijo nada”.
“Me gustaría saber cuántos salieron vivos de esas camas. Lo más peligroso que podemos tener es una cama de cuidado intensivo sin tener la gente entrenada y capacitada para atender eso. Eso no nos lo han dicho, pero el negocio sí se hizo, y en grande, con el covid. El covid solucionó muchos problemas, pero no para la gente, porque la empobreció en este país”, añadió Jaramillo.
El duro mensaje del ministro se conoció en medio de la discusión de la reforma a la salud, que se extendió por más de tres el pasado jueves 11 de mayo. Durante ese debate, el nuevo ministro tuvo un espacio de 20 minutos en el que encendió la polémica por su opinión sobre las UCI.
Luego de conocerse las palabras del ministro de Salud, muchos especialistas en el tema han replicado que Colombia tuvo momentos críticos en la pandemia por la falta de equipos óptimos para la atención de pacientes en delicado estado. Uno de los que le salió al paso a Jaramillo fue el exministro de la misma cartera, Fernando Ruiz, quien lideró la gestión de esta emergencia sanitaria.
El exministro fue enfático en destacar que trasladar a un paciente a una unidad de cuidados intensivos reduce notablemente las posibilidades de su muerte. “Por Dios, la mortalidad por cualquier causa en una UCI es 52,3 %, con ventilación mecánica como en covid es 85,7 %. Es un mínimo derecho humano acceder a una UCI cuando representa una oportunidad para vivir. Un gobierno no puede hacer esas cuentas”, escribió en su cuenta de Twitter.