Desde el balcón de la Casa de Nariño, como parte de la conmemoración del Día del Trabajo, el presidente Gustavo Petro defendió las reformas sociales impulsadas por su Gobierno y fustigó a quienes se les oponen, pues, según él, han cedido a las presiones de las empresas que se han beneficiado de los actuales sistemas de salud y de pensiones.
El Mandatario colombiano manifestó que, paradójicamente, si no se aprueban las reformas a la salud y pensional, van a quebrarse tanto las EPS como los fondos de pensiones, “no porque el Presidente quiera, sino porque ese modelo ha llegado a su fin en todo el mundo y mantenerlo conduce al desastre”.
De manera puntual, Petro aseguró que si la reforma a la salud no es aprobada, “las EPS irán cayendo, como un dominó, ficha por ficha. Las que se vayan quebrando, tendrán que pasar sus afiliados a las que quedan y estas no tendrán cómo responder y a su vez se irán quebrando”.
Ante miles de personas que se aglomeraron en la Plaza de Bolívar, el Jefe de Estado siguió diciendo que a las EPS “estamos sosteniéndolas artificialmente. Lo que estamos proponiendo es una reforma a la salud ordenada. Si ese cambio no es posible, habrá un cambio, pero desordenado”.
Y afirmó que lo mismo sucederá con los fondos privados de pensión: “Ya no dan ahorro. Sus gastos en el año son mayores que sus ingresos. El negocio dejó de existir. Las utilidades y comisiones van hacia abajo”.
Enfatizó igualmente que millones de personas se han pasado de los fondos privados a Colpensiones, no durante su Gobierno, sino desde hace años, porque “el mercado no pudo garantizar el derecho a la pensión tampoco. Los fondos de pensiones van a quebrar, pero de forma tan desordenada, que van a poner en peligro las posibilidades de pensión del pueblo trabajador”.
Gustavo Petro también criticó al expresidente César Gaviria y a los representantes de los partidos políticos que hacían parte de la coalición de Ejecutivo, puesto que, según él, habían apoyado las iniciativas y terminaron finalmente cediendo a las presiones que ejercieron sobre ellos otros sectores del país.
Después, se refirió puntualmente a la reforma laboral que también se tramita en el Legislativo, diciendo que “buscar reducir la jornada laboral, haciendo que la jornada extra pague más salarios, por recuperar la estabilidad laboral y por lograr remplazar los contratos de prestación de servicios. Esa reforma necesita de la movilización del pueblo de Colombia”.
Pero a renglón seguido el Mandatario aseguró que las reformas sociales solo pasarán si tienen el respaldo del pueblo e invitó a sus seguidores a movilizarse. “Necesitamos a ese pueblo recorriendo las calles. Necesitamos el poder popular, que solo lo expresa el pueblo movilizado”, afirmó a sus seguidores presentes en las afueras de la Casa de Nariño.
Y siguió: se necesita en Colombia “una alianza entre el Gobierno y la clase trabajadora del país, que logre atraer por la lucha de las reformas sociales, sin dejar de lado la concertación, porque dialogar es de humanos. Los invito a estar en la primera línea y a la vanguardia de la historia de Colombia, y sin dar un paso atrás”.
“Se necesita de una clase obrera que quiera gobernar. Quizá el tiempo de las quejas y denuncias ha pasado. Ahora lo que se necesita es muchísima unidad”, añadió.
“Necesitamos al pueblo colombiano. No nos dejen solos en estos palacios enormes y fríos(..). Este es el momento de los cambios”, añadió, en compañía de la primera dama, Verónica Alcocer, quien estuvo a su lado durante todo el discurso que pronunció con motivo de la conmemoración del Día Internacional del Trabajo.
Sin embargo, el Jefe de Estado aseguró estar dispuesto a hablar o a ceder si está equivocado, pero dejó en claro que “no se entienda que nuestro deseo de concertar es debilidad”.