Precisamente, fue eso lo que levantó una polvareda en los sectores políticos, debido al excesivo valor y sobre todo a que Gustavo Petro en su campaña por la Casa de Nariño, insistió en la austeridad en el gasto por parte del Estado.

El Presidente no tuvo más alternativa que defender la millonaria cifra del arriendo del inmueble de tres pisos, la cual tiene en su fachada fotografías grandes de los mares Caribe y Pacífico.

La casa consta además de jacuzzi, sauna, bodega, gimnasio, cuatro habitaciones y piscina al aire libre, espacios que realmente en este momento no se pueden utilizar debido a que Davos enfrenta un fuerte invierno.

Para Gustavo Petro la inversión del arriendo se “recupera con creces con los gastos del turismo internacional de lujo que pueda provocar que ciudadanos vengan al país”.

“La verdad: la Casa Colombia en Davos, Suiza, no es para que el presidente atienda eventos. Es un espacio de promoción de Colombia, país de la belleza que pretende atraer inversionistas. Es así como tiene agenda permanente y nada tiene que ver con la del presidente de la República. El Gobierno de Colombia está presente en el Foro Económico Mundial con el ministro de Hacienda, de Comercio y MinMinas”, indicó la jefe de comunicaciones de la Casa de Nariño, María Paula Fonseca.