De que la Navidad es sinónimo de unión, de familia, de amigos, de alegría y de compartir también son testigos los excombatientes de las Farc residentes en Cali, quienes decidieron regalarle un pesebre al barrio Siloé.
Ese fue pretexto con el que el pasado 5 de diciembre al menos una treintena de ellos se reunieron en el sector de la Orqueta, adonde llegaron ‘armados’ de material reciclable de todos los colores para construir las casitas, los árboles y hasta los Reyes Mayos de un Belén muy moderno al que dotaron de escuela e iglesia.
Los más puntuales llegaron sobre las 9 de la mañana, limpiaron el parque escogido para ubicar el Nacimiento y empezaron a transformar su geografía de piedra en verdes praderas de papel pasebre y caminos de aserrín.
Luego, artistas improvisados y arquitectos espontáneos le fueron dando figura a todos los elementos que permanecen en el lugar, como tierna prueba de lo que pueden hacer las manos cuando no están empuñando un arma.
Y como ante todo se trataba de compartir, familiares y vecinos del tradicional barrio de Cali fueron invitados, ya a pintar y darle forma a todas las figuras del Pesebre, ya a preparar la frijolada que hirvió pocos pasos más allá del hogar donde este martes 24 seguro nacerá Jesús.
Fue el reencuentro de quienes antes hicieron parte de la guerrilla de las Farc y hoy tienen caminos distintos, bien sea a través de los lineamientos de la cooperativa de reincorporados de Ladera, Coopripaz, o del Colectivo de Reincorporados Desepaz, ubicados con sus familias en el oriente de la capital del Valle del Cauca.
Eso sí, el norte de unos y otros sigue siendo el mismo: mantenerse firmes con la Paz y pedir apoyo a la sociedad civil para que la justicia social y la reconciliación sean una realidad no solo en Cali y el resto del Valle del Cauca sino en todo el país.
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Y al parecer los abrazos y el jolgorio de esas tres horas, que pasó por la pintada de los escudos del Cali y el América en las calles de Siloé, no fueron suficientes, porque el sábado 14 esos y otros exintegrantes de las Farc realizaron otro pesebre en El Hueco, otro de los sectores que componen las lomas de Siloé, y esta vez invitaron al padre Francisco Nel Leudo, de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Cali, para que les presidiera una misa.
Para lo uno y para lo otro contaron con la ‘complicidad’ de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, ARN; la Secretaría de Paz Territorial y Reconciliación de la Gobernación del Valle del Cauca y la Corporación para la Reincorporación y Reconciliación.
Y también con la de los niños, las mujeres y los hombres residentes en los alrededores de esas lomas del suroccidente de la Sucursal del Cielo, que cada noche han llegado muy puntuales a ambos puntos para compartir con ellos la Novena al Niño Dios.
Bulla, algo de comida y uno que otro obsequio han servido igualmente para afinzar la fraternidad entre la comunidad y aquellas personas que ayer estuvieron en la guerra y ahora intentan ser un ciudadano más, lejos de los estigmas y la discriminación.
Triste balance
En medio del jolgorio de las fiestas decembrinas, los excombatientes residentes en la ciudad de Cali llamaron la atención de las autoridades, la sociedad civil y el Estado por las cinco muertes violentas de reincorporados que han ocurrido este año en el Valle del Cauca y su área de influencia.
La última ocurrió el pasado 12 de diciembre, cuando Arley Mejia Saldaña fue asesinado con arma blanca en la Carrera 28e2 con Calle 72z4, del barrio Mojica, según lo informado por los miembros de la Estación de Policía de El Vallado, que atendieron el caso.
De igual forma, a lo largo del 2019 en la capital del Valle del Cauca se han registrado los homicidios de TStiver Valencia y Santiago Vidal, en tanto que Carlos Alberto Micolta Montaño, quien pertenecía al proceso de reincorporación adelantando en Cali, fue asesinado en el municipio caucano de Guapi.
También es de recordar que en mayo pasado causó gran conmoción la muerte violenta de Enrique Corredor González, quien en las Farc se llamaba Wilson Saavedra y para entonces lideraba un proyecto productivo agrario.
“Encontramos una realidad de la que se ha venido alertando al Gobierno Nacional y a la comunidad internacional y es la urbanización del proceso de reincorporación de las y los excombatientes con una ausencia enorme de garantías por parte del Estado”, indicó Johan Andrés Niño, funcionario de la Secretaría de Paz del Departamento.
Agregó el funcionario que “en Cali existe un reto inmenso en temas de seguridad y es una realidad reconocida por la Administración local, puesto que no hay estrategias certeras en ese sentido para las y los reincorporados residentes en la ciudad, que son más del 50 % del total que habita en el Valle del Cauca”.