Le gusta jugar con su barbie espía, ama las ciencias naturales, le aburren las matemáticas, lloró mucho cuando su pitbull Pitufa pisó a su pajarito, y fue muy feliz cuando conoció Disney, mientras participaba en el World Salsa Summit, en Miami, que acaba de ganar a sus 7 años, ella, Roshio Zneyana Emili Revelo Marulanda, la más pequeña de las bailarinas del show caleño de Delirio.

Detrás de sus gafas de marco rosado, que esconden sus ‘ojos chinos’, de la moña en la que recoge su cabellera de princesita Rapunzel, está la campeona: Ganó en Miami el Salsa Ladies Showcase pre teen como solista (4 a 7 años) y ocupó el tercer lugar del Salsa Showcase pre-teen de Parejas (8 a 12 años); la triunfadora en dúo pro-am kids en el World Salsa Open 2019 de Puerto Rico con sede en Bogotá y en el que quedó también en tercer lugar como solista infantil oro. “Este año (22-27 de junio) voy al Euroson Latino World Salsa Champion en México”, dice mostrando los dientes de leche que no ha mudado.

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La dos veces ganadora en el concurso interno de Constelación Latina y que obtuvo el segundo puesto en ‘Báilalo’, la que va a los ensayos de baile con su ‘Mami’, como llama a su abuela, Aura Edilma Marulanda, y que se pasa un día haciendo rompecabezas con su bisabuela María Elvia Pérez, es la muñequita que sale de un mico de peluche en el show de baile con Carlos Paz ‘El Resorte Colombiano’, en Delirio. “Es la dulzura de la niñez sobre un escenario. Es muy talentosa. Siempre practica antes de salir a escena, me recuerda pasos y me regaña”, cuenta él.

Cuando está en tarima nadie se imagina que ‘Roshi’, como le dicen en Delirio, sufre de miopía y astigmatismo, que ha sufrido lesiones, que ha tenido mareos, que antes de salir le ha sangrado la nariz. “Cuando bailo se me olvida todo eso”, dice.

Carolina Revelo, su mamá, atestigua que “Emi” ha sido una campeona desde antes de nacer. “Tuve colestasis de embarazo —disminución o ausencia del flujo normal de la bilis desde el hígado hasta el duodeno y Emily tuvo hipoxia fetal —poco aporte de oxígeno en la sangre— y nació a los ocho meses de edad.

Carolina, bailarina de Delirio desde hace ocho años, la llevaba desde que la niña tenía tres meses a sus ensayos con Constelación Latina y con Rucafé. “Cuando dio sus primeros pasitos, se paraba del coche y bailaba”. Ana María Cortés, directora de producción artística de Delirio, recuerda a esa diminuta bailarina, que amenazaba con quitarle el trabajo a más de uno en el show. “Desde que tenía dos años dijo ‘Quiero estar en Delirio’ y lo logró. Es un ejemplo de perseverancia, de constancia, es juiciosa, tranquila, pila con el baile”. Ingresó a la escuela de salsa Stilo y Sabor y desde los 4 años a Rumberitos, de Constelación Latina. A Delirio entró de 5 años, en Puerto Rico estudió cuatro meses en la Escuela de Bellas Artes y retornó al show caleño.

Su mamá la ha impulsado en el sueño de bailar. Y su madrina, Estefanía Tascón, otra bailarina de Delirio que ahora disfruta de una oportunidad laboral fuera del país. “Emili es tan arriesgada y temeraria como ella. Va a llegar tan lejos como su sueño lo permita”, dice Ana María.

Su primer concurso fue el que hace su escuela Constelación Latina cada año y lo ganó. Le gustó tener un trofeo en sus manos, “significa que hice las cosas bien”. Luego compitió con niños de otras escuelas, se cayó, prometió que no se caería más y quedó en cuarto lugar. En el WorldSalsa Open ganó con su mamá —en Fiebre de Viernes por la Noche es Olivia Newton-John—, y quedó de tercera como solista.

Carolina es madre soltera, baila y da clases de baile, diseña vestidos y accesorios, Emili es su única hija, la que le saca lágrimas cuando le dice que quiere bailar como ella; que la llena de orgullo por juiciosa y amorosa. “No hizo primero, la promovieron a segundo por aplicada. Este año entra a tercero en el Colegio San Carlos”, cuenta Carolina, que vive con ella, su mamá —que hace sus trajes de baile— y su abuela en el barrio El Jardín. A su corta edad, Emili responde a El País sin timidez:

¿Cuál es tu nombre completo?
Roshio Zneyana Emili Revelo Marulanda (Respira y sonríe). Y en la escuela de baile me dicen Roshi.

¿Te gusta bailar y qué más?
Me gusta mucho bailar, hacer dibujos, jugar con Blancanieves y los Siete Enanitos, hacer gimnasia, hacer rompecabezas con mi mamita Elvia.

¿Recuerdas qué hacías cuando tu mamá te llevaba a sus ensayos?
Cuando era pequeña mi mamá me llevaba a Delirio, yo la miraba a ella y a otros bailarines y me ponía a bailar.

¿Qué quieres ser cuando grande?
Doctora, porque me gusta mucho curar a los enfermos y veterinaria para aliviar a los perritos.

¿Y bailarina, no?
Claro, ambas cosas, se puede.

¿Qué es lo más difícil de bailar?
Hacer figuras como la cascada. Yo me tengo que subir en el hombro de mi compañero, luego me tiro al piso y me da miedo.

¿Y qué pasa cuando tienes miedo?
Siento que estoy haciendo las cosas mal.

¿Cuando te aplauden qué sientes?
Mucha felicidad y muchas ganas de bailar más.

¿Cuándo te has sentido más feliz en el escenario?
Cuando me llevan a los viajes de Delirio, a Barranquilla, Bogotá y Medellín. Y en Miami conocí Disney y vi el castillo alumbrado, las princesas y los fuegos artificiales.

¿Te has lastimado bailando?
Una vez estaba haciendo una figura y el profesor casi no me agarró bien y el pie se me lesionó y se me hizo un morado grande.

¿Querías bailar en el Salsódromo?
No. No quiero que me salgan ampollas en los pies, ¡No quiero!.

¿Y por qué te aprendiste la coreografía?
Por si alguna bailarina se lesionaba, yo tenía que entrar.

¿Qué canción te gusta más bailar?
Mi canción de solista, Chiquito Timbal, y también me gusta Boranda.

¿Cómo haces para que se te quite la pena cuando bailas?
Solo miro al frente y ya.

¿Si te enfermas, cómo sales a tarima?
Si me sale sangre por la nariz me ponen un tapón; si me golpeo, una curita. Cuando bailo me olvido de esas cosas.

¿Qué sientes de ser la más chiquita de Delirio?
Que soy la que menos van a sacar. Cuando tenía 4 años ya estaba en Delirio, en el show con Carlos Paz.

¿Qué país quieres conocer?
China y Japón. Yo soy chinita, mira... (y alarga sus ojitos con sus manos).