Asiente, riendo, que fue su propio ‘conejillo de Indias’. Empezó a probar las gotas que estaba inventando hasta obtener el resultado que deseaba: que la persona con presbicia, es decir, aquella que no ve bien de cerca, lo pueda hacer sin necesidad de usar gafas.
Y gracias a sus gotas, comenta el médico oftalmólogo Luis Felipe Vejarano Restrepo, actualmente, a sus 49 años, no usa lentes, porque se las aplica desde hace seis años y medio.
No había una solución realmente buena para quienes ven muy bien de lejos y necesitan gafas solo para ver y leer de cerca, comenta este oftalmólogo payanés, egresado de la Fundación Oftalmológica de Santander, con subespecialización en segmento anterior y cirugía refractiva del ojo, de la Fundación Oftalmológica Nacional de Bogotá.
Por eso, basado en el conocimiento que tiene sobre productos farmacológicos y de sus acciones, empezó a hacer mezclas, por espacio de seis meses, hasta que obtuvo un nuevo producto que probó en sí mismo.
Sus gotas, a las que llamó FOV: Focusing Ocular Vision, en inglés, pero que asegura, riendo, “en payanés significan Fundación Oftalmológica Vejarano”, las ofreció a un laboratorio de Estados Unidos a cuyos directivos les encantó por innovadoras, pero estos no llegaron más allá.
Un alto ejecutivo de esa misma empresa le recomendó que, primero, protegiera su invento. Buscó entonces un bufete de abogados de ese país para que lo representara. Ellos hicieron los estudios de patentabilidad de su producto y desde 2012 está en estudio de patente en Estados Unidos.
"Uso las gotas desde hace tres meses y me han encantado. Ahora veo bien y sin las gafas las letras pequeñas que antes no podía. Uso una gota al día y me han servido hasta para mi problema de ojo seco”. María del Socorro Sarria, psicóloga social.
Antes, debió presentar los estudios clínicos que había hecho él con pacientes que habían usado sus gotas en Popayán, ciudad donde trabaja desde hace 20 años, en la clínica que fundó su padre, el también reconocido oftalmólogo Alberto Vejarano.
Hoy la patente de su producto está en estudio en diez países, entre ellos, México, Colombia, Venezuela, Brasil, Argentina, España, China y Rusia. Con esta “protección” internacional, los abogados estadounidenses autorizaron al médico payanés a compartir su información sobre su invento en congresos internacionales (a los que asiste generalmente como conferencista invitado) y con medios de comunicación. En la actualidad, laboratorios de Estados Unidos, Francia y Japón están interesados en sus gotas, pero el doctor Vejarano escucha sus ofertas para tomar la mejor decisión.
De uso en Colombia
Las gotas en Colombia cuentan con autorización del Invima porque cumplen para su elaboración con toda la normatividad, pero, por ahora, no son de venta libre en farmacias, ya que el oftalmólogo ha optado por venderlas en la clínica donde labora, pues antes de que un paciente las use, él debe formularle varios exámenes para determinar que sus ojos estén sanos y que este sea candidato para usarlas.
“Los candidatos para mis gotas son los emétropes, que somos quienes vemos bien de lejos y tenemos presbicia. No son para todo el mundo, por eso no son de venta libre, pues habrá gente que quiera ir a comprarlas a una droguería para ahorrarse las gafas y evitar una cirugía y no, eso no es así. Por ejemplo, alguien de 50 años que no ve bien de lejos ni de cerca y quiere aplicarse las gotas para dejar de usar lentes saldría hablando mal del producto: ‘esto no sirve para nada’. Es que este no es para todo tipo de personas”.
El frasquito de gotas tiene un valor de $175.000 y puede durar mes y medio o hasta tres meses. El producto es de uso personalizable, es decir, las gotas no son medicadas (como algunas pastas que se deben tomar todos los días, varias veces al día, a la misma hora).
“Yo recomiendo usarlas dos veces al día: una en la mañana, en cada ojo, antes de empezar las actividades y una en la tarde. Pero dependiendo de cómo el paciente note el efecto, las empieza a usar. Tengo pacientes que las usan una vez al día, otros se las aplican a las 5:00 a.m. y a las 5:00 p.m. o a las 6:00 p.m. porque las necesitan para seguir en sus tareas. Otros, las usan en la noche porque mejoran su visión nocturna”.
Los efectos del producto se sienten a los 15 o 20 minutos de habérselo aplicado. “En el estudio que hicimos cuando los pacientes la empezaron a usar encontramos que en la primera semana la gota empezaba a surtir efecto en 20 o 25 minutos, en promedio; la segunda semana el tiempo era más corto y en la cuarta semana, todos los encuestados sentían que empezaban a sentir los efectos en menos de 15 minutos. Y la duración del efecto de la gota en la primera semana en promedio era de seis horas y depués de la cuarta semana todos los pacientes manifestaron que les duraba más de ocho horas”.
Estoy muy contento con las gotas. Me las aplico desde hace tres meses y ya no dependo de las gafas para leer, usar el computador o hacer una cirugía. Las uso dos veces al día: en la mañana y en la tarde”. Marcel perafán, cirujano plástico
Por todas estas caraterísticas y ventajas, su producto ha llamado la atención de colegas de otros países que se han interesado en conocer más sobre este y en probarlo.
En Las Vegas, EE.UU., por ejemplo, en 2015, después de su conferencia en el Congreso organizado por la Academia Americana de Oftalmología, donde habló de su innovador producto, se acercaron varios oftalmólogos de alto calibre para que se lo aplicara y así lo hizo. “Si fuera mentira lo que digo sobre mis gotas les hubiera dicho, no, no, las dejé en el hotel. Yo se las eché y ellos encantados, no podían creer que estuvieran leyendo en el Congreso los folletos informativos de los laboratorios sin gafas”.
Su idea ahora es empezar a ofrecer a otros oftalmólogos nacionales su producto y brindarles la capacitación para que ellos puedan, igualmente, formular las gotas y no sea solo en Popayán donde se puedan conseguir.
Tenga en cuenta
- En la presbicia el músculo ciliar (que es el del enfoque y la acomodación del ojo) se vuelve lento y pierde la capacidad de enfoque. Las gotas creadas por el doctor Vejarano Restrepo lo que hacen es reforzar y reactivar ese músculo del enfoque para que fisiológicamente, o sea de una manera totalmente normal, vuelva a enfocar cuando el paciente lo requiera, por eso es que no daña la visión lejana y mejora la visión cercana. De acuerdo con el estudio de seguimiento a los pacientes se concluyó que a medida que la persona usa las gotas cada vez ve mejor, pero la mejora no es infinita. “Por más que se aplique gotas no va a volver a ver como cuando tenía 15 años”.