La anemia es una de las enfermedades que más afecta a la población a nivel mundial, esta es provocada por una deficiencia de glóbulos rojos o hemoglobina en la sangre, lo cual puede provocar fatiga, debilidad y otros problemas de salud.
Para erradicarla o al menos controlarla, la industria farmacéutica ofrece distintas opciones, ya sea en suplementos de hierro o demás.
Sin embargo, también existen varias soluciones naturales que pueden acabar con la anemia, una de ellas es el jugo de remolacha y zanahoria, una bebida rica en nutrientes que puede ayudar a combatir esta enfermedad de manera natural.
La remolacha es conocida por su alto contenido de hierro, un mineral esencial para la producción de glóbulos rojos. Además, contiene ácido fólico, también crucial para la formación de estos glóbulos.
El consumo regular de remolacha puede aumentar significativamente los niveles de hemoglobina en la sangre, mejorando así la capacidad del cuerpo para transportar oxígeno. Además, es rica en nitratos naturales que mejoran la circulación sanguínea y la oxigenación de los tejidos.
La zanahoria, por otro lado, es una excelente fuente de vitamina A y betacarotenos, que son antioxidantes poderosos. Estos nutrientes no solo mejoran la visión y fortalecen el sistema inmunológico, sino que también juegan un papel crucial en la salud general de la sangre.
Este vegetal contiene vitamina C, que ayuda a mejorar la absorción del hierro en el cuerpo, potenciando los efectos de la remolacha.
¿Cómo preparar el jugo?
Para esta bebida se deben tener a la mano los siguientes ingredientes: 1 remolacha mediana, 2 zanahorias grandes, 1 manzana (opcional, para mejorar el sabor), jugo de 1 limón (para añadir vitamina C y mejorar la absorción del hierro), y agua, según sea necesario.
Para su preparación, el primer paso es lavar y pelar la remolacha y las zanahorias. Después, cortar la remolacha, las zanahorias y la manzana en trozos pequeños para facilitar el licuado, y posteriormente añadirlos a la licuadora.
Se debe añadir el jugo de limón y agua al gusto, y licuar hasta obtener una mezcla homogénea.
Cuele el jugo si prefiere una textura más suave, aunque conservar la pulpa puede aportar fibra adicional beneficiosa para la digestión.