El hígado, un órgano vital en el cuerpo humano, desempeña funciones esenciales para la vida. Está presente tanto en seres humanos como en animales vertebrados, y cumple tareas fundamentales como la filtración de la sangre, el almacenamiento de vitaminas y la producción de bilis necesaria para la digestión de grasas. Por este motivo, es crucial adoptar medidas para mantenerlo saludable.
Es de suma importancia someterse a revisiones médicas periódicas para evaluar el estado del hígado, especialmente a medida que envejecemos, ya que su capacidad de funcionamiento tiende a disminuir con el tiempo. Esto es especialmente relevante si se ha tenido un historial de abuso de sustancias como el alcohol, que se considera uno de los principales adversarios de este órgano.
Antes de todo, es recomendable realizar una autoevaluación personal para verificar si todo está en orden. En este sentido, la revista ‘Best Life’ ha recopilado algunos indicadores físicos que pueden alertar sobre posibles problemas relacionados con esta parte del cuerpo. Estas señales pueden ayudar a detectar cualquier contratiempo que pueda afectar al hígado.
Comezón en la piel
La colangitis biliar primaria, una afección crónica que afecta los conductos biliares del hígado, se manifiesta a menudo a través de uno de sus síntomas más notables: una sensación de picazón en la piel. Aunque es común sentir la necesidad de rascarse ocasionalmente debido a la sequedad cutánea, si experimenta picazón excesiva, puede ser prudente buscar atención médica para una evaluación exhaustiva. Esta medida no solo es importante para monitorear la salud del hígado, sino también para prevenir enfermedades relacionadas, como la cirrosis.
Piel y ojos amarillos
Este representa uno de los indicadores más reconocidos que señalan la presencia de problemas en el funcionamiento hepático. Cuando se observa un tono amarillento en la esclerótica ocular, la parte blanca del ojo, así como en la piel, puede indicar la aparición de ictericia. Este fenómeno se origina debido a niveles elevados de bilirrubina, un pigmento de color amarillo segregado por el hígado.
Cambios en la personalidad repentinos
A pesar de que pueda parecer inusual, la encefalopatía hepática tiene la capacidad de generar una acumulación de toxinas en el cerebro, resultante de la incapacidad del hígado para eliminarlas adecuadamente de la corriente sanguínea. Este proceso puede llevar a una disminución de la función cognitiva. Si bien este cambio puede ser difícil de percibir personalmente, se hace evidente a través de las interacciones con otros. Si las personas alrededor de repente perciben alteraciones en el comportamiento habitual o cambios drásticos en el temperamento, es posible que estas transformaciones estén relacionadas con problemas hepáticos.
Cansancio constante
Otra característica que puede indicar la presencia de una afección hepática, aunque debe manifestarse como un cambio drástico, es la fatiga crónica. Según un estudio realizado en 2006 y publicado en el Canadian Journal of Gastroenterology and Hepatology, la fatiga persistente podría ser uno de los síntomas asociados a problemas hepáticos.
Horario de sueño irregular
En un estudio realizado en 2012 y publicado en el “Egyptian Journal of Chest Diseases and Tuberculosis”, se identificó que las alteraciones abruptas en los hábitos de sueño podrían estar relacionadas con la cirrosis hepática. Es importante tener en cuenta que no se puede automáticamente atribuir el insomnio a problemas hepáticos. Sin embargo, si se experimentan otros síntomas característicos y nunca se habían presentado dificultades significativas para conciliar el sueño, podría ser un indicio de que algo inusual está ocurriendo en el funcionamiento del hígado.
Consejos para limpiar el hígado: nutrición y buenos hábitos
En resumen, no existen directrices específicas para “desintoxicar el hígado”, ya que este órgano cuenta con la capacidad innata de llevar a cabo su propio proceso de desintoxicación cuando se encuentra en condiciones óptimas. No obstante, una alimentación adecuada y la adopción de hábitos saludables contribuyen de manera positiva a su funcionamiento y capacidad para eliminar toxinas del organismo.
La selección cuidadosa de alimentos, junto con la incorporación de actividad física, mantenerse bien hidratado y tener precaución al manejar productos químicos y medicamentos, juega un papel crucial en el cuidado hepático. Si se detectan señales de enfermedad o disfunción, es recomendable buscar la atención de un médico para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.