La alimentación es uno de los factores más importantes para cuidar la salud; sin embargo, muchas veces no se es consciente del tipo de alimentos que se escogen, por lo que es fundamental tener un criterio sostenible que ayude a determinar que productos son buenos para la salud humana y también para el medio ambiente.
De esta manera, un grupo de expertos elaboraron un nuevo informe publicado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda tener mayor consciencia a la hora de elegir los alimentos saludables, siempre pensando en el medio ambiente. Asimismo, este grupo científico elaboró una guía de nutrición, teniendo en cuenta la investigación científica más actualizada del Comité Científico de la entidad, que incluye expertos en epidemiología, salud publica, ciencia, seguridad alimentaria y tecnología.
“Ahora hay una gran corriente de pensamiento que aboga porque la alimentación, además de sana, también debe ser sostenible”, asegura Esther López García, coordinadora de la guía en mención y catedrática de medicina preventiva y salud pública de la Universidad Autónoma de Madrid.
De esta manera, estas nuevas recomendaciones que dan a conocer los investigadores surgen a raíz de lo planeado por la Comisión EAT-Lancent para una dieta saludable dentro de los límites planetarios, publicado en 2019 en The Lancet. El propósito como tal de esta guía es lograr alimentar a casi 10.000 millones personas con una dieta sana.
La dieta equilibrada y sostenible
Las recomendaciones nutricionales que da a conocer AESAN pretenden promover un patrón de dieta equilibrada con predominio de alimentos de origen vegetal sobre los de origen animal. De esta manera, López detalla que “la dieta mediterránea es un ejemplo de dieta basada en plantas porque la mayoría de los alimentos de origen vegetal, cumple casi todas las recomendaciones que hacemos y es culturalmente aceptable”.
Así las cosas, la guía aconseja “comprar productos frescos de temporada, proximidad y mínimamente procesados, así como productos a granel o en envases reciclables”. También detalles que siempre que se pueda, se debe hacer preparaciones caseras, en caso de llegar a consumir alimentos procesados, lo mejor es elegir los que tengan menos sodio, azúcar y grasas saturadas.
En cuanto a las frutas y hortalizas, AESAN recomienda consumir aquellas con defectos estéticos, pues conservan todas sus propiedades nutritivas y as u vez, limitan el desperdicio de los alimentos. Con respeto a las legumbres, las cuales tiene poco impacto ambiental, los expertos aconsejan cocinarlas en grandes cantidades y congelarlas para luego triturar las que sobran y así preparar alimentos como hamburguesas o purés.
Con los cereales, “se aconseja priorizar los de grano y productos integrales, minimizando el consumo de alimentos elaborados con harinas refinadas”, señala López.
Para el consumo de frutos secos, lo ideal es consumir entre 3 raciones semanales y 1 diaria. “Su impacto ambiental es variable, puesto que los métodos de cultivos son pocos respetuosos con el medioambiente”. Por otra parte, López advierte que las patatas y otros tubérculos deben separarse de los grupos anteriores debido a sus diferencias nutricionales, especialmente por su alto índice glucémico.
“Aunque las patatas son de los alimentos con menos impacto ambiental, se recomienda su consumo moderado, priorizando los cereales de grano entero y las legumbres como fuentes de hidratos de carbono de digestión lenta”, señala la guía en mención.
Menos carne roja
La carne es una de las proteínas más consumidas por las personas; no obstante, su consumo no es muy saludable ni para la salud humana ni para el medio ambiente. Frente a esto, López señala que “el consumo de proteína vegetal debería ocupar una de las raciones proteicas de las dos comidas principales diarias; la otra se puede destinar al pescado, huevos, lácteos o carne”.
En cuanto a la carne, la guía a su vez aconseja reducir su consumo a nada y tres raciones semanales, preferiblemente carne blanca. Como tal, el consumo de carne roja, se ha vinculado a problemas de salud y su producción tiene una mayor impacto ambiental que la de otros alimentos, sobre todo cuando se trata de la carne de vaca y cordero.
“Si puedes, elige productos procedentes de ganaderías donde la cría de animales cumpla con los más altos estándares de bienestar animal y consume todas las partes del animal para evitar el desperdicio” indica la guía.