El mal aliento, también conocido como halitosis, es un problema común que afecta a muchas personas en todo el mundo. Si bien puede parecer inofensivo a primera vista, puede tener un impacto significativo en la autoestima y las relaciones interpersonales de quienes lo padecen.
El aire exhalado por la boca tiene un olor desagradable y ofensivo que puede incomodar tanto al portador como para quienes lo rodean, y puede llevar a situaciones embarazosas durante el desarrollo de las tareas cotidianas.
Comúnmente el mal aliento puede ser producto de una deficiente higiene oral, pues si no se cepillan los dientes ni se usa hilo dental de manera regular, las partículas de comida se acumulan en la boca y favorecen el crecimiento de bacterias que descomponen los restos de alimentos, generando compuestos de olor desagradable.
Por otra parte, ciertas infecciones orales, como la gingivitis (inflamación de las encías) y la periodontitis (enfermedad de las encías), pueden contribuir al mal aliento. Estas infecciones provocan una mayor proliferación bacteriana, lo que agrava el problema.
Para otras personas, las causas del mal aliento pueden estar en su flujo de saliva. La disminución del flujo salival permite que las bacterias se multipliquen más fácilmente en la boca, lo que puede causar mal aliento. La boca seca puede deberse a diversas razones como efectos secundarios de ciertos medicamentos, problemas médicos o simplemente respirar constantemente por la boca.
Si bien para la halitosis no existe una cura puntual, el tratamiento médico ligado a hábitos constantes de higiene son las mejores alternativas para tratar el problema. Algunas preparaciones caseras también pueden ser de utilidad y en el último tiempo ha tomado gran popularidad el bicarbonato de sodio como un compuesto efectivo contra el mal aliento.
Este polvo blanco y cristalino, que se utiliza en diversas aplicaciones, tanto en el hogar como en la industria, es útil para la halitosis, principalmente por ser una sustancia alcalina, lo que significa que tiene la capacidad de neutralizar ácidos. Al neutralizar estos ácidos, el bicarbonato de sodio ayuda a reducir el olor desagradable asociado al mal aliento.
A su vez, el compuesto tiene propiedades antimicrobianas, lo que significa que puede ayudar a eliminar algunas de las bacterias causantes del mal aliento. Las bacterias presentes en la boca descomponen los restos de comida, liberando compuestos malolientes que el bicarbonato puede ayudar a reducir.
Así se usa el bicarbonato para el mal aliento
Un enjuague con bicarbonato de sodio de manera habitual, una o dos veces por semana, es la forma más utilizada de este compuesto para tratar el mal aliento y como complemento de otras acciones como un adecuado y completo cepillado.
Si el mal aliento persiste a pesar del uso del enjuague de bicarbonato, si es un problema recurrente, es importante consultar al dentista para que realice una evaluación y descarte cualquier problema dental o de salud subyacente.
Para preparar la solución basta mezclar una cucharada de bicarbonato en un vaso de agua tibia (240 ml), revolviendo hasta asegurarse que el compuesto quede bien disuelto.
Se toma un sorbo de la solución haciendo gárgaras por entre 30 segundos a un minuto, para luego expulsarla y repetir el proceso con el resto del líquido preparado. Al final es recomendable enjuagar la boca con abundante agua para eliminar completamente los restos de bicarbonato.
Otra de las opciones para utilizar el bicarbonato de sodio es añadirlo directamente a la crema dental a la hora de cepillarse. Para que el proceso sea efectivo es recomendable utilizar un cepillo de cerdas suaves y practicar el proceso durante al menos dos minutos. Por último, puede complementarse con el uso de enjuague bucal.