La aspirina, utilizada en bajas dosis, podría reducir la gravedad de los síntomas y las anomalías en el sistema inmunitario de pacientes con esclerosis múltiple, después de que se haya comprobado su eficacia en un experimento con ratones, según un estudio publicado este martes en la revista Science Signaling.
De acuerdo a la investigación, la aspirina administrada de forma oral a los ratones de laboratorio redujo la severidad de los síntomas, frenó la degradación de la mielina e inhibió la infiltración de células en la médula espinal.
La cantidad de aspirina aplicada a los ratones fue la equivalente a una dosis de la versión infantil del medicamento en humanos adultos.
La esclerosis múltiple es una enfermedad degenerativa que afecta a más de 2.3 millones de personas en el mundo y cuyo origen radica en la pérdida de mielina, una proteína del sistema nervioso encargada de la transmisión de impulsos eléctricos y de proteger a las neuronas.
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Los investigadores de la Universidad de Rush (Chicago) descubrieron un efecto hasta ahora desconocido de este fármaco común, utilizado habitualmente para calmar el dolor.
Con una pequeña cantidad, la aspirina fue capaz de estimular la producción de células positivas para la transmisión nerviosa, al tiempo que frenó la actividad de aquellas células malignas -Tregg- que atacan al sistema nervioso, degradan la mileina y son responsables del desequilibrio que causa los síntomas de la esclerosis múltiple.
El equipo científico, liderado por Susanta Mondal, señaló la seguridad que posee el principio activo de la aspirina y su facilidad de administración, por lo que podría ser reutilizada como una terapia de apoyo para los pacientes de esclerosis múltiple y otros trastornos autoinmunes asociados con la disfunción de las mismas células Treg.
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