La avena es un género de plantas conocido generalmente por su uso alimenticio, el cual llama la atención de aquellos que se encuentran haciendo dietas especiales, pues, a pesar de ser saludable y natural, es rica en proteínas, vitaminas y minerales. Además, es famosa por ser una amplia fuente de fibras.
Por esto último, una de sus propiedades más conocidas es la de contribuir al buen funcionamiento del tracto intestinal. Asimismo, ayuda a que se reduzcan o controlen los altos niveles de colesterol presentes a veces en el organismo.
Históricamente ha sido uno de los nutrientes más empleados en el beneficio del cuerpo humano, explorándose muchos usos en diferentes preparaciones. Las hojuelas se consumen, así como también su solución en leche como bebida o inclusive como si se tratara de un cereal.
No obstante, una de las prácticas más comunes a la hora de aprovechar los beneficios de la avena es la de dejarla en remojo antes de su consumo. Tal actividad permite que esta sea más fácil de digerir, haciendo que se absorban mejor los nutrientes propios y de otros alimentos que se prueben junto con esta.
En un 50 % la avena está compuesta por almidón, por lo que contiene algunos inhibidores enzimáticos, lectinas y ácido fítico. Esos componentes no permiten que se absorban los nutrientes, dificultando el aprovechamiento de sus bondades. Es por eso que el remojo no se hace solo recomendable, sino necesario.
De hecho, no remojar la avena podría causar gases, propiciar un cuadro de colon irritable o inflamación en el sistema gastrointestinal. Sabiendo esto, nacen algunas preguntas tales como: ¿Cómo remojar la avena y cuánto tiempo debe dejarse reposar en el agua?
Las respuestas son sencillas. Lo primero que debe hacerse es colocar la avena en un recipiente hondo, al cual se le añadirá un nivel de agua tal que recubra por completo y supere al de las hojuelas. No se debe mezclar, sino dejar reposar en un lugar fresco, con buena ventilación. Finalmente, se enjugará, colará y preparará de la manera que se desee. Expertos recomiendan añadir, mientras se reposa, una cucharadita de vinagre de manzana o zumo de limón.
Ahora bien, el tiempo de remojo estimado es un punto que llama la atención. Según los conocedores del tema, la avena debe dejarse quieta antes de enjuagar por lo menos 10 horas y es preferible que estas sean durante el periodo de la noche.
Luego de ese rango, ya estará preparada para su consumo y lista para ser aprovechada al máximo.
¿Cómo preparar la avena para el colon irritable?
Ya de forma específica, como se dijo antes, la avena contribuye a mantener la salud del colon. Enfermedades asociadas a este pueden afectar significativamente la calidad de vida de quienes las padecen. Sin embargo, existen alternativas naturales que pueden proporcionar alivio y mejorar los síntomas asociados. La avena, un cereal versátil y nutritivo, se ha destacado como una opción beneficiosa para el colon irritable debido a sus propiedades y características que favorecen la salud intestinal.
Según expertos en gastroenterología, la avena es rica en fibra soluble, lo que la convierte en un alimento ideal para regular el tránsito intestinal y reducir los síntomas del colon irritable, como el estreñimiento o la diarrea. La fibra soluble actúa como un prebiótico, promoviendo el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino y mejorando la función digestiva.
Además de su contenido de fibra, la avena contiene compuestos antiinflamatorios y antioxidantes que pueden ayudar a reducir la hinchazón y aliviar la irritación en el intestino. Estos beneficios son respaldados por estudios científicos, como el publicado en la revista World Journal of Gastroenterology, que sugiere que la avena puede ser un componente importante en la dieta de las personas con colon irritable.
Para aprovechar al máximo los beneficios de la avena en el colon irritable, es importante saber cómo prepararla adecuadamente. Según nutricionistas especializados, una opción recomendada es consumir avena en forma en hojuelas o harina de avena, evitando las variedades procesadas o instantáneas que suelen contener aditivos y azúcares añadidos.
Una forma sencilla y saludable de preparar la avena es mediante la cocción en agua o leche baja en grasa. Se recomienda cocinarla a fuego lento durante unos 15 a 20 minutos, removiendo de vez en cuando hasta que adquiera una textura cremosa. Para añadir sabor y nutrientes, se pueden agregar frutas frescas, como plátano o bayas, y frutos secos, como almendras o nueces.
Es importante recordar que cada persona puede experimentar el colon irritable de manera diferente, por lo que es recomendable consultar a un médico o nutricionista antes de realizar cambios significativos en la dieta. Ellos podrán brindar orientación personalizada y adaptar las recomendaciones a las necesidades individuales.