La fresa, esa pequeña fruta roja y con gran contenido de jugo, que también ofrece una variedad de beneficios para la salud, además de ser una de las bayas más consumidas en el mundo. Uno de los aspectos más destacados de la fresa es su capacidad para ayudar a regular la presión arterial y los niveles de colesterol en el cuerpo.
Las fresas son ricas en vitamina C, folato, fibra y manganeso, por lo que fomenta un sistema inmune saludable, ayuda a sanar las heridas y a absorber el hierro. También son una buena fuente de vitamina K y magnesio, haciéndolas ideales para la correcta coagulación de la sangre y para reforzar el rendimiento físico.
Varios estudios científicos han demostrado que consumir fresas de forma regular puede tener un impacto positivo en la presión arterial, esto se debe a su contenido de compuestos bioactivos, como los polifenoles, que tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que ayudan a mejorar la función de los vasos sanguíneos y reducir la presión arterial.
Además, las fresas son una excelente fuente de potasio, un mineral esencial para mantener un equilibrio adecuado de líquidos en el cuerpo. El potasio ayuda a contrarrestar los efectos negativos del sodio, que es conocido por elevar la presión arterial. Al equilibrar los niveles de sodio y potasio, las fresas contribuyen a mantener la presión arterial en rangos saludables.
El papel de la fresa en la reducción del colesterol
La fresa no solo beneficia la presión arterial, sino que también desempeña un papel importante en la reducción del colesterol. El colesterol alto es uno de los factores de riesgo más importantes para enfermedades cardiovasculares, y consumir fresas regularmente puede ayudar a abordar esta preocupación de manera natural.
Esta frita es rica en fibra soluble, especialmente pectina. La fibra soluble ayuda a reducir los niveles de colesterol LDL, conocido como colesterol “malo”. Así, la pectina presente en las fresas actúa como una especie de esponja en el sistema digestivo, atrapando el exceso de colesterol y eliminándolo del cuerpo.
Además, las fresas contienen antioxidantes como los flavonoides, que también pueden ayudar a reducir el colesterol LDL. Estos antioxidantes evitan que el colesterol se oxide y forme placa en las arterias, lo que podría obstruir el flujo sanguíneo y aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Otro aspecto fundamental es que las fresas son bajas en calorías y grasas saturadas, lo que las convierte en una opción saludable para aquellos que desean mantener una dieta equilibrada y controlar sus niveles de colesterol.
Cabe resaltar que las fresas son una fruta deliciosa y versátil que ofrece una serie de beneficios para la salud cardiovascular. Su capacidad para regular la presión arterial se debe a sus compuestos bioactivos y su contenido de potasio, mientras que su impacto en la reducción del colesterol se atribuye a su fibra soluble y antioxidantes. Al incluir las fresas en nuestra dieta diaria, podemos aprovechar estos beneficios y promover un corazón sano y una mejor calidad de vida.
Otros beneficios de la fresa
Con apenas de 30 a 35 calorías aproximadamente por cada 100 gramos, la fresa es una de las frutas menos calóricas que podemos encontrar en el mercado. Además, la antocianina, la encargada de la pigmentación que produce el color rojo de las fresas, estimulan la quema de grasa almacenada.
Las frutas y verduras son un buen complemento debido a sus altos niveles de vitaminas y antioxidantes. En el caso de las fresas, su composición es agua en un 92%, liderando el ranking junto a la sandía; además son ricas en vitaminas, antioxidantes, potasio y calcio, componentes que reafirman las propiedades hidratantes de la fresa.