La vaselina en la mayoría de ocasiones es utilizada como bálsamo labial, que tiene como objetivo mantener los labios protegidos y suaves. Sin embargo, también puede ser utilizado para mantener el contorno de los ojos joven.
En la actualidad existe una gran cantidad de personas que utilizan la vaselina para hidratar la piel y mantenerla libre de arrugas y bolsas. De acuerdo con el portal Mundo Deportivo su composición es ideal para cuidar la piel de factores externos.
Este bálsamo se caracteriza por ser rica en vitamina A y E. En ese sentido, logra crear una barrera protectora en la piel. Asimismo, evita que la piel pierda agua, es decir que la humedece y la suaviza.
La vaselina también elude la oxidación celular, manteniendo así la piel firme y elástica. También previene el envejecimiento prematuro.
Utilizar la vaselina como contorno de los ojos es bastante simple, ya que solamente basta con aplicar una pequeña cantidad de este producto con la yema de los dedos y aplicarlo con pequeños golpes en la zona de los ojos. Sin embargo, es importante mencionar que lo mejor será consultar con un profesional de la salud.
Este método permite la circulación sanguínea, contribuyendo a su rejuvenecimiento. Durante su aplicación, se incide a que las patas de gallo dejen de aparecer.
Según el citado portal, la vaselina se debe dejar durante toda la noche y a la mañana siguiente lavar el rostro con jabón y agua tibia o fría. Este procedimiento se debe realizar todas las noches.
Es importante mencionar que los tipos de piel se dividen en cinco categorías: piel grasa, mixta, normal, seca y sensible.
De acuerdo con los expertos, el tipo de piel no cambiará con el transcurso de los años y solo lo hará en casos particulares donde estén expuestas a cambios de clima o afectaciones en la salud.
Por eso, es pertinente conocer qué tipo de piel es más propensa a desarrollarlas para actuar con rapidez y prevenir su aparición prematura.
Pieles grasas
Este tipo de piel es una de más indeseadas, especialmente en la juventud, por la presencia de los temidos poros dilatados y el molesto brillo por todo el rostro.
“Su oleosidad puede generar la tendencia a experimentar puntos negros y granos. De hecho, la incidencia del acné aumentará en un 60% en los próximos 10 años, por lo que es común que tenga una textura poco uniforme”, sostiene la dermatóloga Elena Martínez en diálogo con Vogue España.
Pieles mixtas
A diferencia de la piel grasa, este tipo de piel se caracteriza por la producción de sebo en la zona T, es decir, la nariz, la frente y la barbilla, mientras que el resto del rostro tiene una apariencia normal, libre de la producción excesiva de grasa.
De acuerdo con los expertos en la piel, este grupo posee una buena elasticidad lo que le permite responder muy bien a los múltiples tratamientos anti-arrugas. En ese sentido, basta con una buena alimentación y unos cuidados convencionales para lucir un rostro impoluto.
Pieles normales
En ese sentido, las pieles normales responden bien a los tratamientos anti-arrugas por su óptima elasticidad y no suelen ser candidatas a sufrir de envejecimiento prematuro.
Pieles secas
De acuerdo con la Clínica Mayo, la piel seca es una afección común que afecta a las personas de todas las edades y que hace que la piel se vea y se sienta áspera, escamosa y con picazón.
Como tienden a retener menos humedad por la falta de segregación de las glándulas sebáceas, son más propensa a las arrugas, pues esta ausencia de sebo provoca descamación y líneas de expresión.
Pieles sensibles
Por último, las pieles sensibles son las que suelen generar más problemas. Se caracterizan por estar irritadas, rojas o tener bultos. Suele reaccionar con enrojecimiento o irritación ante cualquier producto que se utilice.
Por eso, si el objetivo es prevenir las arrugas, hay que comprobar antes las posibles reacciones ante cualquier tratamiento, haciendo una prueba con muy poco producto en una parte del rostro y ver si reacciona negativamente o no.