Todas las personas, especialmente las mujeres, suelen medir el cuidado que necesita su cabello, según el largo, el brillo, el color, la forma, la textura e incluso el color que tengan.
Mientras hay algunas personas que lavan su cabellera todos los días, incluso dos veces si viven en una región calurosa, otras, por el contrario, prefieren dejar pasar algunos días, ya sea por falta de tiempo o control.
La Universidad de Columbia asegura tras realizar un estudio que, si la piel y el pelo son grasos, se debe lavar unas 3 o 4 veces por semana, mientras que si uno está en un punto medio, con 2 ocasiones por semana es suficiente para mantener la salud del cuero cabelludo.
También hay que tener en cuenta otra circunstancia, y es que, la frecuencia de lavado dependerá del tipo de pelo que se tenga. Si el cabello es rizado, será menos graso, por lo que no se tendrá que acondicionar demasiado, pero si es liso, habrá más opciones de que se ensucie a menudo, y, por lo tanto, se tendrá que lavar más frecuentemente.
El estilista Jorge Escobar aconseja “lavar todos los días si el cabello lo aguanta y no se pone reseco, cada día de por medio si es un poco reseco, pero no aguantar más de una semana sin lavar, ya que el folículo se obstruye y no se oxigena”.
Entre los problemas de que no llegue suficiente oxígeno al folículo está la descamación de cuero cabelludo, piquiña, sensibilidad, caspa e incluso la caída.
De hecho, los efectos que tiene la polución en el cabello ya fueron estudiados en 1994 por el Centro de Investigación de Toxicología Industrial en Lucknow. “En ese momento se demostró que las partículas en suspensión, el humo y los gases contaminantes se depositaban sobre el cabello y el cuero cabelludo, provocando reacciones inflamatorias e irritativas que hasta pueden llegar a provocar caída de este”.
Aunque en materia de cuidado del pelo, los expertos no terminan por ponerse de acuerdo, según la dermatóloga caleña María Martínez, “la idea es encontrar un equilibrio. Si eres de los que prefieren no hacerlo todo los días, está bien, pero no se puede olvidar que no es solo el cabello lo que está en juego. Todo el día y sobre todo cuando apoyas la cabeza en la almohada en la noche, la piel de tu rostro, por muy limpia que esté, queda en contacto con tu cabello, y no quieres que toda esa suciedad esté ahí cerca”.
Un artículo del New York Times advirtió que el crecimiento de ventas del champú seco y el deseo de prolongar la vida del pelo limpio significa que las personas no se lavan el pelo lo suficiente. Este producto, ya sea en spray, polvo o mousse, ayuda a controlar la grasa desde el cuero cabelludo hasta las puntas. Su función primaria es absorber la grasa y ofrecer estabilidad y cuerpo al cabello, no necesariamente lavarlo.
Jorge Escobar no es muy amigo de este tipo de productos, pues considera que aunque son efectivos y controlan los malos olores, también pueden afectar el cuero cabelludo y acumular la suciedad. “Deben ser usados solo en urgencias. Siempre debes aplicar el aerosol mínimo a 10 centímetros de tu cabeza, para que logre abarcar todo tu cabello y no haga grumos en la base.
Los ingredientes que contiene el champú en seco y que son tan increíbles para neutralizar cualquier tipo de grasa en cabello es lo que termina quedándose en el cuero cabelludo. Si se acumula, puede resultar en foliculitis, un tipo de infección bacteriana que sucede en cada folículo del cabello.
Escobar también recomienda a los hombres y las personas que utilizan geles y lacas, lavar todos los días para que el producto no se acumule, pues este tiende a endurecer el pelo, y puede ocasionar su caída.