En el vertiginoso mundo de la tecnología, donde dispositivos y aplicaciones se renuevan constantemente, pocas veces se hace la pausa para pensar en los avances que han experimentado elementos cotidianos como la ropa de cama.
En particular, la pijama, esa fiel compañera de las noches de descanso, también ha evolucionado gracias a la innovación textil. Sin embargo, ¿Cuántos realmente consideran el tiempo adecuado para cambiar la pijama? Conozca las implicaciones de no hacerlo y cómo la tecnología puede jugar un papel clave en mejorar nuestra salud y bienestar durante el sueño.
¿Cada cuánto tiempo se debe cambiar la pijama?
El ritmo de vida acelerado y la sobreabundancia de información muchas veces nos distraen de aspectos esenciales para nuestro bienestar, y uno de ellos es el tiempo que dedicamos a cambiar nuestras prendas de dormir.
Según menciona el portal sdpnoticias, el Instituto Estadounidense de Limpieza recomienda para tener una salud estable usar por lo menos dos pijamas a la semana.
Mientras que los expertos del Instituto Americano de Limpieza (ACI) mencionan “cambiarse de pijama cada tres o cuatro usos reduce la presencia de ácaros, disminuye el riesgo de proliferación de insectos como las chinches y nos protege frente a bacterias y otros patógenos peligrosos”.
Esto se debe a que durante la noche, nuestro cuerpo desprende células muertas, sudor y aceites naturales, que pueden acumularse en la ropa de cama y provocar irritaciones y problemas en la piel.
Harpa Gretarsdóttir, experta en marketing de moda de la marca islandesa IceWear, explica para Glamour Magazine: “Esta intimidad contra nuestra piel y partes de nuestro cuerpo, durante 6 a 8 horas por noche bajo la ropa de cama, los convierte en un caldo de cultivo perfecto para las bacterias y otros gérmenes”.
Señales y tiempo en qué debería cambiar la pijama
Existen señales claras de que es hora de cambiar la pijama. Si nota irritación en la piel, enrojecimiento, picazón o la presencia de granitos, es muy probable que estés usando la pijama por demasiado tiempo. Además, si tiene alergias o problemas respiratorios, preste atención a si sus síntomas empeoran durante la noche o al despertar, ya que esto podría ser una señal de que los alérgenos se están acumulando en tu ropa de cama.
Puede provocar acné
Uno de los problemas más comunes relacionados con el uso prolongado de una pijama es la aparición de acné. La acumulación de sudor y células muertas crea un ambiente propicio para que las bacterias proliferen en la piel, obstruyendo los poros y desencadenando brotes de acné.
“El sudor, las bacterias y las células muertas de nuestra piel se acumulan en la ropa, la cual hace presión sobre la piel mientras dormimos, al tapar los poros pueden provocar brotes de acné” menciona el portal salud180.
Para evitar este problema, es fundamental seguir una rutina de cambio de pijama y, si es posible, optar por materiales transpirables y antibacterianos que permitan una mejor ventilación y eviten la proliferación de microorganismos dañinos.
Puede empeorar temas de alergias
Otro tema importante a tener en cuenta es la posible exacerbación de problemas alérgicos. Aquellas personas que sufren de alergias a los ácaros del polvo, el polen u otros alérgenos pueden ver empeorar sus síntomas si no mantienen una adecuada higiene de su pijama.
Según Sally Bloomfield, presidenta del Foro Científico Internacional sobre Higiene del Hogar, la principal razón por la cual no es recomendable quedarse mucho tiempo con la misma pijama está relacionada con la exposición a microorganismos. Aunque nuestro hogar pueda parecer un entorno seguro, cuando dormimos, nuestro cuerpo desprende células muertas que pueden acumularse en la pijama.
Los alérgenos pueden acumularse en el tejido y, al entrar en contacto con nuestra piel durante largas horas, pueden causar irritación y reacciones alérgicas. Por tanto, cambiar la pijama regularmente y lavarla adecuadamente puede ser una medida preventiva para aquellos propensos a alergias.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.