En Colombia es habitual que la mayoría de las comidas estén acompañadas de arroz, lo cual suele responder a una costumbre de este país, pues hay quienes aseguran que si este ingrediente no viene en el plato, el menú estará incompleto.

Con el pasar de los años, la duda respecto a si este se debe lavar o no cada vez se ha hecho más latente, razón por la que varios especialistas en el tema alimenticio se han encargado de dar su veredicto frente a este cuestionamiento.

Sobre ello, indican que es esencial enjuagarlo para eliminar el exceso de almidón, el cual puede hacer que el arroz se vuelva pegajoso durante la cocción, por lo que lavarlo ayuda a obtener un resultado más suelto.

El arroz debe lavarse antes de cocinarse. | Foto: baianliang

Asimismo, lavar el arroz puede ayudar a eliminar impurezas superficiales y residuos de pesticidas que pueden estar presentes en los granos, al igual que deshacerse del polvo, los insectos, las piedras, los trozos de cáscara, entre otros componentes.

Algunos científicos llevaron a cabo estudios para conocer el estado en el que se halla el arroz antes de cocinarlo, y en una de sus tantas investigaciones encontraron microplásticos provenientes del uso de plásticos en la cadena de suministro de alimentos.

Ante ello, recomendaron enjuagar dichas semillas para así reducir el 20 % de estos materiales que tiene el arroz crudo, pues aseguran que los microplásticos en el arroz precocido son cuatro veces más altos que en el crudo.

En diversas culturas, el arroz ha sido considerado un símbolo de prosperidad, y ahora, en abril de 2024, muchas personas están recurriendo a este elemento en un ritual para atraer más dinero. | Foto: Srdjan Stefanovic

La Biblioteca Nacional de Medicina en Estados Unidos, por su parte, señala que este alimento contiene altos niveles de arsénico, por tanto, al enjuagarlo, se podría eliminar cerca del 90 % de este elemento químico.

De acuerdo con el portal El Cronista, otro estudio que llevó a cabo la biblioteca médica descubrió que lavar el arroz eliminó entre el 7 % y 20 % del plomo y cadmio. “Además, en comparación con los adultos, los niños tienen una alta probabilidad de estar expuestos a riesgos cancerígenos y no cancerígenos”, advirtieron.