La piel es el órgano principal del cuerpo y uno de los más expuestos, ya que es el órgano que nos rodea y protege de los agentes externos, al mismo tiempo que es un reflejo de cómo estamos por dentro. Cuando se produce una herida, por ejemplo, empieza un proceso biológico para reparar el tejido dañado a través de una serie de reacciones bioquímicas, que es lo que conocemos como cicatrización. En el transcurso de este procedimiento, nuestro organismo requiere de vitaminas y minerales que le brinden las herramientas necesarias para la correcta reconstrucción de los tejidos.
Por ello, la alimentación es clave para tener una piel saludable y favorecer la cicatrización, debido a que es la fuente de nutrientes esenciales e hidratación que ayudan a proteger la piel de las agresiones externas como el frío o la exposición solar, además contribuye a combatir infecciones y regenerarse más rápidamente.
Hay algunos alimentos que son especialmente beneficiosos para estimular el proceso de cicatrización, debido a la cantidad de nutrientes específicos que traen consigo que están directamente relacionados con este proceso y que contribuyen a la creación de nuevos tejidos.
Uno de ellos son los cítricos, que son alimentos conocidos por la gran cantidad de Vitamina C que contienen. Ahora bien, esta vitamina favorece la resistencia a infecciones y participa en la formación de colágeno, el cual aumenta la resistencia de la herida creando una sólida capa de tejido cicatricial, además contiene propiedades antiinflamatorias. Dentro de los cítricos encontramos frutas como mandarinas, naranjas, kiwis, piña, limones, fresas o pomelos, y vegetales como el tomate y el pimiento verde.
Otro de los alimentos que contribuyen satisfactoriamente al proceso de cicatrización es la zanahoria, que es un alimento rico en betacaroteno, un precursor de la Vitamina A que, de hecho, es un antioxidante fundamental que favorece al mantenimiento, crecimiento y reparación de la piel, mucosas y otros tejidos, favoreciendo la cicatrización.
Asimismo, es útil en todo tipo de lesiones, por ejemplo, para el acné, el eczema, la psoriasis, quemaduras o el herpes labial. Hay otros alimentos precursores de la vitamina A como la batata, la calabaza, la pimienta roja, el melón, las espinacas o los albaricoques.
El brócoli es una verdura con grandes cualidades antioxidantes y vitamina K, la cual resulta necesaria en los procesos de cicatrización y que también se presenta en abundancia en el pescado. Esa propiedad tiene una función especial en el proceso de coagulación de la sangre y esto sirve para evitar hemorragias, hematomas y reduce la inflamación presente en los golpes.
Esa vitamina también se puede encontrar en los vegetales de hoja verde como la lechuga, cereales y carnes rojas, legumbres, huevo, que son alimentos ricos en proteínas y zinc. En el caso de las proteínas, estas son esenciales para curar las heridas, dados sus beneficios en el crecimiento y desarrollo de tejidos, gracias a la irrigación sanguínea de esos aminoácidos que fortalecen los tejidos de la piel.
De otro lado, así como hay varios nutrientes relacionados con la cicatrización en los alimentos, también existen hidratos que aportan energía necesaria a las células para que puedan realizar todos los procesos en el organismo. Sin embargo, un aporte adicional que se le puede hacer al cuerpo es evitar los azúcares refinados, las grasas, comidas procesadas y la ingesta de alcohol, que afectan de forma significativa el proceso de curación.
Asimismo, es necesario que haya una buena hidratación, pero no únicamente con agua, sino con otras bebidas saludables sin endulzantes artificiales que permitan mantener el organismo hidratado. Además, hay que dormir las horas recomendadas, para que el cuerpo tenga un buen tiempo de recuperación.