Los ojos son órganos altamente sensibles al exceso de luz, golpes y objetos externos, por lo que no es extraño que pueda presentarse irritación que resulte muy molesta en cualquiera de estos casos.
Usualmente, la molestia no es de consideración y se va con el paso de algunos minutos, pero en ocasiones puede prolongarse más tiempo, generando preocupación en quien la padece.
Aunque la recomendación inicial siempre será acudir a un centro médico para que un profesional analice el caso en particular, también hay algunos métodos que pueden ayudar antes de decidir entrar a un consultorio.
El enfermero Manuel Reis, de la Escuela Superior de Enfermería de Porto y miembro del Colegio de Enfermeros de Portugal, explicó que un lavado con suero fisiológico puede ser de gran ayuda.
Para ello, lo primero que hay que hacer es lavar bien el rostro de la persona afectada y eliminar el maquillaje alrededor de la zona del ojo, en caso de que haya. Luego se debe inclinar la cabeza, preferiblemente recostándola sobre un mueble u otra superficie.
Se deben abrir bien los párpados para aplicar de una a dos gotas en la esquina interna del ojo, es decir, la que está más próxima a la nariz. Lo último será cerrar el ojo y moverlo en diferentes direcciones, también parpadear varias veces y volver a repetir el proceso hasta que la molestia haya desaparecido.
Se recomienda que esto se haga con suero fisiológico ya que el agua puede estar contaminada, siendo contraproducente. Otra opción es usar una compresa tibia, aunque esta técnica también puede complementar al procedimiento anterior.
Lo primero que hay que hacer es tomar la compresa limpia y sumergirla en agua tibia. Al sacarla, habrá que retirar el exceso de agua y luego se colocará encima del ojo afectado cerrado. Con cinco minutos es suficiente, mientras se enfría la compresa, aunque esto puede hacerse repetirse varias veces.
Si el problema persiste, no dude en acudir a un centro asistencial, ya que puede estarse presentando una afección mayor. La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos explica que las causas pueden ser infecciones bacterianas o virales o irritantes químicos, frente a los cuales hay que tener gran cuidado.
“Comuníquese con un profesional médico si tiene dolor ocular excesivo o fotosensibilidad, si presenta disminución en la visión o si tiene aumento de la hinchazón en los párpados”, agrega la entidad.